La administración de un probiótico, la bacteria Hafnia alvei, desencadena la producción de una molécula denominada ClpB que imita una hormona supresora del apetito (alfa-MSH), que puede ayudar a las personas con sobrepeso a perder kilos.

El doctor Pierre Déchelotte y sus colegas en el Hospital Universitario de Rouen en Francia aconsejaron a 212 personas con sobrepeso sobre cómo reducir su consumo de calorías en una quinta parte durante tres meses. Se pidió a los participantes que mantuvieran su nivel habitual de actividad física.

Durante los tres meses, aproximadamente la mitad de los participantes también tomaron una píldora probiótica que contenía la bacteria intestinal Hafnia alvei, dos veces al día. Los otros participantes recibieron un placebo.

La bacteria Hafnia alvei reduce el apetito

El equipo investigador informó en la conferencia Targeting Microbiota 2022 (París, Francia), que el 55 % de las personas que tomaron el probiótico perdieron al menos el 3% de su peso, en comparación con el 41% de los que tomaron el placebo.

Los participantes que tomaron el probiótico informaron de un menor apetito durante el experimento, en comparación con los del grupo placebo.

Una pérdida de pesos de esta categoría se ha relacionado con una reducción en el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en personas con sobrepeso.

Se desconoce cómo la ingesta de alimentos podría haber sido diferente entre los dos grupos, pero los autores del estudio creen que la bacteria H. alvei puede haber inducido una sensación de saciedad que hizo que estos participantes comieran menos.

Los investigadores tampoco pueden descartar que la bacteria haya afectado la forma en que se descompone la grasa, lo que sería aún más interesante. Estudios anteriores realizados con ratones sugieren esa posibilidad.

Tampoco se sabe si la bacteria actúa de manera diferente en cada persona en función de la genética, las características del microbioma intestinal o del metabolismo.

¿Donde se encuentra la bacteria Hafnia alvei?

Hafnia alvei fue descrita en el año 1954. Está ampliamente distribuida en la naturaleza, de forma que se puede encontrar tanto suelos como aguas,​ en animales y en la microbiota intestinal humana.

Se ha encontrado en productos lácteos, carnes envasadas al vacío, carne de cabra, vacuno y cerdo. En menos ocasiones se ha aislado también en pulques (una bebida tradicional mexicana), en platos tradicionales como el aakhone de India o el kimchi de Korea. No se ha aislado tanto en verduras, aunque se ha encontrado en algún caso.

En el cuerpo humano la bacteria Hafnia alveipuede comportarse como un patógeno oportunista y causar infecciones. Sin embargo, se estudia la administración controlada si se confirman sus propiedades terapéuticas en relación con la obesidad.

Los primeros estudios se realizaron con animales de laboratorio con la cepa HA4597, que consiguió reducir el peso y mejorar la composición corporal y los valores metabólicos del azúcar y las grasas.

Por ahora no existe en el mercado un probiótico con esta bacteria. Son necesarias más investigaciones para determinar su modo de acción y su seguridad.

Adelgazar con una dieta beneficiosa para la microbiota

Lo que sí se sabe es que una microbiota intestinal en equilibrio favorece el mantenimiento de un peso adecuado. El doctor Raphael Kellman, autor del libro The Microbiome Diet afirma que si se aumenta la ingesta de microorganismos saludables se pierde peso. Además hay que evitar el crecimiento de las bacterias que no son beneficiosas.

Una dieta con exceso de alimentos procesados, carbohidratos refinados y azúcares añadidos desequilibra la microbiota. En cambio, una alimentación vegetal basada en alimentos naturales y enteros (integrales) favorece el aumento de las bacterias saludables. Las verduras, las frutas, las legumbres y los cereales integrales proporcionan fibra prebiótica que alimenta las bacterias beneficiosas.

Son especialmente recomendables los alimentos ricos en un tipo de fibra prebiótica denominado inulina: los espárragos, la raíz de achicoria, el ajo, la alcachofa y las cebollas.

También son aconsejables los alimentos fermentados que aportan bacterias vivas beneficiosas, como el yogur, el kéfir, la kombucha, el miso, la chucrut o el kimchi sin pasteurizar.

Además de seguir una dieta buena para la microbiota, para perder peso, la alimentación tiene que proporcionar menos calorías de las que acostumbramos a ingerir, pero no debe ser tan restrictiva que no se pueda mantener en el tiempo. Por otra parte, el ejercicio físico y el buen sueño ayudan a mejorar el metabolismo energético.