Una de las formas de practicar chikung más populares consiste en realizar la serie de movimientos que se denomina "los 8 tesoros" (baduanjin, que también se conoce como las "8 joyas" o las "8 piezas de brocado").

El objetivo de la práctica es cuidar y mejorar la salud gracias a los efectos sobre el flujo de las energías que gobiernan el funcionamiento del organismo, según la medicina tradicional china.

¿Cuáles son los beneficios de los 8 tesoros?

Existen varios estudios científicos que han probado los beneficios de la práctica habitual. Una revisión publicada en Evidence Based Complementary and Alternative Medicine recoge beneficios sobre la calidad de vida, el sueño, la forma física y los niveles de presión arterial.

Otra investigación indica que el chikung junto con el tratamiento convencional puede estar indicado para los pacientes con diabetes tipo dos.

¿Como se practica el baduanjin?

Aunque siempre se ha de aspirar a la perfección en la realización de la serie de gestos, hay que tomárselo con calma, pues para llegar a una ejecución magistral hacen falta de uno a tres años.

Hay que tener en cuenta que no se trata solo de un ejercicio físico, sino que este se armoniza con la respiración, con la atención mental y con la emoción. En este artículo realizamos solo una explicación somera.

Cada uno de los 8 ejercicios que conforman el baduanjin se centra en un área física y un meridiano o canal de energía diferentes. El orden puede variar, pero el siguiente es el más común. Cada ejercicio se repite un mínimo de 6 veces.

1. Las manos sostienen el Cielo

Este movimiento estimula el meridiano "triple calentador" (san jiao). Este sistema es el encargado de la producción y distribución de energía (chi) por el cuerpo. Durante el ejercicio se intenta sentir el chi. Este puede reflejarse en hormigueo al iniciar el estiramiento o en una sensación de calor.

  • Consiste en un movimiento hacia arriba de las manos, que se mueven hacia el centro del cuerpo.
  • Se parte de la posición de pie con los separados el ancho de hombros, las rodillas ligeramente flexionadas y la cadera ligeramente basculada hacia atrás (pelvis hacia delante). Esta es la posición inicial (wu chi) de los ejercicios.
  • Primero concéntrate en un emoción amorosa que ubicas en el corazón y luego fija la atención en el centro de gravedad, que se sitúa unos cuatro dedos por debajo del ombligo (el punto dan tien).
  • En un movimiento fluido, entrelaza los dedos de las manos a la altura del vientre con las palmas hacia arriba y mientras las subes las vas girando para que las palmas miren hacia arriba y estiramos las rodillas.
  • En el mismo gesto inspira llevando el aire a la parte baja de los pulmones. Cuando las palmas llegan a la altura del pecho empieza a despegar los talones del suelo. Finalmente sostén el cielo totalmente estirado.
  • Abre despacio los brazos hacia los lados, dibuja con las manos un círculo amplio hasta que las unas a la altura del vientre. Acompaña este movimiento con la espiración, vaciando lentamente los pulmones.

2. Tensar el arco para disparar al halcón

El practicante imita la acción de apuntar con un arco hacia la derecha y hacia la izquierda. Este ejercicio estimula los pulmones, los riñones y el bazo.

  • Al inhalar, lleva los brazos a la altura del pecho, de manera que queden en paralelo al suelo, damos un paso hacia la izquierda y flexiona las rodillas para adoptar una postura similar a si estuviéras montados en un caballo. La espalda está recta y la cadera basculada hacia atrás (pelvis hacia delante).
  • Gira el tronco hacia la izquierda al tiempo que extiendes ese brazo. Los dedos índice y pulgar de la mano izquerda se extienden formando un ángulo recto y los otros dedos se repliegan.
  • Mientras el brazo izquierdo se extiende hacia su lado, el derecho se flexiona con el codo a la altura del hombro. Si te fijas, el movimiento es el de tensar un arco. Al tiempo el torso gira para orientarse de nuevo hacia el frente.
  • La mirada se fija sobre la mano izquierda como apuntando a lo lejos.
  • Al espirar, lleva los brazos hacia el centro y estira las rodillas.
  • Repite el ejercicio hacia el otro lado.

3. Separar el Cielo y la Tierra

Si en el primer movimiento las manos empujan hacia arriba, en este tesoro una mano empuja hacia arriba mientras la otra lo hace hacia abajo. Es beneficioso para el estómago, el páncreas y el bazo.

  • Se parte de la posición inicial, wu chi. Inhala y pon las manos enfrentadas por las puntas de los dedos a la altura del estómago, una con la palma hacia arriba y la otra hacia abajo.
  • Al espirar separa las manos de manera que la que tiene la palma hacia arriba sube hasta por encima de la cabeza. La mano va girando de manera que la palma pasa de orientarse hacia arriba a hacerlo hacia abajo. La otra mano desciende hasta que el brazo se estira por un costado. Mira hacia la mano que está en lo alto.
  • Al inhalar, lleva de nuevo las manos a la altura del estomago, pero invirtiendo la orientación del comienzo y sepáralas al exhalar, elevando ahora la otra mano.
  • Al hacer el ejercicio mueve las manos como si el aire fuera denso y tuvieran que vencer cierta resistencia. Esto hace que los músculos se activen, pero la tensión no tiene que ser excesiva.

