Una nueva investigación sugiere que algo tan sencillo como una carrera corta puede mejorar el funcionamiento del cerebro. Es otras de las ventajas del ejercicio físico, que, practicado regularmente reduce el riesgo de desarrollar una amplia variedad de enfermedades crónicas.

El impacto positivo del ejercicio en la función cerebral es otra razón más para ponerse en movimiento. Pero, ¿cuál es el mejor tipo de ejercicio para conseguir los efectos deseados?

Ejercicio para el cerebro: una carrera de 10 minutos a intensidad moderada

Si bien cualquier movimiento corporal puede ser beneficioso, una nueva investigación sugiere que una carrera corta de intensidad moderada puede mejorar la función cerebral.

Veintiséis sujetos sanos completaron una carrera en cinta rodante de 10 minutos al 50% del consumo máximo de oxígeno, seguido de una sesión de descanso.

Con el objetivo de medir el impacto de esta sesión de ejercicio tanto en el estado de ánimo como en la función ejecutiva, los investigadores utilizaron la denominada “escala bidimensional del estado de ánimo” y el test de Stroop de combinación de colores y palabras antes y después de cada sesión.

Los investigadores descubrieron que una carrera de 10 minutos estimula la corteza prefrontal, lo que da como resultado un estado de ánimo más positivo y una mayor función ejecutiva.

Si bien el estudio es pequeño, el impacto positivo del ejercicio en la función cerebral está respaldado por investigaciones anteriores.

¿Cómo se ha medido el efecto del ejercicio sobre el cerebro?

El test de Stroop es una prueba bien conocida, que comienza con una tarea relativamente fácil y luego termina con una parte más desafiante. En la última tarea, se muestra al participante una palabra escrita, el nombre de un color, pero impreso en tinta de otro color. Se le pide al participante que nombre el color de la letra y hay un retraso en la respuesta debido a la falta de coincidencia entre la palabra y su color. Este tiempo en que el cerebro tarda en decidir finalmente cuál es la respuesta correcta se utiliza para valorar la función cognitiva.

Los investigadores de este estudio midieron las diferencias en el tiempo entre la tarea más fácil y la tarea más difícil y observaron cómo una carrera corta de 10 minutos a un ritmo moderado impactaba en ese tiempo. Los resultados encontraron que correr condujo a diferencias de tiempo más cortas entre las tareas. En consecuencia, los investigadores concluyeron que correr puede aumentar el funcionamiento ejecutivo en el cerebro.

El ejercicio mejora el aprendizaje y la memoria

Aunque el estudio no tiene en cuenta específicamente el efecto del ejercicio físico sobre el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), el análisis de datos previo indica que la actividad corporal, especialmente el entrenamiento por intervalos, puede resultar en una mayor concentración de esta proteína, lo que puede tener un impacto positivo tanto en el aprendizaje como en la memoria.

Se sabe que correr aumenta el BDNF, que ayuda a generar neuronas nuevas a través de la neurogénesis. Pero los beneficios de correr en el cerebro no terminan ahí. Correr aumenta la activación de ciertas áreas del cerebro, posiblemente a través de la concentración necesaria para mantener el equilibrio y el paso.

Existen diferentes neurotransmisores que pueden liberarse durante una carrera, junto con impactos en el sistema endocannabinoide. De hecho, el “subidón” del corredor que muchas personas experimentan probablemente se deba al impacto en este sistema.

Correr es otra herramienta para mejorar la salud mental, y los beneficios de este modo de ejercicio se pueden lograr en tan solo 10 minutos. Si estás buscando darle un impulso a tu capacidad intelectual, puedes considerar incorporar carreras cortas en tu programa semanal de ejercicio físico.

Referencias científicas:

Soya et al. Benefit of human moderate running boosting mood and executive function coinciding with bilateral prefrontal activation. Scientific Reports.