En la mayoría de tradiciones médicas se han utilizado procedimientos depurativos por su efecto curativo y terapéutico. Estos métodos empleaban la alimentación o los periodos de ayuno adaptados al momento del año y a las características morfológicas de cada persona.

Así sucedía en dos grandes tradiciones médicas, la ayurvédica y la tradicional china: adaptaban la tipología del paciente a los distintos tipos de dietas vegetarianas o ayunos.

En nuestra tradición médica también se observan diferentes técnicas depurativas. Destacan las dietas vegetarianas o veganas ricas en frutas, así como la cura de Mayr, el ayuno Buchinger o la cura de Kneipp.

3 tipos de constitución y su dieta depurativa ideal

Estos tipos de depuración se pueden recomendar relacionándolos con la biotipología de Kretschmer y los parámetros constitucionales de la medicina ayurvédica o doshas, que describen tres tipos de personas a partir de los humores que rigen la naturaleza.

Ernst Kretschmer estableció tres tipos de constituciones corporales relacionadas con el carácter. Tienen cierto vínculo con los tres dosha o ‘humores’ del ayurveda. Lo habitual, sin embargo, es tener una constitución "mixta".

Cada uno de estos tipos de personas reacciona de forma distinta ante la falta de comida o la posibilidad de seguir una dieta depurativa, así que a cada uno le conviene un ayuno más o menos largo y una vuelta distinta a la alimentación habitual debido a su modo de acumular grasa.

Constitución pícnico o ciclotímico (en ayurveda kapha): ayuno Buchinger y cura Mayr

Se trata de personas corpulentas, de líneas cortas y redondeadas, con escaso pelo y músculo poco desarrollado. En cuanto al carácter, se distinguen por poseer un buen intelecto y ser risueños y joviales, pero también por oscilar entre la excitación y la alegría y el decaimiento o la tristeza. El clima frío acumula kapha.

En una situación de hambre la persona pícnica está genéticamente diseñada para moverse muy poco a la hora de buscar comida pero, en cambio, pone en marcha sus mecanismos de ahorro de reservas de grasa y de resistencia a la insulina.

Una vez pasada la situación, en cuanto vuelva a recibir comida, tenderá rápidamente a llenar sus reservas de grasa, en previsión de que vuelva a faltar. Ganan peso con facilidad.

Le encantan la regularidad y la tradición. Y tal y como a la subida de la marea le sigue la bajada, el agua tranquila que prevalece en este tipo de persona también tiene su propio ritmo. Es capaz de comer en abundancia y también, gracias a su acumulación de grasa, de soportar ayunos largos.

En su alimentación prefiere alimentos blandos, dulces y calientes. Las gachas de cereales poco endulzadas le convienen más que las cremas o flanes.

Puede realizar ayunos largos como el de Buchinger y le ayuda a adaptarse a comer y masticar bien la cura Mayr.

El ayuno Buchinger, por ejemplo, podría realizarse de la siguiente manera:

  • Por la mañana se toma una infusión de plantas adecuada a los problemas de cada persona. Opcionalmente, se puede agregar una cucharada de miel.
  • Entre horas se bebe abundante agua mineral. Se chupa ocasionalmente rodajas de limón.
  • Al mediodía se bebe un jugo de hortalizas crudas y un caldo vegetal.
  • Por la tarde se toma una infusión, con o sin miel.
  • Por la noche se elige entre un zumo de fruta, un jugo de hortalizas o un caldo vegetal caliente. Se bebe una infusión.
  • El ayuno se combina con la práctica de un ejercicio suave y vida al aire libre.

La dieta Mayr se basa en:

  • El cuidado intestinal a través de un ayuno a base de zumos y caldos de verdurae infusiones con plantas medicinales.
  • Una dieta de panecillos y leche. Se toma tres veces panecillos de pan duro con pequeños sorbos de leche. Ayuda a mantener el cuerpo con pocas calorías y a la vez educa la masticación.
  • La depuración gracias a la ingesta de sales de sulfato de magnesio.
  • El automasaje abdominal.
  • La recuperación con saunas o baños de vapor, y el ejercicio y la dieta alcalina posterior.

