El dolor físico es una de la situaciones que menos preparados estamos para sobrellevar. Desde la más remota antigüedad los remedios para el dolor han sido, tal como en pleno siglo XXI, de las sustancias más utilizadas.
En nuestra sociedad los antiinflamatorios y analgésicos se encuentran entre los fármacos y sustancias más empleadas. Entre los más conocidos se encuentra el ibuprofeno, una sustancia química que destinada al alivio del dolor débil a moderado.
No debemos olvidar que es un error automedicarse. El mal uso y abuso del ibuprofeno y otros fármacos puede conllevar efectos secundarios entre ellos, alteraciones en estómago e intestinos como gastritis, posibles úlceras, y algunas circulatorias como subida de tensión arterial y otros.
En este artículo vamos a explicar cómo funciona el ibuprofeno (su mecanismo de acción) y a considerar alternativas naturales, como, por ejemplo, árnica, canela, cúrcuma, harpagofito, grosellero negro, jengibre y algunos nutrientes que actúan como antiinflamatorios y ayudan a aliviar las molestias. Algunas de estas ayudas son exclusivamente de uso tópico en caso de dolor muscular o articular, otras se pueden utilizar vía oral.
Para qué sirve el ibuprofeno
El ibuprofeno es un fármaco que se utiliza para mitigar el dolor asociado a la inflamación. La inflamación es un mecanismo de defensa natural y el dolor es una señal de alerta: algo ocurre en algún lugar de nuestro organismo. Es decir: si hay inflamación, lo normal es sentir dolor.
De todas las partes del cuerpo que nos suelen doler, tenemos más asociado el dolor a las articulaciones y sistema locomotor en general, como ocurre en la artrosis, artritis o en una lumbalgia, aunque también puede inflamarse y doler la garganta por haber hecho un gran esfuerzo al hablar.
El ibuprofeno está entre los analgésicos y antiinflamatorios más utilizados. Pertenece al grupo de sustancias químicas llamadas antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y su mecanismo de acción es semejante al del ácido acetilsalicílico (ASS) que conocemos como aspirina. Su acción combina un efecto antiinflamatorio, antipirético y analgésico.
¿Cómo actúa el ibuprofeno?
El ibuprofeno actúa inhibiendo la enzima ciclooxigenasa (COX) que afecta a la formación del ácido araquidónico, que a su vez se relaciona con la formación de prostaglandinas y tromboxanos. Estas últimas sustancias tienen una acción “proinflamatoria” es decir: crean inflamación.
El ibuprofeno por tanto interfiere en las rutas químicas con un efecto anti-inflamatorio y con ello un efecto analgésico o de disminución del dolor cuando el dolor es de intensidad leve a moderada. Hasta aquí todo bien.
Está claro que nadie quiere sufrir dolor. Pero… hay un “pero” y son sus efectos secundarios.
Efectos secundarios del ibuprofeno
El uso inadecuado de ibuprofeno puede generar efectos secundarios.
- Puede afectar al tracto gastrointestinal. Los principales efectos secundarios incluyen irritación de las mucosas pudiendo provocar dolor estomacal, gastritis, acidez e incluso úlceras con o sin sangrado.
- Puede subir la tensión arterial. Aunque pueda bajar la fiebre su uso en dolor e inflamación debido a infecciones es limitado y no debe usarse sin una prescripción médica.
Alternativas naturales al ibuprofeno
Lamentablemente, nos hemos acostumbrado a tomar medicación, como por ejemplo, el ibuprofeno por el mínimo dolor pudiendo emplear otras sustancias más naturales que nos ayuden. Realizar cambios en nuestro estilo de vida asimismo puede ayudarnos.
La comunidad médica y científica nos alerta sobre el mal uso del ibuprofeno. Veamos por ello alternativas y opciones que nos ayuden y nos permitan un uso más racional de los fármacos.
La situación, la causa, el tipo y la intensidad del dolor marcará la elección de una sustancia u otra. Obviamente tenemos en cuenta que no es igual el dolor asociado a un politraumatismo por un accidente, que el dolor que tenemos tras varias horas de estar delante del ordenador con una mala postura en el cuello. En este artículo tratamos de aquellas molestias que dependen más de nosotros y nuestros hábitos.
Disponemos de muchas técnicas para evitar el dolor, primero de todo, y para modularlo o disminuirlo. El estilo de vida es muy importante, así como la percepción personal del dolor. La meditación es una gran ayuda para mejorar la relajación muscular. Realizar ejercicio, que incluya estiramientos y entrenamiento de fuerza nos ayuda a ser más resistentes y resilientes físicamente.
Hemos nombrado sustancias que se corresponden con plantas medicinales de larga tradición por sus efectos analgésicos y antinflamatorios, entre las que vamos a explicar: el árnica, la canela, la cúrcuma, el harpagofito y el grosellero negro.
Muchas de las sustancias analgésicas deben su acción a aceites esenciales. Si se utilizan los aceites esenciales “puros” hemos de tener en cuenta respetar las dosis y formas de uso.
Recuerda: Siempre que tomes medicación convencional con efecto anticoagulante pregunta a tu profesional de la salud al tomar cualquier antiinflamatorio sea un fármaco o un producto natural.