El yoga nos enseña a escucharnos, a prestar atención a nuestro cuerpo, a respirar y aliviar las tensiones, a distanciarnos de las emociones y de los pensamientos pasajeros. Podemos aplicar este principio de mindfulness o plena consciencia a las diferentes actividades de la vida y, por qué no, a practicar la plena consciencia en pareja.

Posturas de yoga en pareja para fortalecer el vínculo

Con la práctica del yoga en plena consciencia o, como lo llaman en los países anglosajones, el mindful yoga, usamos la concentración en las sensaciones que experimentamos para vaciar nuestra mente de pensamientos y alcanzar el estado meditativo. Con estas posturas que nos proporciona Mavi Marín podremos llegar a este esta en pareja. Con ello conseguiremos conectar, equilibrar nuestras energías y ampliar la confianza que tenemos en pareja.

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La asana de la diosa

  • Separa las piernas un metro o más y gira los pies un poco más de 45 grados hacia el exterior.
  • Flexiona las rodillas hasta que los muslos estén en paralelo al suelo.
  • Levanta los brazos con los codos flexionados de manera que los antebrazos queden perpendiculares al suelo y las palmas de las manos hacia delante.
  • Concéntrate en tu perineo y contráelo en esta posición. Relaja los hombros y observa tu respiración.

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Abre tu zona pélvica

La paloma real estimula los órganos internos y libera tus emociones.

  • Siéntate con la pierna derecha flexionada sobre el talón derecho de manera que este toque el perineo.
  • Estira la pierna izquierda hacia atrás apoyando el pie sobre el empeine.
  • Con las manos empuja a ambos lados del cuerpo para levantar el torso y acomodarte en la posición.
  • Eleva la pantorrilla izquierda al tiempo que la atrapas con la mano o el antebrazo izquierdo.
  • Abre el pecho y relaja los hombros.
  • Si te sientes en equilibrio, eleva la mano derecha con el pulgar y el índice en contacto. Estás en la postura de la paloma real.

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La vela para tonificar

  • Túmbate sobre la espalda, flexiona las piernas y lleva las rodillas hacia el pecho.
  • Coloca las manos a la altura de los riñones para sujetarte la espalda y acerca al máximo el esternón al mentón.
  • Eleva las piernas con la intención de ponerlas perpendiculares al suelo, en la vertical.
  • Contrae el perineo en el momento en que levantas las piernas y ayúdate de los glúteos para mantenerte perpendicular al suelo. Siente la energía que desciende.
  • Mantén la posición al menos 30 segundos. Observa tu respiración y prepárate para el descenso.
  • Esta postura tonifica el aparato circulatorio, para el que es muy beneficiosa. Evítala si tienes la regla.

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Libera y abre tu corazón

El camello es una postura de entrega. Deja fluir las emociones y el amor.

  • Ponte de rodillas, las piernas separadas.
  • Empuja la pelvis hacia delante al tiempo que inclinas el torso hacia atrás y apoyas las manos sobre los talones.
  • Los muslos deben quedar verticales y los omoplatos deben entrar hacia dentro para relajar los hombros. Las manos llegan al talón. Si no puedes, apóya las en los riñones.
  • Deja caer la cabeza hacia atrás y dirige la mirada lejos.
  • Lleva la respiración a la parte superior de los pulmones.

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Estira y relaja el cuerpo

  • Colócate de nuevo de rodillas y siéntate sobre los talones. Las rodillas deben quedar ligeramente separadas y los dedos gordos de los pies tocándose entre sí.
  • Estira los brazos y flexiona el tronco hacia delante para llevar la frente sobre la esterilla. Los brazos se siguen estirando hacia delante a la vez que descansan sobre el suelo. Estás en la postura del niño.
  • Con la lengua apoyada en el paladar relájate en esta postura e integra las sensaciones experimentadas durante la secuencia.
  • Si habéis practicado en pareja, una persona puede apoyar sus manos sobre los omoplatos de la otra y las rodillas sobre la parte alta de los glúteos y balancear ligeramente a su compañero.
  • Esta postura ayuda a estirar y a flexibilizar la columna vertebral.
  • Relaja el cuerpo, calma la mente y contribuye a equilibrar las energías.

Por Mavi Marín

Nuestro cuerpo experimenta multitud de sensaciones, si prestamos atención a los diferentes elementos físicos podemos liberarnos de bloqueos, miedos, complejos…

yoga en pareja para potenciar los sentiods

Las sensaciones físicas las experimentamos a través de los sentidos. Pero a menudo tenemos la mente tan ocupada por juicios, pensamientos, miedos y prisas que no nos dejan escuchar esta información. Practicar yoga en pareja nos ayuda a despertar los sentidos, ejercitándolos.

  • Potenciar el olfato. Puedes comenzar con el olfato. Percibe los olores e intenta identificarlos, describe si son frescos, pesados, dulzones, florales, agrios… Observa la temperatura del aire en tus fosas nasales, intenta percibir la textura del olor y tus reacciones.
  • Trabajar el tacto . Concéntrate en la textura de las cosas que tocas, las sensaciones de la ropa contra tu cuerpo, el viento sobre la piel, el agua sobre las manos, recorre tu cuerpo de vez en cuando observando el sentido del tacto en cada milímetro. La lengua contra los dientes, los calcetines en los tobillos, el espacio entre los dedos.
  • Procede con la vista, el oído y el gusto de la misma manera. Saborea los alimentos, observa su textura y temperatura; concéntrate en los sonidos que te llegan e intenta definir su origen, la distancia, el volumen. Detente en los colores del espacio en el que estás, fíjate en los detalles, en la forma de las copas de los árboles o de los edificios, mira como si descubrieras todo por primera vez.

Has desentumecido y activado tus sentidos y ahora puedes aplicar esto a tu experiencia íntima en pareja. Elige una sensación en la que concentrarte y obsérvala bien. La respiración, los sonidos, la intensidad de la luz, la textura de la piel, el olor, la temperatura… y no quieras correr a otra, quédate en ella.

Elegir el amor y no juzgar

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Elegir el amor y no juzgar

antes de hacer yoga en pareja

Como paso previo a practicar yoga en pareja necesario equilibrar la energía sexual. Practica esta secuencia de 3 asanas solo o en pareja antes de empezar para conseguirlo:

1. La montaña

De pie, pies juntos y dedos abiertos, tobillos tocándose; contrae los muslos, bascula la pelvis, mete el ombligo, sube el esternón y rota los hombros atrás. Crece hacia el cielo por la coronilla; mentón hacia la garganta.

2. Enraízate

Concéntrate en tus pies, imagina que tienes raíces y siente cómo te mantienen agarrado a la tierra.

3. Mudra del loto

Con los meñiques y pulgares de ambas manos en contacto, respira para limpiar las emociones estancadas:

  • Inspira normal y haz una pausa.
  • Haz una espiración completa seguida de una pausa.
  • Espira el aire que quede.
  • Inspira y haz otra pausa. Haz diez ciclos respiratorios de esta manera y relájate.

Una vez equilibrada tu energía sexual, empieza por la asana de la diosa.