La mayoría de quemaduras ocurren en el hogar (especialmente en la cocina): una salpicadura de aceite, tocar una sartén ardiente, coger algo del horno, un roce de la plancha…

Las quemaduras graves o muy extensas requieren asistencia médica, pero ¿qué pasa cuando te haces una quemadura leve? Te explicamos cómo actuar y qué puede ayudarte.

¿Qué es una quemadura y cuáles son sus grados?

Una quemadura es una lesión en la piel o en otro tejido causada por el calor, la corriente eléctrica, la radiación o el contacto con sustancias químicas.

Tal como indica la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), existen 3 grados de quemaduras:

  • Las quemaduras de primer grado afectan a la capa más externa de la piel y no suelen ser graves. Causan dolor, enrojecimiento e hinchazón.
  • Las quemaduras de segundo grado afectan tanto a la capa externa como a alguna parte de la dermis. Además de dolor, enrojecimiento e hinchazón, provocan la aparición de ampollas.
  • Las quemaduras de tercer grado involucran a las capas profundas de la piel y son las más graves. La piel puede estar blanquecina, oscura o negruzca y adormecida.

En función de las zonas afectadas, las quemaduras pueden ser más graves, por ejemplo, si ocurren en la cara, los genitales, las manos o los pies. Asimismo, en los niños y personas mayores suelen ser peores, puesto que su piel es más fina.

Cómo curar una quemadura: primer paso

Lo primero y más evidente es alejarse de la fuente de calor. Después, de acuerdo con la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), hay que poner la parte afectada bajo un chorro de agua fría durante unos 10 o 15 minutos para enfriar la piel y evitar que la quemadura profundice más y quitarse las joyas o la ropa y todo lo que pueda mantener el calor.

  • Si la ropa se ha quedado pegada a la piel, no debes retirarla. Refresca la zona con agua y acude a un centro sanitario.

Cuando la piel esté enfriada, sécate realizando pequeños toques (no la frotes) y examina la zona para evaluar la gravedad de la quemadura. Para tratar las quemaduras de tercer grado, muy extensas o muy dolorosas, es indispensable acudir al hospital para recibir el tratamiento adecuado, que en función de la gravedad puede consistir incluso en injertos de piel. Pero si la quemadura es leve y afecta a una zona pequeña, puedes tratarla tu mismo tomando algunas precauciones.

¿Cómo curar una quemadura sin ampolla?

Después de enfriar y secar la zona de la quemadura como hemos comentado anteriormente, si se trata de una quemadura de primer grado leve conveniente que tapes la zona quemada y la revises de vez en cuando para ver su evolución. También puedes aplicar una pomada específica para quemaduras.

  • Si ves que duele, la piel se levanta o su aspecto o color cambia, debes consultar a un médico.

¿Cómo curar una quemadura con ampolla?

Las ampollas, características de las quemaduras de segundo grado, no se deben reventar en ningún caso, pues podrían infectarse.

Una vez tengas la piel enfriada y la hayas secado suavemente, cúbrela con un apósito limpio que no se pegue a la quemadura y mantenla tapada, sin exponerla al sol, pues podría empeorar la cicatrización y dejar una señal en forma de piel más oscura.

Lo normal es que la ampolla se cure en unos días. Si la ampolla se rompe sola, limpia la zona suavemente con agua y jabón y vuelve a taparla con un apósito limpio (si es específico para quemaduras, mejor).

  • Si las ampollas resultan muy dolorosas debe evaluarlas un profesional de la salud.

¿Qué se puede aplicar en una quemadura?

Seguro que has oído muchos trucos populares para curar las quemaduras, pero no todos funcionan ni son recomendables.

La pasta de dientes es uno de los más conocidos, pero desde la SEMES advierten que no solo no ayuda, sino que puede resultar peligrosa. Aunque en un primer momento puede proporcionar una sensación refrescante, con el tiempo reseca la piel.

La mantequilla, además de retener el calor, puede infectar la piel por lo que no deberías aplicarla sobre una quemadura.

El hielo tampoco es recomendable pues en contacto con la piel también puede producir una quemadura por frío, que agravaría aún más la quemadura que ya tienes.

Lo que sí puede ser útil en las quemaduras superficiales, pero una vez la piel ya está curada, es el aceite de rosa mosqueta o el aloe vera, pues está demostrado que mejoran la cicatrización.