Durante los meses más cálidos del verano el sudor de pies se convierte en un problema, sobre todo cuando tienes que quitarte los zapatos en público, como cuando visitas a amigos o vas a hacer una clase de yoga.

Entonces el mal olor que desprende el pie al quitar el zapato se vuelve incómodo para todos, porque el sudor de los pies tiene un olor penetrante y acre que rápidamente se te mete por la nariz. Hay muchos términos para describir el olor desagradable de los pies y ninguno es bonito con razón.

Aquí te contamos a qué se debe el mal olor de pies y cómo prevenirlo con vinagre de manzana y otros remedios caseros. Además encontrarás algunos consejos esenciales sobre el calzado que utilizas regularmente para evitar el sudor excesivo de los pies.

Por qué huelen los pies

El sudor puro se compone principalmente de agua y es inodoro. Las bacterias que se mezclan con el sudor y lo descomponen son las culpables del mal olor de pies y también de axilas.

Entre otras cosas, al contacto del sudor con las bacterias de la piel se produce ácido butírico, que es el principal responsable del olor acre de los pies sudorosos. El ácido butírico se puede convertir en una verdadera bomba fétida si sudas durante un período de tiempo largo. Otras moléculas malolientes son el ácido isovalérico y el ácido propanoico.

El problema del sudor de pies y el mal olor que producen se agrava cuando usas zapatos cerrados, y más en aquellos que están confeccionados con plástico, ya que el sudor no se puede evaporar y se concentra.

Si encima tus pies están metidos en calcetines con un alto contenido sintético, las condiciones para los pies malolientes son perfectas. Un verdadero paraíso para el ácido butírico y las bacterias.

La sudoración excesiva de los pies también puede tener su origen en alteraciones de tipo metabólico o nervioso. También en la presencia de hongos en los pies.

Sin embargo, a veces los pies sudan mucho porque, sencillamente, trabajan más de lo debido. Un defecto estructural –como los pies planos– o una ocupación que los mantiene en movimiento todo el día podría ser la causa, ya que ambas posibilidades aumentan la actividad de los músculos del pie, siendo la transpiración un intento natural de refrescarlos.

mal olor y Pies sudorosos: 6 consejos que te van a ayudar

En cualquier caso, no conviene utilizar productos antitranspirantes que impidan la sudoración de modo agresivo, pues de ese modo se bloquea una vía de eliminación, que es necesaria para el organismo, y se podrían favorecer otros trastornos más graves.

Así, es preferible utilizar productos simplemente desodorantes. También hay cuidados y remedios caseros que contribuyen a minimizar un sudor excesivo en esta zona del cuerpo.

Para desodorizarlos, pueden lavarse con un jabón de azufre y después aplicar una loción con alcohol alcanforado.

Lo ideal es regular el funcionamiento corporal siguiendo una vida sana y acudir a terapias como, por ejemplo, la homeopatía constitucional o la medicina tradicional china.

El calzado adecuado ya puede reducir significativamente el olor de los pies. Pero no puedes o no quieres usar zapatos abiertos en todas las situaciones. Con los siguientes consejos y trucos contra el mal olor de pies, puedes prevenir eficazmente los pies sudorosos, incluso con zapatos cerrados.

1. Usar talco o arcilla blanca para desodorizar los pies

Empolva tus pies: puedes encontrar polvos especiales para pies online y en farmacias. También puedes recurrir a la arcilla blanca, que se encuentra en herbolarios.

Estos remedios absorben el sudor y privan a las bacterias de su alimento.

Después de que te hayas empolvado los pies, puedes ponerte los calcetines y los zapatos como de costumbre.

2. darse un baño de pies con vinagre, sal u otros remedios naturales

Un baño de pies por la mañana te pone en marcha y ahuyenta el mal olor. Después del baño es muy importante que seques los pies completamente: puedes utilizar el secador eléctrico para llegar a todos los espacios.

Baño de té

Se pueden hacer baños con té para aprovechar la acción astringente del tanino: se hierven cuatro bolsitas de té en un litro de agua durante diez minutos, se deja enfriar un poco y se lavan los pies con ella. Éstos pueden dejarse en remojo unos 20 minutos, una o dos veces al día.

Baño de sal 

También se pueden remojar en una solución de media taza de sal marina disuelta en un litro de agua.

