Con la llegada de las vacaciones, muchas personas buscan lugares para pasar días alegres y relajados. Pero para lograrlo, a menudo hay que desplazarse (en coche, barco, tren o avión) y eso puede acarrear momentos de malestar.

La responsable no es otra que la cinetosis ("enfermedad por el movimiento") o mareo del viajero.

Los síntomas de estos mareos son bien conocidos:

  • Cansancio
  • Palidez de cara
  • Sudoración fría
  • Aceleración del pulso y de la frecuencia cardiaca
  • A menudo, inestabilidad
  • Dolor de cabeza
  • Náuseas que pueden terminar en vómito.

¿Por qué nos mareamos en los vehículos?

En realidad no se trata de una enfermedad, sino del intento de adaptación a una situación poco habitual. Sencillamente no estamos diseñados para permanecer dentro de vehículos que se mueven a cierta velocidad.

Las causas propiamente fisiológicas de este trastorno son:

  • Perturbación del centro del equilibrio localizado en el oído interno
  • Movilización fuera de lo habitual del líquido cefalorraquídeo del cerebro
  • Tensiones oculares debidas a la variación de la línea del horizonte
  • Presencia de electricidad estática.

El sistema nervioso central (SNC) es el responsable de la sensación de equilibrio que solemos tener. Mediante la información que recibe del exterior (a través de ojos, oídos, piel, músculos y articulaciones) permite al cuerpo permanecer erguido y equilibrado.

El cerebro analiza e interpreta esos datos dando al cuerpo referencias sobre su posición en el espacio. Estos sistemas suelen trabajar conjuntamente, integrando las diversas informaciones que llegan del exterior.

Pero cuando, por ejemplo, la visión no percibe el mismo movimiento que el resto de sistemas, provoca una reacción del SNC que estimula el centro de la náusea.

Asimismo, diversos factores psicológicos favorecen su desencadenamiento o amplificación, si bien hay personas más propensas que otras a padecerlo.

La cinetosis es más frecuente en la mujer que en el hombre -según algunas investigaciones, presenta el doble de incidencia-, especialmente durante la menstruación y el embarazo.

Curiosamente, es poco frecuente en niños menores de 2 años y máxima entre los 3 y los 12.

Respecto a los medios de transporte:

  • La mayor incidencia de mareo se produce en viajes por mar (del 50 al 70% de los pasajeros), aunque depende del tamaño de la embarcación, estado del mar y experiencia previa del viajero.
  • Los viajes en avión presentan una incidencia variable de síntomas de mareo.
  • En los trenes la probabilidad de marearse es mucho menor.

MEDICAMENTOS PARA EVITAR LOS MAREOS

El mareo es una molestia y puede estropear cualquier viaje. desafortunadamente no existe un remedio patentado que ayude de manera confiable contra el mareo por movimiento en todos los afectados. Los siguientes medicamentos pueden ayudar de antemano:

  • Un apósito con el ingrediente activo escopolamina, en dosis mínima, puede prevenir el mareo, pero debe aplicarse al menos cuatro horas antes de la salida. Todavía no está claro qué hace en el cuerpo este fármaco. Presuntamente bloquea la transmisión de impulsos nerviosos desde el órgano vestibular hasta el centro del vómito en el cerebro.

¿Qué es la escopolamina?

La escopolamina, también conocida como hioscina o burundanga, es un alcaloide tropanoide que se encuentra en ciertas plantas, como la belladona y la mandrágora, y se utiliza comúnmente como medicamento. Es un antagonista de los receptores de acetilcolina y tiene efectos antimuscarínicos, lo que significa que inhibe la actividad del sistema nervioso parasimpático.

La escopolamina se utiliza en la medicina para tratar diversas afecciones, como náuseas, vómitos, mareos y espasmos musculares. También se utiliza como sedante antes de procedimientos médicos y quirúrgicos. Sin embargo, también puede ser utilizada como droga de abuso debido a sus efectos psicoactivos.

En dosis altas, la escopolamina puede causar alucinaciones, delirios, amnesia y otros efectos psicóticos. Además, puede ser peligrosa en combinación con otras drogas o alcohol. Por lo tanto, es importante utilizar la escopolamina solo bajo supervisión médica y seguir las instrucciones cuidadosamente.

  • El chicle para viajes y las pastillas que contienen antihistamínicos de tipo H1 pueden suprimir las náuseas, pero no se deben tragar. Si eres particularmente vulnerable y tienes un viaje largo, debes tomar otra pastilla tres horas después de la primera. También puedes utilizar el chicle de viaje en caso de emergencia. Entonces, si ya te siente enfermo, aliviarán tus síntomas.

Hay varios tipos de antihistamínicos H1 disponibles, tanto de venta libre como con receta médica, y pueden tener diferentes efectos secundarios. Es importante hablar con un médico o farmacéutico para determinar el antihistamínico H1 adecuado y la dosis correcta según la edad, la condición médica y otros factores individuales.

