Misterioso, fascinante o bello son solo algunos de los calificativos que surgen al contemplar una representación de euritmia. Los danzantes visten túnicas y pañuelos, se mueven casi siempre de cara al público, erguidos, con porte elegante y a menudo con los brazos en alto.
El espectador no iniciado puede creer que se encuentra ante algún tipo de coreografía contemporánea, pero en realidad se trata de una disciplina con un siglo de historia, sus propias normas y un enfoque a menudo terapéutico, ya que a menudo se utiliza como tratamiento complementario en enfermedades crónicas.
La antroposofía y el movimiento armonioso
La euritmia, que puede traducirse por "movimiento armonioso" o "correcto", nació en 1912 fruto de la inspiración del filósofo y visionario Rudolf Steiner, impulsor también de la pedagogía Waldorf, la agricultura biodinámica, la medicina antroposófica y la antroposofía o "ciencia espiritual", que fundamenta todas estas propuestas.
Marije Grommers la practica desde hace 25 años y desde hace quince la aplica de manera terapéutica, actualmente en la AB Clínica de Barcelona. "Me gusta sobre todo trabajar con las posibilidades curativas de la euritmia –que para mí es un camino de autoconocimiento–, descubriendo cada vez algo nuevo, viviendo en el momento y desarrollando la creatividad", afirma.
La euritmia restablece la salud a través de la práctica continua de los movimientos adecuados. Se define como un arte creativo y libre que a través de determinados gestos corporales intenta hacer visibles los movimientos formativos o arquetípicos que se producen en el mundo interior y que, según Rudolf Steiner, también se hallan detrás del habla (prosa y poesía) y de la música. No se trata por tanto de ofrecer ante todo algo bello, sino de revelar las experiencias interiores de acuerdo con un lenguaje de gestos muy preciso.
Ritmo, música y palabras
Una diferencia entre la euritmia y otras disciplinas corporales como las artes marciales orientales es que el centro del movimiento anímico es la región del corazón. La experiencia del movimiento resulta por ello muy diferente a la que tiene como eje ese centro situado unos tres dedos por debajo del ombligo (la zona llamada haraen la tradición japonesa o tan tien en la china).
Las letras tienen un gran significado en la euritmia. "Las fuerzas formativas de las consonantes –explica Marije– son equivalentes a las fuerzas formativas de la naturaleza, del mundo creado. Estas fuerzas se reflejan en el funcionamiento de los órganos. En cuanto a las vocales, expresan lo que ocurre en nuestro interior".
Vocales y consonantes se pueden usar juntas o separadamente para estimular el organismo, favorecer la buena adaptación psíquica y emocional, y fortalecer el "Yo".
La música, que puede acompañar los movimientos, también produce un efecto terapéutico específico.
El terapeuta puede elegir gestos y sonidos que actúan a la vez sobre las emociones y sobre procesos fisiológicos (como la circulación o la digestión) con objeto de activarlos o regularlos.
Además, andar y moverse en ciertos ritmos puede tener un efecto general estimulante o calmante. Las sesiones con el terapeuta son individuales, duran de 30 a 40 minutos y pueden realizarse una o varias veces a la semana. Siempre tienen lugar en espacios interiores, aunque las fotos de este artículo se hayan efectuado al aire libre. Un tratamiento típico puede durar dos meses e incluye la realización diaria en casa de los ejercicios aprendidos.
Estos ejercicios pueden ayudarte a practicarla en casa: