Estas posturas relajantes son excelentes para los momentos en los que se agradece una dosis extra de serenidad. Busca un lugar tranquilo y adopta una de estas posiciones para relajarte. Puedes hacer una, varias o, mejor aún, toda la serie.
En cualquiera de las posiciones que adoptemos se trata de realizar el siguiente ejercicio respiratorio:
- Escuchamos la respiración en la posición desde la que partimos. Intentamos percibir dónde respiramos, con qué intensidad y el lugar que ocupa la respiración en el cuerpo.
- Mientras nos colocamos lentamente en la posición que propone el ejercicio, observamos cómo cambia la respiración a cada movimiento.
- Al acabar percibimos las diferencias que se han operado en la respiración.