Consitución tipo atlético o epilectoide (pitta)

Las personas atléticas poseen un esqueleto y una musculatura bien formados. De líneas alargadas, tienen poco desarrolladas las caderas. Su peso es mediano y oscila con facilidad.

En verano les van bien las sustancias picantes (que aportan calor). En invierno, sucede lo contrario: como su llama interna es muy fuerte, necesitan sustancias pesadas para quemar. El clima caluroso acumula pitta.

La persona de esta constitución está entrenada para moverse rápido en busca de comida, por lo que come lo que le apetece y no acumula grasa. El atlético prefiere la alimentación contundente y le gusta masticar.

Su fuerza está en la musculatura y el sistema circulatorio. Puede aguantar ayunos a la vez que realiza esfuerzo físico. Se adapta a periodos de ayuno más largos o situaciones con poca comida. Es de mentalidad fuerte y le gusta estar arriba de todo. Es duro consigo mismo y a veces también con los demás.

Incluso en la alimentación se inclina por alimentos en los que puede sacar parte de su agresividad: verduras crujientes, cereales integrales… El ayurveda recomienda a las personas de esta constitución consumir pequeñas cantidades de té de jengibre y pimienta negra para incrementar el agni (el fuego digestivo).

Para desintoxicarse, le resulta especialmente apropiada la cura de Kneipp, que es esencialmente una terapia activa. Se fundamenta en cinco campos de aplicación, que se complementan sinérgicamente:

  • La hidroterapia con agua fría, que ayuda a la adaptación al terreno
  • Las plantas medicinales
  • El ejercicio adaptado a cada uno
  • La dieta
  • Ordenar la vida, sobre todo con un horario regulado.

Quienes gozan de salud pueden incluso realizar ayunos prolongados en los que consuman un litro y medio de agua tibia al día.

Constitución tipo leptosomático o asténico (vata)

Son personas de aspecto débil, formas delgadas, aplanadas, rostro alargado, nariz delgada y puntiaguda, y poca vellosidad corporal. El frío y el clima seco acumulan vata. Su peso es liviano y les resulta difícil aumentarlo.

El asténico también se mueve en la búsqueda de comida pero más despacio y de forma más persistente. No reserva apenas grasa pero, en cambio, digiere bien lo que consigue y es capaz de pasar tiempo comiendo poco y frecuentemente o realizando ayunos cortos.

Un ejemplo de personas asténicas con gran capacidad para adaptarse al medio son los bosquimanos, que ingieren pocas cantidades de comida pero son capaces de perseguir a un animal mucho más veloz que ellos por la estepa y agotarlo por cansancio.

El asténico adora la variedad, es vital, se muestra capaz de entretener a los demás con su sentido del humor y aplica su inteligencia y su raciocinio a su alimentación. Prefiere poco y ligero.

Si quiere eliminar toxinas debe ser cuidadoso: pequeños estímulos son suficientes para activar las fuerzas autocurativas de su organismo. La cura de Kneipp y los ayunos cortos de un día constituyen sus dietas depurativas más indicadas. Suele resistir la dureza de las curas.

Grasa y fertilidad: método acordeón para favorecer el embarazo

José Enrique Campillo, en su libro El mono obeso, cuenta cómo la reserva de grasa funciona en periodos de hambre o de ayuno como un sistema de adaptación metabólica pero también cómo esos depósitos de grasa actúan como un regulador de la fertilidad:

"Cuando la disponibilidad energética está limitada por deficiencia de ingestión de alimentos o por un exceso del gasto, los mecanismos que distribuyen el uso de la energía favorecen solo los procesos que aseguran la supervivencia del individuo, y se limita la reproducción. Esto lo conocen bien los ganaderos, que saben que sus ovejas o sus vacas se reproducen mejor si llueve y hay hierba abundante, que si les falta el alimento".

El mecanismo de ajuste de la capacidad reproductora según la disponibilidad de alimentos se encuentra en el organismo de la hembra por una cuestión de gasto energético: la reproducción solo cuesta al macho un poco de esperma y el gasto energético por el ejercicio físico empleado en el cortejo y el apareamiento; la hembra, en cambio, invierte una gran cantidad de energía en desarrollar a la cría en su útero a lo largo de varios meses y luego en darle de mamar el tiempo que sea necesario.

