Los beneficios de la práctica de yoga online desde casa son múltiples. Sin embargo, cuando una persona se plantea empezar a tomar clases de yoga online desde casa suele preocuparle si esta modalidad de clases de yoga no presenciales puede llegar a ser demasiado fría.

En una clase online de yoga no podemos acercarnos o alejarnos de alguien, dar una palmada en la espalda, un choque de manos o un abrazo. Incluso el mirarnos a los ojos queda desdibujado en la sala virtual. ¿Cómo le hago saber al otro que esto y ahí, que le escucho, que me importa? ¿Cómo puedo saber qué le ocurre al otro si tengo una pantalla de por medio que me ofrece solo una pequeña porción de su realidad? Mantener la calidez del contacto en las clases de yoga online es posible y en este artículo te cuento cómo.

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El vínculo en las clases de yoga online

En los encuentros presenciales a veces se genera un vínculo cercano y palpable al instante y otras veces la relación permanece distante. Eso mismo ocurre en las relaciones o encuentros que se establecen de forma virtual a través de las pantallas. Es algo que pudimos comprobar muy bien durante la pandemia: al pasar los días, y a pesar de las limitaciones que nos traía la falta de contacto físico, empezamos a ver que seguíamos sintiendo cerca a muchos de los que estaban tras la pantalla. Y a otros no.

Esto subrayó que la experiencia de presencia en las relaciones se produce en diferentes ámbitos y no solo en el físico. E incluso que presencia física no implica necesariamente presencia en otras de nuestras dimensiones.

Puedo estar presente físicamente con una persona y presente emocionalmente con otra. Puedo estar física y emocionalmente presente con alguien, pero sin dar ningún espacio a lo intelectual. Puedo percibir y reconocer el nivel de vitalidad en otra persona o mantenerme completamente ajena a ello aun estando presente física, emocional e intelectualmente.

Así, cuando la presencia está en la base de nuestro acercamiento, las clases de yoga online resultan más cálidas. Lo esencial es:

  • Asistir a la sesión con la clara conciencia de que se va compartir un tiempo y una actividad con un grupo de personas.
  • Recordar siempre que cada voz es la expresión completa de ese alguien que la ofrece y que está ahí en ese mismo instante, compartiendo el espacio de la práctica que es otro distinto al espacio físico en el que cada uno nos hallamos.
  • Saber que nuestros sistemas nerviosos no solo captan información sobre lo que tocamos y que toda esa información que emitimos –y que viaja hacia otras personas que la reciben– también somos nosotros.

El cultivo de la presencia en las sesiones de yoga online

Tanto quien facilita las sesiones como quien las recibe puede ejercitar su estado de presencia, ampliándolo a diferentes ámbitos, y facilitarlo a los demás.

Qué pueden hacer los alumnos

  • Mostrar su nombre en pantalla y recordar los nombres de las demás personas que participan.
  • Dar muestras de que ha escuchado las aportaciones de los demás. Si tiene el vídeo activo, su propia actitud atenta será suficiente. Si no está el vídeo activo se puede usar el chat o los emoticonos ¡un pulgar arriba hace mucho!
  • Participar en los espacios de diálogo o hacer explícita su necesidad de intimidad: “aunque veáis que no digo nada, os escucho con atención”.
  • Ser activo en la comunicación sobre sus dudas, dificultades y avances en la práctica.

Qué pueden hacer los profesores

  • Dejar la sala abierta unos minutos antes para que las personas se puedan conectar y encontrar antes de que empiece la sesión.
  • Dar la bienvenida a los asistentes mostrándoles que es consciente de que están ahí.
  • Mantener un alto grado de atención en su propio movimiento para que su voz y gestos inviten a lo mismo a quien escucha y observa.
  • Preguntar por lo que no puede detectar a través de la pantalla: “¿tenéis suficiente espacio para extender los brazos?”, “¿qué dificultades habéis tenido para realizar el estiramiento?”, “¿tenéis movilidad pélvica en esta postura?”, “habéis notado algún cambio respecto a la semana anterior?”...

El yoga online como oportunidad

Si damos un pequeño repaso a nuestras experiencias vemos que a menudo una limitación nos lleva a explorar habilidades que ni siquiera sabíamos que teníamos.

La comodidad de los vehículos de transporte nos hace olvidar y dejar de usar la potencia de nuestro cuerpo para desplazarnos. El uso de calculadoras hace que perdamos habilidades de cálculo. Y así sucesivamente. Cuando estas facilidades desaparecen tenemos la oportunidad de poner a funcionar nuestras habilidades olvidadas ¡y de generar nuevas!

La imposibilidad de compartir espacios físicos que ha llegado con lo vivido en los últimos años nos ha llevado a desplegar numerosos recursos para mantener el contacto de calidad con otras personas. Y esto ha sucedido también en las sesiones de yoga. ¡Aprovéchalo!