  • Tomar jengibre puede ser eficaz. Un estudio proporcionó evidencia de esto. Se dice que el tubérculo ayudó en experimentos contra las náuseas y los mareos. Los sujetos tomaron jengibre en forma de tabletas. 

¿Cómo evitar marearse al viajar?

Para no marearse lo primero que hay que hacer es evitar la ansiedad que suele presentarse ante la perspectiva de un viaje. La partida y su preparación deben efectuarse con calma, física y anímicamente reposados.

Hay que evitar ir mentalizado de que indefectiblemente uno va a marearse, pues tal actitud favorece lo que tanto se teme. Es mejor no pensar en ello y concentrarse en cosas agradables.

Determinados hábitos y comportamientos pueden ayudar durante el viaje:

  • Descansar bien antes de salir de viaje, pues el cuerpo se adaptará mejor al movimiento.
  • Dormir ya en el barco antes de zarpar, en el avión antes del despegue o en el coche antes de arrancar (mientras se termina de cargar el equipaje) es también una buena idea.
  • Restringir el movimiento en general y sobre todo de la cabeza y el cuello durante el viaje. Uno de los modos de lograrlo es quedarse sentado y tranquilo o, mejor aún, recostarse en decúbito supino o semirrecostado, apoyando la cabeza sobre una almohadilla y manteniendo la mirada en un punto lejano.
  • Evitar observar los objetos que se mueven alrededor o las olas si se está en el mar.
  • Reducir la exposición al movimiento colocándose en el lugar más estable del transporte que se utilice. Por ejemplo, en el medio del asiento trasero del coche, la parte media del barco o la cubierta, los asientos delanteros del autobús o los cercanos a las alas del avión.
  • Es aconsejable no leer, sobre todo si se viaja en automóvil. Para evitar el aburrimiento de los niños, que suele propiciar el mareo, existe también un viejo remedio: la ocupación. Hay que intentar distraerlos con juegos de observación o de memoria.
  • Efectuar algunas paradas más de las previstas si se va en coche (cada dos horas es un buen ritmo), a fin de desentumecer las piernas, la espalda y la nuca.
  • El conductor es parte responsable (conducción regular, sin acelerones o frenazos bruscos, sobre todo al tomar las curvas), así como la suspensión del vehículo.
  • Evitar los olores fuertes (tabaco, gasolina) aireando de vez en cuando. En los barcos es igualmente importante que el camarote esté bien ventilado, así como salir a cubierta para respirar aire fresco.
  • Es preferible no abrigarse demasiado ni poner la calefacción muy alta cuando se viaja, pues la sensación de calor aumenta la posibilidad de marearse. Es mejor llevar ropa ligera.

¿Qué comer antes de viajar para no marearse?

Si se es propenso al mareo y el viaje es corto, lo mejor es intentar no comer nada; y si es largo, una comida ligera.

No conviene estar en ayunas mucho tiempo; puede producir acidez gástrica.

Aunque como norma general puede decirse que lo mejor es no tener el estómago ni demasiado lleno ni demasiado vacío. Habrá que evitar las comidas abundantes, pesadas o tomadas fuera del horario habitual.

Conviene prescindir en especial de la charcutería y el café con leche. Se moderarán los alimentos grasos, muy condimentados o con olores o sabores fuertes.

Mejor que sean de fácil digestión y consistencia más bien pastosa: galletas, pan, manzanas, fruta en almíbar...

El alcohol y el tabaco aumentan las probabilidades de sentir náuseas.

Mascar chicle solo aumenta la cantidad de saliva, que al tragarse estimula los movimientos del estómago y favorece las náuseas.

A los novatos que suben por primera vez a un barco se les aconseja tomar aceitunas, una rodaja de limón o un poco de su zumo diluido, pues detienen el exceso de salivación que acompaña al mareo.

Una alimentación fresca rica en vitaminas y minerales es la más adecuada; especialmente interesante es la riqueza en potasio de verduras y hortalizas (lechuga, patatas, tomates, espinacas) o frutas (melocotón, uva, plátano, etc.).

Algunos complementos dietéticos pueden ayudar: la vitamina B6 es muy útil ya que refuerza el sistema nervioso (100 mg una hora antes y después de iniciar el viaje); el magnesioreduce el estrés y la acidez gástrica (unos 500 mg antes de partir).

Terapias naturales y algunos trucos antimareo (o que los calman)

Existen en el mercado diferentes medicamentos que pueden utilizarse frente al mareo, a veces con determinados efectos secundarios. En este artículo, comentamos consejos preventivos y tratamientos de tipo natural.

El nerviosismo, la angustia y el propio miedo a sentirse mal pueden favorecer el mareo.

Las medicinas y terapias holísticas, al tener en cuenta estos factores emocionales, pueden ayudar a prevenir o mejorar los síntomas.

