Sin aire en los pulmones
Caufriez y sus colaboradores han llevado a cabo estudios científicos sobre cómo estos ejercicios, que se practican con los pulmones vacíos de aire, potencian los músculos de la inspiración y de la espiración, solucionando muchos casos de asma y mejorando el aprovechamiento del oxígeno.
Al eliminar la presión del suelo pélvico, también se incrementa el riego sanguíneo y las sensaciones en la zona genital, lo que mejora las relaciones sexuales.
Néstor Serra, profesional certificado por Caufriez, explica: "Prácticamente todas las actividades diarias y deportivas aumentan la presión abdominal. Así, junto con el exceso de sedentarismo, la musculatura de la faja abdominal pierde tonicidad. No soporta el desplazamiento de órganos que provocan estas actividades y las estructuras que tienen la función de asegurar la estabilidad corporal, la micción y la función sexual se van dañando".
Con los ejercicios hipopresivos se reduce esta presión, ya que se realizan sin aire en los pulmones, con lo que disminuye la presión torácica, abdominal y pélvica. "En cada uno de ellos se aguanta en apnea entre 8 y 12 segundos", añade Caufriez. "Se siente una succión como si se cogiera aire por la vagina o el ano y, de forma involuntaria, se activan y tonifican las fibras musculares de estas zonas".
El efecto de succión
Los ejercicios se realizan siempre en una postura de elongación, estirando bien la columna, el cuello y las cervicales, y colocando la barbilla hacia dentro, lo que genera una especie de doble mentón. El peso del cuerpo tiene que desplazarse hacia delante, sobre la punta de los pies.
La disposición de los brazos y de las manos facilita la apertura de las costillas para mantener la apnea el máximo tiempo posible. Se busca la máxima separación de las escápulas empujando con los codos hacia el exterior. Esto crea tensión en los bíceps y tríceps con los talones de las manos hacia abajo y los dedos de las manos juntos apuntando hacia la cabeza.
Tras sacar todo el aire por la boca realizando una espiración forzada, se bloquea la glotis, se relajan los músculos abdominales y se abren las costillas. De esta forma se produce un efecto de succión y el vientre asciende visiblemente debido a la disminución de la presión interna. Después de mantener la apnea entre 8 y 12 segundos, se inspira y se vuelve a soltar el aire.
Es importante un buen asesoramiento profesional para que el entrenador realice una valoración previa de la tonicidad de la faja abdominal y el suelo pélvico. Para ello se recurre a ocho tests validados a través de ecografías que cuantifican la hipotonía de esas dos zonas. Por ejemplo, si al toser el vientre sale hacia afuera en lugar de ir hacia dentro, es síntoma de que la faja abdominal no cumple su función.
Para notar los efectos del método hipopresivo se precisan unos dos meses de entrenamiento.
Cuánto tardan en notarse los beneficios
Para notar los efectos del método hipopresivo se precisan unos dos meses de práctica bien ejecutada, periodo que puede llegar hasta seis meses en algunos casos. La constancia resulta básica: cada sesión debe durar unos 20 minutos, con una frecuencia de dos días a la semana en el primer mes.
Se recomienda aumentar la frecuencia hasta realizar los ejercicios diariamente en los siguientes meses. Al final de este periodo de reprogramación de la faja abdominal también se realizan los tests. Las clases en grupo suelen durar 30 minutos y se recomienda una asistencia de al menos dos veces por semana y practicar además en casa.
Órganos internos más protegidos
Este método constituye una base excelente para realizar con seguridad cualquier tipo de actividad física, ya que actúa sobre la cincha manométrica abdominal, que va desde la cintura y rodea todo el abdomen por debajo del ombligo. Esta cincha sufre muchas distensiones sobre todo en la mujer durante el embarazo, un proceso que deja estos músculos abdominales separados por la denominada línea alba.
El método hipopresivo logra corregir esta separación trabajando exclusivamente sobre esta zona abdominal sin añadir presión y elevando todos los órganos. La función de la faja abdominal se puede dividir en tres niveles de actuación, como si fuera una escalera en la que no se puede acceder al segundo peldaño si primero no se ha subido el primero.
En el primer nivel se asegura la función de protección de órganos internos y la respuesta de contracción a los incrementos de presión intraabdominal. En un segundo nivel se da estabilidad a la zona y se proporciona una correcta transmisión de fuerzas entre las extremidades y el centro del cuerpo. Por último se incorporan elementos de trabajo en donde la musculatura abdominal genere movimiento.
Una postura mejor
En caso de que la cincha abdominal no pueda asegurar la primera función este movimiento debilita las estructuras, lo que puede generar una hernia abdominal, inguinal, umbilical e incluso vaginal. "Los ejercicios hipopresivos trabajan para que no falle este primer eslabón. Se trata de los abdominales más saludables porque tonifican la faja abdominal y a la vez protegen la espalda. En un mes de ejercicios hipopresivos se consigue una mejora postural que se comprueba en el reposicionamiento de la proyección del eje de gravedad y la disminución de la curvatura lumbar, cervical y de la cifosis dorsal", explica Néstor Serra.
El sentimiento de confort postural aumenta significativamente. Además, gracias a la excitación del neumotáxico, el centro respiratorio que controla todos los músculos implicados en la respiración, se desencadena una segregación de dopamina (morfina natural del cuerpo) y una normalización de las tensiones musculares y corporales, lo que se acaba de potenciar con una relajante visualización que se realiza al final de cada sesión.