Las rodillas o los tobillos pueden crujir con los primeros pasos después de estar mucho tiempo sentados o tumbados. Algunas personas incluso hacen crujir voluntariamente las articulaciones de sus dedos. Pero, ¿por qué crujen las rodillas? Las causas pueden varias y te las explicamos a continuación.

crujidos en las rodillas: las causas

Las rodillas pueden crujir por varios motivos:

Por culpa del líquido sinovial

La causa más común de los crujidos o chasquidos es la realización de un movimiento inusual que exige a la articulación un desempeño más allá de lo habitual, como cuando hacemos que crujan los nudillos o hacemos un gesto y la espalda suena.

En este caso los crujidos son debidos colapso parcial de microburbujas que se encuentran en el líquido sinovial, el "aceite" que baña la articulación y facilita su funcionamiento. Estos crujidos se denominan crepitaciones y en principio no responden a ningún problema ni producen daño. No hay razón para preocuparse.

Por culpa de la artrosis

Otra causa es que los huesos friccionen en la cápsula articular, pero esto solo se produce en los estados avanzados de artrosis relacionada con la edad, cuando el cartílago está muy dañado, y los ruidos van acompañados de dolor e inflamación. No es por tanto la causa más frecuente de los crujidos.

crujidos en las rodillas: qué hacer

Cuando sentimos un crujido enseguida imaginamos que sufrimos artrosis, artritis reumatoide o algún tipo de lesión en los cartílagos o huesos. En realidad, si no hay dolor o reducción de la movilidad, no hay de qué preocuparse. No obstante, para quedarse más tranquilo, se puede consultar con el médico.

Si el ruido aparece después de una caída, se aprecia una deformación, hinchazón o duele, la visita al médico está justificada. El traumatólogo examinará la articulación y puede realizar una resonancia magnética.

Cómo evitar que las rodillas crujan

Al movernos y hacer trabajar las articulaciones en todo su rango de movimiento estamos estimulando la producción de líquido sinovial, la sustancia que actúa como una "grasa" dentro de la articulación para que el deslizamiento de huesos y cartílagos sea suave. Además al hacer ejercicio se fortalecen los músculos que controlan los movimientos de las articulaciones.

Los ejercicios en que no se producen saltos ni giros demasiado bruscos (como nadar, ir en bicicleta o hacer remo) son especialmente recomendables para las articulaciones.

Deportes que cumplen estas condiciones son nadar, ir en bicicleta, la gimnasia acuática, el patinaje en línea, el yoga, el taichí o pilates.

Es muy recomendable combinar estos ejercicios con entrenamiento de fuerza con máquinas, pesas, cintas elásticas o con ejercicios que utilicen el peso del propio cuerpo.

¿Se puede correr si crujen las rodillas?

Si las rodillas no duelen, no están hinchadas, calientes ni enrojecidas, se puede correr con tranquilidad.

De hecho, aunque se sufra de artrosis se puede correr y hacerlo puede reducir el dolor y el avance del trastorno. Así lo demuestra un estudio realizado en Estados Unidos con 1203 pacientes de más de 50 años durante 8 años: correr les ayudó a reducir las molestias.

Trotar conduce a un ajuste positivo de todas las estructuras del sistema musculoesquelético inferior. Los músculos se desarrollan y son más capaces de absorber los golpes y las vibraciones. Los elementos pasivos como tendones, ligamentos y huesos se vuelven asimismo más resistentes. El ejercicio físico es la mejor forma de protegerse.

Referencias científicas: