Las fascias protegen todo tu cuerpo ¡Cuídalas!
Los tejidos fasciales envuelven:
- Los órganos
- Los músculos
- Los huesos
En la columna vertebral, la fascia se halla literalmente tapizándola,manteniendo cohesionadas las vértebras y otorgándole, a la vez, flexibilidad para realizar los movimientos cotidianos.
Desde la columna vertebral, se expanden para formar las meninges, el tejido fascial especializado que recubre y protege el sistema nervioso central (cerebro, cerebelo y médula espinal).
Las fascias necesitan unas condiciones mínimas para realizar su función de la mejor manera. Es importante mantener el tejido fascial bien hidratado y elástico.
La importancia de relajar el vientre para liberar tensiones
Es sabido que una de las zonas en las que se somatiza el estrés es el vientre. ¿Quién no ha sentido presión e incomodidad en la boca del estómago ante una situación angustiante, triste o amenazadora?
Estas tensiones se suelen experimentar en el abdomen, inciden en la estructura esquelética y la condicionan: se da una tracción que se transmite de los órganos intrabdominales al diafragma, de este al pericardio, las vértebras torácicas y cervicales a través de las cadenas viscerofasciales. El resultado es una tensión interna que induce a encorvarse.
Los músculos suelen trabajar agrupados en cadenas miofasciales (mio significa "músculo") para mantener el cuerpo erguido. Cuando está mal alineado y una cadena trabaja más de lo debido, se tensa y acorta, lo que incide en las cadenas con las que se relaciona, y se reduce la flexibilidad.
Los obstáculos que minan tu flexibilidad
Por otro lado, un proceso patológico (un esguince mal curado, una cicatriz…) puede alterar la biomecánica del organismo, en cuyo caso es importante contar con un profesional para encontrar y tratar esos núcleos de tensión.
También pueden endurecer y deshidratar el tejido fascial reduciendo la flexibilidad y el rango de movimiento articular:
- Los patrones posturales inadecuados.
- El estrés prolongado.
- Las intolerancias alimentarias.
- Algunas cicatrices.
Practica la reeducación postural en tu día a día
Es imprescindible la reeducación postural en la vida cotidiana (ante el ordenador, en el coche, al caminar…) y realizar ejercicio físico moderado habitualmente.
Los músculos tienden a acortarse y contracturarse; al estirarlos regularmente se consigue mantener el conjunto miofascial en buenas condiciones. El objetivo es que el cuerpo pueda expresarse con libertad.
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