Este baño se puede practicar durante 15 minutos dos veces a la semana.

Baño de vinagre de manzana

Otro baño de pies, ácido en este caso, se obtiene con media taza de vinagre de manzana en un litro de agua.

Este baño, al igual que el anterior, se puede realizar durante unos 15 minutos dos veces por semana.

Baño de pies aromático

Los aceites esenciales, como los de eucalipto, lavanda, salvia o árbol de té, también ayudan a combatir el sudor de los pies.

Pruébalos e incorpora un baño de pies a tu rutina matinal al menos durante los meses de más calor.

Baños de bicarbonato con sal y aceites esenciales

Este tipo de baño combina el baño de sal con el aromático y se puede añadir, además, un poco de bicarbonato. Puedes incluso incorporar un poco de aceite vegetal para suavizar más la piel.

Un ejemplo sería añadir al baño de pies 1 taza de sal marina, 1 cucharada de bicarbonato, 3 gotas de aceite esencial de árbol de té, 2 gotas de aceite esencial de salvia y 2 gotas de aceite esencial de lavanda. En este artículo con recetas de aromaterapia para pies encontrarás más detalles de cómo prepararlo si lo necesitas.

3. Hacerte un oleogel casero para refrescar los pies

Este oleogel a base de gel de aloe vera es ideal para cuidar de los pies en verano, entre otras cosas porque contiene aceites esenciales de romero y de palmarrosa que ayudan a regular el sudor de pies. Además, contiene aceite esencial de enebro común, que previene la hinchazón frecuente en verano, y aceite esencial de menta piperita, que proporciona una agradable sensación de frescor. 

Es una fórmula de Antonia Jover, experta en aromaterapia. Para prepararlo, necesitarás un frasco de cristal con dosificador de 50 ml.

Ingredientes:

  • 30 g de gel de aloe vera (preferiblemente con certificado bio)
  • 10 g de aceite vegetal de jojoba
  • 7 g de aceite vegetal de ricino
  • 20 gotas de aceite esencial de romero quimiotipo verbenona
  • 15 gotas de aceite esencial de enebro común
  • 10 gotas de aceite esencial de palmarosa
  • 10 gotas de aceite esencial de menta piperita

Preparación:

  1. Mezcla todos los ingredientes y agita vigorosamente.
  2. Aplica por la mañana y por la noche dándote un suave masaje para hacer penetrar el producto.

Los aceites vegetales, que son la base de este oleogel junto al aloe vera, hidratan y nutren además la piel, evitando que se reseque y que se puedan agrietar los talones. 

Conviene lavarse las manos después de aplicar.

4. Colocar plantillas en los zapatos

Las plantillas especiales en los zapatos pueden ayudarte a absorber el sudor. Las hay de carbón activado que eliminan el mal olor de los pies.

Muchos dermatólogos recomiendan suelas de cuero, que son especialmente finas y transpirables. Sin embargo, tarde o temprano también deberás reemplazar tus plantillas por unas nuevas; no esperes a cambiarla cuando ya vuelvan a olor mal pies y zapatos.

5. Usar los calcetines adecuados

Cambiar de calcetines a menudo es la opción más lógica para pies excesivamente sudorosos y olorosos.

Si es posible, evita los calcetines con un alto contenido sintético y usa calcetines hechos de algodón o de otros materiales naturales. Elige algodón ecológico para evitar la exposición de los pies a sustancias sintéticas.

También puede reducirse la transpiración usando dos pares de calcetines a la vez. Esta indicación parece contradictoria, pero los espacios de aire que se forman entre los dos tejidos mejoran la ventilación.

Se pueden escoger calcetines de algodón en contacto con la piel y de lana -si hace frío- en el exterior.

6. El mejor calzado para que no suden los pies

Los zapatos si son muy cerrados agravan los pies sudorosos y crean un ambiente idóneo para que proliferen las bacterias, lo que ocasiona más olor y sudor.

Conviene usar sandalias cuando sea factible y evitar los zapatos de caucho o plástico, que dificultan la respiración.

En ocasiones es mejor no usar los mismos zapatos dos días seguidos, pues tardan al menos 24 horas en secarse por completo.

Por otra parte, andar descalzos es beneficioso para normalizar su estática y fisiología.