El método periné y movimiento
El método se apoya en una serie de secuencias de movimiento, practicadas en grupo y abiertas a hombres y mujeres, que se enriquecen de clase en clase. El objetivo es ejercitar de diversas maneras el periné para aumentar progresivamente no solo su fuerza sino también su coordinación con la respiración, y mejorar su respuesta y adaptación a las acciones cotidianas y las prácticas corporales de cada uno.
Cada clase propone un tema nuevo de exploración, junto a algunas de las secuencias de este artículo, que se repiten para profundizar y observar los progresos.
La pelvis, el continente óseo del periné
La pelvis es el armazón óseo en el que se encuentra el periné, su casa por así decirlo. Resulta esencial dedicar tiempo a reconocer la propia pelvis, ya que en ella se fijan las diferentes capas musculares que constituyen el suelo pélvico.
Con ello se consigue situar al periné dentro de la estructura que lo contiene y que podremos luego relacionar con el tronco y con todo el cuerpo. Por eso la toma de conciencia de la pelvis ocupa un lugar central en las primeras sesiones.
Se explora la pelvis en el cuerpo a través de contactos, presiones, apoyos y movimiento. A partir de ahí es más fácil diferenciar los músculos que se encuentran dentro de la pelvis –el suelo pélvico– de los que simplemente actúan a su alrededor.
Contraer...y relajar
El suelo pélvico constituye la parte muscular del periné: es todo lo que puede contraerse, tonificarse... pero también relajarse. Los dos estados son necesarios, en alternancia, para que esta zona se mantenga adaptable y viva. Muchos ejercicios del método "Periné y Movimiento" solicitan la contracción del suelo pélvico, mientras que otros requieren, por el contrario, una relajación a veces desconocida e inexplorada.
Puede parecer arriesgado (se cree que relajar esta zona en profundidad podría provocar que "todo" se soltase), pero la experiencia es guiada por el profesor, quien sigue un protocolo y sabe que el objetivo final es devolver de nuevo el tono.
Al explorar la relajación del periné se consigue desarrollar una gama de matices más amplia: es posible contraer con potencia o hacerlo delicadamente, delante o detrás, en un lado o en el otro. De ese modo se consigue adaptar la contracción a una acción que se está desarrollando y que cambia. Todo esto permite contar con un periné más eficaz, más reactivo, que se adapta y que permite incluso ejercer una acción global positiva sobre el cuerpo, apoyándole en sus movimientos.
Conocer el suelo pélvico
El suelo pélvico contiene tres capas. La más profunda presenta forma de cuenco y está directamente en contacto con los órganos de la pelvis (vejiga, recto, útero/próstata) a los que da apoyo. Esta capa es la más potente, la que constituye el verdadero soporte de la parte baja del tronco.
Por debajo de ella, la parte anterior de este cuenco posee una capa de refuerzo para prestar apoyo –en la mujer– o suspensión –en el hombre– a los órganos genitales. Más superficialmente aún, cerca de la piel del periné, existe una capa más fina con forma de cruz.
Aquí los músculos protegen y brindan apoyo a las zonas eréctiles masculinas y femeninas. Son menos potentes pero su acción es más fácilmente perceptible. Por ello, en la adquisición del manejo de toda la musculatura perineal, pueden actuar como brújula que permite orientarse con más precisión en la zona.
Un lugar de paso
El suelo pélvico proporciona, pues, soporte y regula además el funcionamiento de los esfínteres: de la uretra, del ano y, para la mujer, de la vagina. Es el lugar en el que se permite o no el paso: relaciones sexuales, orina, heces, parto.
Por eso es importante que se mantenga elástico y flexible incluso cuando se fortalece. Existen ejercicios variados, en concreto ejercicios en posiciones asimétricas, que mantienen a la vez la fuerza y elasticidad de estos pequeños músculos.
La raíz del equilibrio
El periné proporciona los cimientos, el fundamento del tronco. A menudo las personas que tienen debilitada esta zona de su cuerpo refieren sentirse como "abandonadas", desarraigadas de su base, desequilibradas. Para mantenerse de pie necesitan compensar esto tratando inconscientemente de suspenderse de su tórax o de sus brazos.
Lo hacen mediante tensiones en la parte alta del cuerpo, puesto que no son capaces de tomar apoyo en su base. Podemos imaginar entonces que despertar esta zona de apoyo y desarrollar su fuerza equivale a construir un equilibrio partiendo de la base, de una raíz más presente, más firme.
Esto pone a disposición más energía y aplomo en la vida cotidiana y puede mejorar además determinados aspectos particulares: la sexualidad, la continencia, el enraizamiento, tanto en el hombre como en la mujer.
A quién le conviene
Esta base perineal resulta importante para todas las acciones que implican al tronco. Por ejemplo, un periné en forma es útil para todos quienes utilizan la voz como herramienta en su vida profesional: profesores, abogados, cantantes, actores...
En las prácticas deportivas, el trabajo del periné permite sentir la unidad del tronco desde su propia raíz. En la prevención del dolor de espalda los músculos del periné permiten construir más fielmente el equilibrio postural para una buena relación entre la pelvis y la columna. Bienestar perineal equivale así a bienestar postural.
Recuperar el periné
En determinadas prácticas corporales (yoga, chikung, taichí, artes marciales, danza oriental, Pilates...) se incluye el manejo del periné. Pero a menudo se simplifica mucho la forma de trabajarlo, lo que empobrece las posibilidades. Puede resultar incluso contraproducente, dado que pocas veces se proporciona el tiempo necesario para estirar y relajar dichos músculos.
Y no obstante, a través de una práctica de desarrollo sensorial y de diferenciación, es posible acceder a todos los músculos del periné de forma afinada, sentir las asimetrías (todos las tenemos) y equilibrarlas, elegir zonas más profundas o más superficiales y centrarse en uno u otro esfínter, según las necesidades, las apetencias y los objetivos.
Cada capa, cada fascículo muscular, tiene un papel que le es más específico y que puede ser afinado. Con la práctica se logra habitar esta zona de otra manera y ganarla para relacionarla con más disponibilidad con el resto del cuerpo, sus zonas vecinas y las más alejadas.
Si nunca te habías detenido en el descubrimiento de tu suelo pélvico, ten paciencia. Al principio, dependiendo incluso del día, es normal no encontrar grandes sensaciones. Pero a través de la práctica tranquila, atenta y regular todo el mundo consigue sensibilizar y manejar esta musculatura. Bienvenido al maravilloso mundo del periné.