Incluso hay procedimientos empíricos del saber popular que podemos probar, pues en todo caso están exentos de peligro. Hay un viejo recurso que, según se dice, puede surtir efecto: masticar perejil o colocarse una ramita sobre la piel (con ayuda de un esparadrapo) a la altura del plexo solar (encima del ombligo).

Otros son partidarios de llevar un imán en el bolsillo. Si esto funciona por sugestión o debido a una acción física real, poco importa en este caso.

Para disminuir el estrés y la sensación de náuseas, fácilmente presentes al viajar, nada mejor que realizar respiraciones lentas y profundas de vez en cuando o practicar la respiración consciente:

  1. Coloca la columna vertebral bien derecha, con el vértice de la cabeza hacia el cielo, y lleva un poco el mentón hacia dentro, sin comprimir la garganta.
  2. Inspira calma y profundamente por la nariz (con la punta de la lengua tocando el paladar a la altura de los incisivos superiores), concentrándote en la sensación de llenar el abdomen como si se llenara una botella por abajo.
  3. Al finalizar la inspiración, retén el aire unos instantes imaginando que la inspiración continúa.
  4. Espira luego tranquilamente por la boca, con la lengua en la base (la punta tocando los incisivos inferiores) con la sensación de vaciar el pecho, como si se vaciara una botella por su cuello.
  5. Conviene repetir esta respiración varias veces, con los dientes ligeramente apretados y la lengua tocando el paladar.

Un truco oriental consiste en aplicarse un poco de "bálsamo de tigre", el producto alcanforado que se usa en los dolores musculares sobre el plexo solar, las sienes y las muñecas.

La aromaterapia es igualmente un recurso eficaz. Ya que los malos olores contribuyen a aumentar la sensación de mareo, oler durante el viaje un pañuelo donde se han depositado unas gotas de aceite esencial (lavanda o menta están indicados) contribuye a evitar o aliviar el mareo.

Punto de digitopuntura para evitar marearse

También puede ser de utilidad esta técnica.

La estimulación de la falange media del dedo anular de ambas manos (puede hacerse presionando con el pulgar correspondiente) reduce la actividad del sistema nervioso simpático, por lo que puede resultar efectivo para disminuir la ansiedad y los síntomas relacionados con el mal del viajero.

Homeopatía para prevenir mareos

Varios remedios homeopáticos pueden resultar útiles en la prevención y el tratamiento del mareo en los transportes. Para que sean eficaces conviene que se adapten al máximo a las características del mareo.

Pueden tomarse 3 gránulos, que se dejan deshacer en la boca, media hora antes de emprender el viaje, e ir repitiendo las tomas (por ejemplo, cada hora) según se necesite. Una potencia adecuada puede ser la 4 CH, 5 CH o 7 CH. Destacan dos:

  • Tabacum. Es uno de los mejores remedios para el mareo en el automóvil, avión o barco, e ilustra el principio en el que se basa la homeopatía: cuando los síntomas provocados por una sustancia coinciden con los de un desequilibro, una cantidad ínfima de esa sustancia puede orientar la respuesta de la persona para hacerles frente. Resulta útil cuando hay notable palidez de cara, con sudores fríos y náuseas persistentes. Es frecuente que las extremidades estén frías. Mejora con el aire fresco y empeora al moverse, levantarse y mirar hacia arriba.
  • Cocculus. Buen remedio frente al mareo en cualquier tipo de vehículo. Su característica principal es la sensación de vértigo con náuseas, como si se flotara en el aire y con tendencia a caer hacia un lado. Empeora después de comer (o con solo oler comida) o al levantarse (se busca estar tendido).

Flores de Bach contra los mareos

También pueden ser útiles los remedios florales del doctor Bach. Una buena combinación contra el mareo es Escleranto (útil contra los trastornos del equilibrio) y el remedio Rescate (frente a la angustia y la agitación en general). Se toma la mezcla a razón de 4 gotas directamente en la boca y se repite varias veces a lo largo del día si es necesario.

Plantas para el botiquín de viaje

  • Jengibre. Se ha comprobado en estudios que tiene propiedades frente a las náuseas y el vómito. Lo más eficaz es la planta fresca rallada o en pedacitos (500 mg, 3-4 veces al día). También puede tomarse en infusión (una cucharadita de planta seca o en polvo por taza de agua) , en cápsulas de 1-2 g de polvo o en tintura alcohólica (Zingiber officinale), 50 gotas en un poco de agua, tres veces al día, mientras haya peligro de mareo.
  • Espliego o lavanda. Si el mareo se produce por causas nerviosas, se toma una taza de infusión antes de iniciar el viaje.
  • Manzanilla. Previene el mareo con problemas digestivos. Infusión, una cucharadita por taza de agua,
  • Albahaca. Relajante y digestiva. Infusión, un puñado de hojas por litro de agua, varias tazas al día.