4. El búho sabio mira hacia atrás

El cuello se estira alternavitamente hacia la izquierda y hacia la derecha. Este ejercicio realiza un masaje sobre el intestino grueso.

  • Parte de la posición inicial. Al inhalar, gira la cabeza a la izquierda todo lo posible, llegado a ese punto, gira también el tronco y dirige la vista hacia atrás, hacia el horizonte. Durante el giro concéntrate en el dan tien.
  • Al espirar, vuelve lentamente a la posición inicial. La mirada debe dirigirse hacia el horizonte, siempre a la misma altura. Durante el giro de regreso a la posición inicial dirige la atención desde el punto situado en el centro del perineo (hui yin) al centro de las plantas de los pies (yong quan).
  • Realiza lentamente el mismo giro hacia la derecha.

5. Balancea la cabeza y menea la cola

Para realizar el tesoro, el practicante se pone en cuclillas, coloca las manos en los muslos con los codos hacia afuera y gira para mirar hacia atrás a cada lado. Su objetivo principal es eliminar el exceso de calor (o fuego) del corazón. Es un ejercicio adecuado para reducir la ansiedad.

  • Desde la posición inicial da un paso a la izquierda y flexiona las rodillas para adoptar la posición de "a caballo".
  • Apoya las manos sobre los muslos, cerca de las rodillas y dibuja un círculo con el tronco: primero inspira y flexiónalo hacia adelante, llévalo a la izquierda mientras subes (como si tiraran hacia atrás de ese hombro) y al espirar baja por la derecha y vuelve al centro.
  • Al llevar el tronco hacia un lado, el peso recae sobre esa pierna y la otra se estira. La espalda se mantiene estirada en todo momento.

6. Las manos sujetan los pies

Se efectúa un estiramiento hacia arriba, seguido de una flexión hacia adelante hasta que se agarran los dedos de los pies con las manos. Este ejercicio fortalece los riñones, donde reside la energía vital esencial.

  • Se parte de la posición inicial y flexionamos un poco las rodillas. La cadera se bascula hacia atrás (pelvis hacia adelante).
  • Al inhalar, levanta los brazos por los costado hasta llevarlos por encima de la cabeza con las palmas orientadas hacia adelante.
  • Al exhalar, las manos descienden cerca del pecho y se llevan hacia atrás, descienden por los riñones, las nalgas y la parte posterior de los músculos y las pantorrillas hasta llegar a las puntas de los pies (se puede flexionar un poco más las rodillas para conseguirlo). Se tira ligeramente de las puntas de los dedos y enseguida se levantan los brazos estirados y hacia adelante para llevarlos de nuevo por encima de la cabeza donde empezaremos un nuevo movimiento hacia los pies.
  • La concentración se dirigi sucesivamente a los puntos ming men (sobre los riñones), hui yin (perineo) y chang qiang (extremo del coxis).

7. Apretar los puños y mirar ferozmente

Es similar al segundo tesoro (tensar el arco), pero en lugar de agarrar un arco, se da un puñetazo hacia los lados o hacia adelante. Su fin es incrementar la vitalidad general y la fuerza muscular.

  • Flexiona las rodillas, aprieta los puños y frunce el entrecejo, enfadado.
  • Da un paso no demasiado largo hacia la izquierda y flexiona las rodillas para adoptar la posición de un jinete. Bascula la cadera hacia atrás (pelvis hacia delate) para que la columna no se curve hacia dentro por la zona lumbar.
  • Lleva los puños con el pulgar hacia arriba (nudillos hacia abajo) cerca del estómago y al inhalar dirige un puño primero hacia arriba (a la altura del pecho) y luego hacia adelante). Aprieta el puño con fuerza y mira hacia adelante con los ojos bien abiertos. El resto de músculos han de estar relajados.
  • Al exhalar, relaja la mirada, abre el puño y vuelve al lado del estómago para repetir el movimiento con la otra mano.

8. Rebotando en los dedos de los pies

Se trata de dar un empujón hacia arriba desde los dedos de los pies con un pequeño movimiento de balanceo al regresar a tierra. Las vibraciones que produce este ejercicio suavizan el chi después de la práctica de los siete anteriores. Este ejercicio distribuye la energía por todo el cuerpo.

  • En la posición inicial, con el cuerpo bien alineado, inhala y ponte lentamente sobre las puntas de los dedos. Acerca la barbilla al cuello para que la nuca se estire.
  • Espira y desciende sobre las plantas de los pies. Repite siete veces este subir y bajar para completar un ciclo. Realiza un mínimo de tres ciclos y un máximo de nueve.