El fruto del cacao, cuya cáscara puede tener colores, tamaños y formas diversas, alberga en su interior una crema ácida, que se come solo en el lugar donde crece. Entre la crema se esconden las semillas.

Esta crema con las semillas se somete a fermentación, luego a un secado y en algunos casos a un tostado. Se pueden entonces comer las semillas tal cual. Es así como yo aconsejo comer el cacaoe. Con cinco semillas al día notarás sus beneficios. ¡Es puro cacao!

El cacao se consume de muchas maneras

Las semillas también se trituran para obtener pasta de cacao. Y se pueden separar la grasa (o manteca) y el polvo. Hoy disfrutamos así de muchos subproductos del cacao: semillas enteras, nibs o semillas troceadas, cacao en polvo, manteca, pasta y cascarilla.

Si bien el cacao tapa tristezas o ansiedades, con frecuencia nos sentimos culpables al comerlo, por eso de que el chocolate hace mal o engorda. Pero, en realidad, lo que nos perjudica son los ingredientes extra que contienen los chocolates convencionales: leche, azúcar, grasas, aditivos, etc.

El cacao es una fuente de magnesio

Consumiendo cacao puro podemos beneficiarnos de todas sus bondades y comerlo sin culpa. Es una fuente de magnesio, vigoriza el corazón, te da alegría y energía, te aporta longevidad e incrementa tu capacidad mental.

El cacao está lleno de antioxidantes. Es particularmente rico en flavanoides e incluso supera a alimentos como el arándano y el té verde. Los antioxidantes combaten los radicales libres en el cuerpo y protegen nuestras células del daño y el envejecimiento prematuro.

También reducen el colesterol, protegen contra el endurecimiento de las arterias y pueden disminuir el riesgo de accidente cerebrovascular y de cáncer.

Hazte tu propio chocolate

Pues bien, puedes elaborar tu propio chocolates endulzándolo con otras opciones saludables y comer así un chocolate que te satisfaga y te nutra. Con la siguiente receta obtendrás un gran chocolate

Ingredientes para el chocolate base:

  • 250 g de manteca de cacao
  • 200 g de cacao en polvo
  • 70 g de lúcuma o maca en polvo
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de vainilla en polvo
  • 100ml de sirope de agave (o 5 cdas. de xilitol o azúcar de coco molido)

Elaboración:

  1. Derrite a baño maría suave la manteca.
  2. En un bol de acero inoxidable o vidrio, mezcla el cacao, la lúcuma o la maca, la vainilla y la sal.
  3. Agrega la manteca mezclando con varilla.
  4. Añade el sirope (u otro dulce).
  5. Introduce el chocolate en moldes (antes puedes poner en ellos naranja seca, nibs de cacao, trigo sarraceno germinado y deshidratado, coco rallado, café molido… ).
  6. Enfría en el frigorífico o el congelador y, una vez duro, desmolda y conserva en la nevera.

Otras opciones:

  • Con esta misma base puedes bañar frutas y frutos secos.
  • Para elaborar chocolate blanco sustituye el cacao por leche de coco en polvo.
  • El chocolate combina muy bien con trigo sarraceno crujiente.
  • Puedes añadir semillas de cacao a cualquier preparación dulce. Aportan un ligero toque de amargor y una textura crujiente.
  • Tritura frutos secos con frutas secas dulces y cacao y tendrás una gran base de pastel.