Estiramientos para ser más flexibles y relajarse

Los estiramientos sientan tan bien al cuerpo como a la mente. Prueba con estos ejercicios que se hacen de forma lenta y sostenida: te ayudarán a ganar flexibilidad en el día a día y relajar los músculos tras cualquier actividad física.

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Los estiramientos no deberían ser un mero complemento de nuestra actividad física, sino una parte fundamental de la misma. Son muchos los beneficios que nos aportan: ayudan a aumentar la temperatura muscular, promueven la mejora de los rangos de movimientos de las articulaciones, participan en el proceso de vuelta a la calma de nuestro organismo después de realizar un esfuerzo físico, disminuyen la posibilidad de lesionarnos, mejoran el rendimiento deportivo e incrementan la elasticidad de nuestros músculos.

Existen diferentes tipos de estiramientos, que eligiremos en función de nuestro objetivo. En este artículo nos centramos los estiramientos pasivos o estáticos. Estos estiramientos se realizan de forma lenta y sostenida en el tiempo para proteger los tejidos blandos. Principalmente, nos ayudarán a incrementar la elasticidad de los músculos y contribuirán a relajarlos después de un esfuerzo físico. También nos ayudarán a mejorar la rigidez muscular.

6 estiramientos para hacer en cualquier momento

Esta serie de estiramientos trabaja diferentes grupos musculares. La puedes utilizar como complemento de cualquier entrenamiento que realices, al acabar, o bien practicarla en cualquier momento del día como una forma de cuidarte, de dedicar unos minutos a proteger tus músculos y articulaciones, conectar con tu respiración y descansar la mente.

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1. Activar la espalda

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1. Activar la espalda

  • Separa las piernas el ancho de las caderas, con las rodillas estiradas, y lleva el peso a los talones.
  • Estira los brazos arriba, alarga la espalda, inclínate hacia delante sin flexionarla y mantén 5-10 segundos. Deja caer el tronco hacia el suelo y repite 5 veces.
  • Para relajar la lumbar descansa con el tronco hacia abajo y las manos en los codos 10 segundos. Los codos tiran hacia abajo.

 

2. Abrir el pecho

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2. Abrir el pecho

  • De pie, con las piernas separadas el ancho de las caderas como en el ejercicio anterior, lleva una mano hacia el tobillo de la pierna contraria y abre el brazo opuesto hacia el techo, sintiendo cómo el pecho se abre al máximo. No fuerces, disfruta de la sensación de expansión.
  • Mantén los brazos completamente estirados, los hombros hacia atrás y la intención de llevar las manos en direcciones opuestas, como si alguien tirara de tu mano elevada hacia el techo y de tu mano descendente hacia el suelo.
  • Mantén en la postura durante 10 segundos y repite cambiando de lado.
  • Repite la torsión a ambos lados 2 veces.

3. Estirar los hombros

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3. Estirar los hombros

  • Partimos de nuevo de la postura de pie con las piernas separadas lo ancho de las caderas y bien estiradas, sin flexionar las rodillas.
  • Entrelaza las manos por detrás de la espalda y, a la vez que dejas caer tu cuerpo hacia el suelo, lleva las manos hacia el frente y hacia abajo. Mantén los brazos lo más estirados posible, pero sin poner tensión en los hombros.
  • Lleva la mirada hacia las piernas para no forzar el cuello y mantén la posición durante 10 segundos.
  • Repite el ejercicio 3 veces. Estirarás toda la parte alta del cuerpo (hombros, pecho y espalda), además de las piernas.

4. Descargar los glúteos

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4. Descargar los glúteos

  • Túmbate boca arriba, barbilla hacia dentro y espalda bien apoyada.
  • Flexiona una pierna y lleva el tobillo de la otra sobre la rodilla flexionada.
  • Con las manos enlazadas lleva esa pierna doblada hacia el pecho y mantén 15 segundos. Repite al otro lado.
  • Puedes hacer el ejercicio en torsión, entrelazando las piernas y llevándolas hacia el lado de la que queda debajo.

5. Piernas más flexibles

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5. Piernas más flexibles

  • En el suelo, de nuevo boca arriba, flexiona una pierna y estira la otra hacia el techo, entrelazando las manos por detrás.
  • Lleva la rodilla hacia el pecho de una forma activa y, cada vez que expulses el aire, intenta dar un poco más de intensidad a la posición (nunca llegando al dolor).
  • Trata de mantener la pierna lo más estirada posible y los hombros lejos de las orejas, sin forzar el cuello.
  • Mantén 20 segundos y aumenta la intensidad de forma progresiva.
  • Repite con la otra pierna.

6. Alargar los costados

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6. Alargar los costados

  • Siéntate con las piernas cruzadas en una postura en que no notes tensión en rodillas ni espalda (puedes usar una toalla doblada para elevar la cadera).
  • Alarga un brazo hacia arriba y mantén la mano contraria apoyada en el suelo.
  • Sin separar los glúteos del suelo, lleva el brazo en dirección opuesta sintiendo cómo se estira y alarga tu espalda. Si puedes dar un poco más de intensidad, apoya el codo contrario en el suelo.
  • Mantén la posición 10 segundos y cambia hacia el otro lado. Repite dos veces.

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