El macho no precisa de un gran aporte de nutrientes para fecundar a una hembra. Sin embargo, la hembra necesita la garantía de una alimentación de buena calidad, durante muchos meses tras la fecundación, para lograr el éxito reproductor.

Es un hecho bien conocido que cuando en una mujer disminuye el porcentaje de grasa corporal por debajo del 10% de su peso, es decir, cuando se produce un adelgazamiento extremo, tiene lugar una inhibición de la ovulación y una amenorrea (ausencia de la menstruación).

Les ocurre a las deportistas de élite que deben reducir su masa grasa a un mínimo, por ejemplo a las corredoras de fondo o las gimnastas. También se observa en aquellas mujeres que pierden mucho peso por enfermedad o anorexia nerviosa, que podría considerarse una forma inconsciente de regular la natalidad.

Este asunto de la grasa de la hembra y la supervivencia de la tribu tuvo gran importancia. Como recuerda Campillo, numerosas estatuillas paleolíticas de diosas de la fertilidad, datadas en más de 35.000 años de antigüedad, representan siluetas de mujeres voluminosas, con redondeces y gorduras muy evidentes.

Hoy en día este mecanismo se ha recuperado con el ayuno del llamado "método acordeón"que consiste en ayunar unos días después de la regla, eliminar grasa y tóxicos acumulados de los depósitos y volver a llenarlos con grasas saludables y sin tóxicos. Todo ello ayuda a recuperar y mejorar la fertilidad.

Recomendaciones tras realizar un ayuno

Llevar a cabo un ayuno o dieta depurativa no solo resulta útil para eliminar toxinas sino que ofrece también la oportunidad de, al volver a ingerir alimentos, revisar la cantidad y calidad de lo que se come.

Se puede incluso sopesar la conveniencia de llevar una dieta basada en alimentos vegetales, considerada hoy como una de las mejores desde el punto de vista preventivo y curativo.

El retorno a la alimentación después de una cura es el momento crítico para modificar los hábitos y costumbres alimentarios, y establecer otros más saludables.

Conviene evitar...

  • los excesos alimentarios
  • la carne, el pescado, los huevos y los lácteos
  • el alcohol, el café o los medicamentos.

Poco a poco

Una buena recomendación es tomarse tantos días como los del ayuno para ir volviendo a una alimentación completa.

Durante estos días se toma sobre todo fruta cruda, y de modo progresivo cada vez más alimentos, preferentemente de origen vegetal. Se procura que las grasas sean vegetales naturales, ecológicas, sin calentar.

Un ejemplo de dieta.

  • Desayuno: infusión matinal, muesli con frutas e higos secos.
  • Media mañana: fruta.
  • Mediodía: ensalada completa.
  • Media tarde: manzana, almendras, avellanas, nueces.
  • Noche: zumo, sopa de cereales, flan de avena y pasas.

Respetar el intestino

Hay que dar tiempo al intestino y esperar a que se vaya llenando, sin recurrir a purgantes ni laxantes. Una alimentación rica en fibra favorece el movimiento intestinal. Se puede ayudar también con: un vaso de agua en ayunas, ciruelas e higos secos, muesli, pan integral, copos de cereales y el ejercicio o movimiento.

Ayudar al estómago

Durante el ayuno disminuye la producción de jugos gástricos pero al volver a comer es necesario que aumenten para mejorar la digestión.

Favorecen la secreción de jugo: masticar bien, los alimentos crudos, las frutas ácidas (limón, manzana cruda, fresa), los ácidos lácticos (chucrut, yogur) y las plantas aromáticas.

Sin tóxicos

Cuando se recuperan la masa muscular y los depósitos de energía que el ayuno ha hecho perder, es importante que el cuerpo no reciba tóxicos.

Se puede, asimismo, aprovechar para acostumbrarse a elegir alimentos con el menor número de tóxicos posible y valorar los que provienen de la agricultura biológica.