Todos hemos sufrido algún episodio de insomnio a lo largo de nuestra vidas. No nos debemos obsesionar y, si a los niños les hacemos contar ovejitas, pongamos nosotros en práctica unos sencillos ejercicios de respiración.
- Apoya la punta de la lengua justo detrás de los incisivos centrales superiores.
- Espira todo el aire resoplando por la boca. Vacía completamente los pulmones.
- Cierra la boca e inhala a través de la nariz mientras cuentas hasta cuatro.
- Sostén la respiración durante siete segundos. Este paso es el más importante porque relaja y oxigena.
- Exhala lenta y completamente a través de la boca. Hazlo resoplando, de manera que el aire zumbe al salir. Esta espiración debe alargarse durante ocho segundos.
- Repite tres veces más.
6 malos hábitos que no nos dejan dormir
Para dormir bien, conviene también evitar algunos hábitos poco saludables:
- No se deben ingerir líquidos al menos dos horas antes del momento de ir a la cama. Una vejiga llena puede interferir con el sueño.
- Si necesitas levantarte durante la noche, no te expongas a luces brillantes. La luz intensa puede reajustar su reloj interno y hacer más difícil el volver a dormirse.
- Aleja el reloj del campo de visión. Mirar el despertador intensifica nuestra obsesión por conciliar el sueño.
- Hay que desterrar el televisor, el móvil y la comida de nuestro dormitorio.
- No es el momento de resolver problemas. Realicemos una lista mental de tareas para el día siguiente y después intente quitarlas de su mente. No es el momento de consultar con la almohada.
- Levántate con el sol. La luz natural ayuda a reajustar nuestro reloj biológico interno. Los expertos del sueño recomiendan una exposición de una hora a la luz solar matinal para las personas que tienen problemas para dormirse por la noche.