A grosso modo, los métodos que se utilizan para recoger la menstruación se pueden agrupar en dos grandes bloques:

  • Los que recogen la menstruación dentro del cuerpo (tampón, copa…)
  • Los que recogen la menstruación fuera del cuerpo (compresas, bragas menstruales…)

Copa, tampón o compresa, ¿qué es más sano?

Recoger la menstruación fuera del cuerpo, sin duda.

La menstruación es fruto de la descamación del útero. Se había preparado para albergar vida. Si no hay un embarazo, todo ese tejido ya no es útil y el cuerpo lo expulsa, eso es la menstruación.

Eso es lo más fisiológico, lo que el cuerpo hace y quiere hacer. ¿Es lo más cómodo para nosotras? No necesariamente, pero si lo más fisiológico.

Métodos de recogida externos

Compresa; hay buenas opciones

De toda la vida, es la evolución de los “paños” de nuestras abuelas. Las compresas son un clásico. Han evolucionado a años luz de los orígenes, en tamaño, en efectividad, en practicidad… Su gran problema es que dificultan la respiración de la vulva y pueden ser irritativas.

Las compresas “clásicas”, por su composición y función llevan capas absorbentes e impermeables. Eso fomenta la humedad y la temperatura alta. Si una mujer es propensa a los hongos, a las infecciones o a las irritaciones de la zona genital, la compresa clásica estaría desaconsejada.

Actualmente existe un amplio y prometedor mercado con alternativas externas saludables:

  • Compresas de algodón, lavables, por lo tanto, son compresas que permiten transpirar y son sostenibles a nivel económico y medioambiental
  • Bragas menstruales. Son una opción más que interesante. Es ropa interior que, aunque contiene, obviamente, una capa impermeable, transpira y recoge una forma muy correcta. Existen modelos diferentes, con capacidad de absorción diferente, según el día menstrual.

Métodos de recogida internos

Hay dos grandes mundos: el tampón y la copa menstrual.

Tampón: no tan bueno

Nació siendo la liberación de las mujeres y actualmente está considerado un “enemigo” del suelo pélvico. Una posición intermedia parecería justa.

El tampón fue, sin duda, la revolución. Las compresas nos mantenían condicionadas, limitaban nuestras actividades, el deporte, siempre pendientes de no manchar, de no traspasar…

El tampón llegó para liberar, para permitirnos hacer vida “normal” durante la menstruación. Pero los años han evidenciado que no todo es tan luminoso.

El tampón no es un regalo para los tejidos vaginales. Su capacidad de absorción tiende a resecar a las mucosas y los componentes químicos utilizados para blanquear el producto a menudo son demasiado agresivos para el delicado tejido vaginal.

¿Son un problema? Para algunas mujeres sí, para otras no.

La copa menstrual, ventajas e inconvenientes

Este método merece una mirada especial, sobre todo porque hay toda una corriente de mujeres que la consideran el método de los métodos, el más ecológico, el más cómodo, el más barato, el más empoderante para nosotras, el más saludable… y no, no es tan saludable como insisten en decir.

Conozcamos las luces y las sombras de las copas menstruales:

Pros:

  • cómoda
  • económica
  • sostenible ética y ambientalmente
  • nos conecta con nuestra menstruación de una forma consciente

Contras:

  • pueden generar prolapsos, sobre todo de útero
  • pueden debilitar los tejidos vaginales
  • mantener la menstruación dentro del cuerpo no es fisiológico

Analicemos los contras. El riesgo más importante de algunas copas es la generación de prolapsos, de “caída” de órganos, básicamente del útero.

La copa se introduce plegada y se abre dentro de la vagina, encajándose perfectamente en las paredes vaginales. Encaja total y perfectamente. Eso significa que si estiro de la copa hacia abajo, generaré un efecto ventosa (succión) sobre los órganos pélvicos. Ese es el gran riesgo y el gran problema de muchas copas.

¿Todas las copas tiene ese riesgo? No, no todas. Existe un modelo tipo diafragma, muy aplanado, que no genera el efecto ventosa y que puede llevarse durante las relaciones sexuales. Pero el espíritu de este artículo no es hablar de marcas comerciales, sino de explicar conceptos para que todas podamos elegir desde el conocimiento.

¿De que depende que una copa pueda ser contraproducente? Del diseño de la copa y del estado del suelo pélvico de la mujer. Soy consciente que esta información no aporta grandes luces, pero a nivel práctico esto se traduce en una norma de oro:

Cuando te quites la copa, tiene que estar en el mismo sitio donde la dejaste. Si la encuentras más abajo, es una señal de alarma. La copa ha resbalado y bajado por la vagina, ejerciendo succión (ventosa) sobre los órganos pélvicos de encima

Una copa puede resbalar por tres motivos:

  1. El modelo no encaja bien con la anatomía de esa mujer
  2. El suelo pélvico está débil y no puede sostener la copa
  3. Se acumula demasiada menstruación en la copa, por lo tanto demasiado peso

Conclusión: el debate no es copa si, copa no. El concepto es: ¿te gusta la copa? Úsala, pero asegúrate que una buena opción para ti.

Esponjas menstruales

Es el último método que ha aparecido. Aun hay pocos años de experiencia, pero es un método que promete. Son esponjas naturales, que absorben como un tampón, pero sin sus desventajas químicas. Se recortan y se adaptan a los diferentes tamaños, son lavables y reciclables.

Como puedes ver no hay el método bueno. Cada día menstrual es diferente, cada mujer es diferente y cada suelo pélvico es un mundo. Alterna métodos diferentes, tu suelo pélvico te lo agradecerá.