La artritis y la artrosis suelen confundirse, pues ambas son enfermedades reumáticas que provocan dolor en las articulaciones. Sin embargo, se trata de dos enfermedades muy diferentes que no comparten ni causas, ni síntomas ni tratamientos.

Saber distinguirlas es importante para poder diagnosticarlas y tratarlas a tiempo y frenar lo máximo posible su evolución.

¿Qué es la artritis?

La artritis es una enfermedad crónica que provoca la inflamación de las articulaciones. En concreto, la membrana sinovial (un tejido que recubre el interior de las articulaciones móviles) produce un exceso de líquido inflamatorio, que puede llevar al desgaste de los huesos y cartílagos.

Además de a las articulaciones, la artritis puede afectar a otros órganos o sistemas del cuerpo, como el pulmón, el corazón o el riñón.

Puede ocurrir en personas de cualquier edad, pero es más frecuente en mujeres de entre 30 y 50 años.

La artritis engloba a más de 100 enfermedades distintas, que se diferencian por el órgano o sistema afectado, y la artritis reumatoide es la más frecuente. En la actualidad no tiene cura y sus tratamientos van enfocados a aliviar los síntomas y mejorar el funcionamiento de las articulaciones.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una enfermedad degenerativa crónica que provoca un desgaste de la articulación y suele empeorar con el paso del tiempo.

  • El cojín protector que hay entre los huesos de las articulaciones (cartílago) es lo que resulta dañado y, cuando los huesos rozan entre sí, aparece dolor.

Los diferentes tipos de artrosis se distinguen por cuál es la zona afectada y es más frecuente en las articulaciones que más usamos: las manos, las rodillas, las caderas, la columna o los pies.

Aunque la artrosis no tiene cura, el reposo, la práctica de ejercicio ligero, bajar de peso (en caso de tener obesidad o sobrepeso) son claves para retrasar su progresión y disminuir el dolor.

Diferencias en las causas de la artritis y la artrosis

Las principales causas de la artrosis son el desgaste de la articulación debido a la edad o a un uso excesivo. Es por ello que esta enfermedad suele afectar a personas mayores y a aquellas que (por su trabajo o por practicar mucho deporte) han realizado mucho esfuerzo con las articulaciones.

La artritis reumatoide, en cambio, es una enfermedad inflamatoria crónica que se cree que tiene un origen autoinmune, es decir, es el propio organismo el que ataca a determinadas células del cuerpo por error y causa la inflamación,

Diferencias en los síntomas de la artritis y la artrosis

Tanto la artritis como la artrosis provocan dolor. Sin embargo, en el caso de la artrosis el dolor aumenta al usar la articulación (incluso para hacer gestos tan simples como abrir una botella) y mejora cuando está en reposo. En la artritis reumatoide, en cambio, el dolor es permanente y se intensifica en reposo.

Otra diferencia importante entre los síntomas de ambas enfermedades es que, mientras que en la artrosis el dolor está localizado en puntos muy concretos (las manos, las rodillas, los pies, la cadera, la columna), en la artritis las molestias son más generales y puede haber cansancio, fiebre sin motivo aparente, sensación de hormigueo en las manos y los pies, ronquera o sequedad en la boca, entre otros síntomas. Además, la artritis reumatoide suele empezar en las articulaciones más pequeñas, como los dedos de las manos.

En ambas enfermedades suele haber rigidez, agarrotamiento y dificultades para mover la articulación afectada a primera hora de la mañana, al levantarse. No obstante, en la artrosis solo se tarda unos minutos en recuperar la movilidad, pero en la artritis puedes tardar mucho más tiempo (hasta una hora).

Por otro lado, en la artritis hay calor, hinchazón y enrojecimiento en las articulaciones. En la artrosis esto no ocurre, pero sí se suelen oír crujidos al mover las articulaciones afectadas.