¿Cuánta limpieza en casa necesitan los niños? Toda la posible, es la respuesta inmediata, que parece lógica, pero según la "teoría de la higiene", la limpieza extrema puede tener relación con un incremento en el riesgo de desarrollar alergias y enfermedades autoinmunes, porque el sistema inmunitario necesita contacto con microbios para madurar.

Sin embargo, un estudio reciente matiza la teoría de la higiene: el hogar familiar puede estar bien limpio porque allí no se encuentran los microorganismos que necesita el sistema inmunitario. Es más, el polvo doméstico puede cobijar patógenos peligrosos.

Las bacterias beneficiosas están en la naturaleza

Los científicos británicos Graham Rook y Sally Bloomfield lo explican en una revisión reciente, publicada en el Journal of Allergy and Clinical Immunology. Dicen que la limpieza de la casa o la higiene de las manos no aumentan el riesgo de sufrir alergias o enfermedades autoinmunes, como suponían algunos defensores de la “teoría de la higiene”.

Las bacterias beneficiosas se encuentran en la arena, en la tierra, en las hojas de las plantas y en los animales, no en el polvo de la casa. El contacto temprano con las bacterias que se encuentran en la naturaleza (y en las granjas y en los huertos) es útil para prevenir las alergias.

Los bebés a los que se les permite jugar con arena, tierra y hojas, que conviven con animales domésticos o hermanos, tienen una clara ventaja.

Limpiar sin usar químicos peligrosos

Se puede limpiar la casa con la conciencia tranquila, siempre que no se utilicen productos químicos tóxicos, especialmente para los niños.

Rook y Bloomfield desaconsejan enfáticamente limpiar el piso todos los días con detergentes convencionales que contengan desinfectantes como los compuestos de amonio cuaternario, por ejemplo, que puede ser perjudicial para los niños que gatean.

Recomiendan además concentrar el esfuerzo de limpieza en las superficies donde se manipulan alimentos. Aconsejan también guardar los alimentos en recipientes cerrados en el refrigerador, limpiar regularmente los cepillos para lavar platos en el lavavajillas y reemplazarlos con frecuencia.

Además, es imprescindible usar trapos de limpieza separados para la cocina y el baño y cambiarlos con frecuencia, limpiar a diario el área para cambiar pañales y el inodoro y pasar el paño por las manetas de las puertas y los interruptores de la luz.

Cambiar la toalla todos los días

En el lavabo, todos los miembros de la familia pueden usar la misma toalla para secarse las manos si están sanos, pero hay que cambiarla cada día. Y es bueno dejarla fuera, tendida si es posible al sol, cuando no se está en casa. Las visitas deben utilizar una toalla distinta.

Las toallas, así como los paños de cocina, los paños de limpieza, la ropa de cama y la ropa interior deben lavarse con un detergente y a 60 ºC.

El herpes labial puede ser fatal para los recién nacidos

El herpes labial, que los adultos tienen que soportar con frecuencia, es una de las infecciones potencialmente mortales para los recién nacidos. Por lo tanto, las personas que tienen herpes en fase aguda deben mantenerse alejadas de los recién nacidos.

Si el contacto es inevitable (cuando los propios padres son los que la sufren), además de no besar al bebé, hay que usar una mascarilla y desinfectarse las manos con un producto antiviral antes de tocarlo.

Referencias científicas: