Los tallarines de lentejas son una alternativa saludable y sin gluten a la pasta convencional de trigo con menor contenido de hidratos de carbono, más proteínas, más fibra y más micronutrientes. Las propiedades de la pasta de legumbres la hacen interesante para las personas que siguen una dieta para reducir el peso, las que siguen una alimentación vegetariana y las que desean un aporte extra de proteínas. La pasta de lentejas rojas es fácil de hacer en casa y se puede preparar con o sin huevo.

La pasta elaborada a partir de lentejas aporta al organismo importantes minerales como el magnesio y el hierro, además de vitaminas del grupo B. Gracias a la combinación de hidratos de carbono complejos y fibra este tipo de pasta te llena más que la pasta convencional y te proporciona una energía más duradera.

La pasta de lentejas casera también tiene la ventaja de que, al igual que otros pasta elaboradas en casa con o sin gluten, ahorran una gran cantidad de desperdicios en forma de envases. Por tanto, contamina menos y su huella de carbono es menor. Por otra parte, pueden mantenerse en stock y almacenarse durante mucho tiempo.

Tallarines de lenteja caseros frescos o secos

El primer paso es convertir las lentejas en harina, algo que también puedes hacer tú mismo con una procesador de alimentos potente o con un molinillo de café o de cereales.

Ingredientes para tres o cuatro raciones de pasta de lentejas:

  • 300 g de harina de lentejas o lentejas rojas
  • 75-100 ml de agua (si usas un huevo para la preparación, se requieren aproximadamente 40 mililitros menos de agua)
  • 1-2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharadita de sal (si vas a secar la pasta no uses la sal porque absorberá la humedad del aire que pasará a la pasta que se intenta secar).
  • ½ cucharadita de especias como pimentón en polvo, cúrcuma en polvo o nuez moscada
  • 1 huevo opcional para obtener aún más proteínas

Elaboración:

  1. Muele las lentejas finamente o usa harina de lentejas ya preparada. Mezcla bien la harina de lentejas junto con los demás ingredientes secos en un bol.
  2. Haz un hueco en el centro y añade allí el agua, el aceite y opcionalmente el huevo. Empezando por el borde, con un tenedor revuelve la harina de lentejas con los ingredientes líquidos.
  3. Amasa con las manos o con el gancho para masa, si usas una amasadora. Hasta conseguir una consistencia elástica y no pegajosa puede tardar aproximadamente unos 10 minutos. Si es necesario, puedes añadir un poco más de agua o harina para lograr la consistencia adecuada. Forma una bola con la masa de pasta y déjala reposar durante 30 minutos. Envuélvela en papel de horno o ponla dentro de un recipiente hermético para que no se reseque.
  4. Divide la bola de masa en dos o tres porciones. Extiende cada porción con un rodillo sobre la superficie de trabajo espolvoreada con harina de lentejas hasta llegar a un grosor de unos dos milímetros.
  5. Para cortar los tallarines, puedes recurrir a una máquina cortapasta o hacerlo a mano. Para ello, enrolla toda la masa con cuidado, sin apretarla. Corta el cilindro que has formado cada 0,5 cm y desenrolla las tiras. Puedes cortar las tiras de Si tienes una máquina cortapasta también la puedes emplear.

Y la pasta de lentejas está lista. La puedes cocinar inmediatamente o secarla para su almacenamiento. Para secarla puedes extenderla sobre paños de cocina o sobre una parrilla. La pasta seca se mantendrá durante varios meses en un recipiente hermético.

Para cocinar la pasta, se necesitan de dos a tres minutos para la pasta fresca y de cinco a seis minutos para la versión seca en agua hirviendo y ligeramente salada hasta que esté bien cocida.

Si quieres que la pasta te quede al dente pruébala durante la cocción. Esta pasta de lentejas combina perfectamente, por ejemplo, con pesto de perejil y un chorrito de zumo de limón.

El sabor fresco del zumo de limón le aporta una nota refinada a los platos con legumbres y la vitamina C que contiene ayuda a asimilar el hierro vegetal.