Diariamente somos bombardeados por cantidades ingentes de nuevas informaciones: sonidos, imágenes, ideas e informaciones, algunas verdaderas y la mayoría, sin mucho fundamento. Nuestro cerebro está expuesto a una sobrecarga de estímulos difícil de gestionar.

Y fuera de las pantallas, la vida también se ha vuelto muy ruidosa. Los lugares en los que hay tranquilidad y en los que puedes hablar sin tener que gritar se han convertido en un auténtico lujo.

5 razones par buscar el silencio con la meditación

Parece que el silencio es un problema. Sin embargo, en realidad, el silencio es una necesidad básica para el ser humano. A continuación te presentamos cinco motivos por los que vale la pena buscar el silencio a menudo.

1. Mayor sensibilidad

Si se hace el silencio a nuestro alrededor, se hace más grande el foco de nuestras propias percepciones. Es decir, aumentamos nuestra capacidad de concentración.

Al meditar en silencio, favorecemos la percepción de las tensiones corporales y podemos aliviarlas conscientemente.

Los sentimientos reprimidos pueden salir a la superficie y al observar el flujo espontáneo de los pensamientos podemos tomar conciencia de los asuntos que realmente nos preocupan.

2. El silencio sana

El ruido incrementa el estrés que soporta el organismo. Las posibles consecuencias son problemas de sueño, trastornos cardiovasculares, depresión, ansiedad, etc.

Con la cura de silencio que representa la meditación, el cuerpo tiene la posibilidad de eliminar cortisol, adrenalina y otras hormonas. La relajación permite que el sistema inmunitario haga su trabajo a favor de nuestra salud.

3. Más momentos de paz

Si uno está pensando durante mucho tiempo en un problema pero no se concede una pausa, no encuentra la solución.

A veces la solución aparece por la mañana, después de haber dormido. La meditación tiene un efecto similar. Ofrece descansos en que el cerebro puede procesar la información "en segundo plano", sin interferencias del consciente, y "voilá", los problemas se resuelven. Es la magia de los momentos de paz.

Es un fenómeno psicológico conocido como “efecto incubación”. En definitiva, las pausas y el silencio favorecen la toma de decisiones y la creatividad.

4. Más relajación con silencio

El silencio puede hacer más relajantes las actividades relajantes. Esto lo demuestra un estudio en el que se midió el nivel de estrés de 24 participantes mientras escuchaban música.

El resultado sorprendente del estudio fue que se alcanzaban los picos más altos de relajación durante los dos minutos de pausa que habían entre una pieza musical y la siguiente.

Por supuesto que la música posee interesantísimas propiedades terapéuticas –también la música meditar, que reduce la ansiedad y el riesgo cardiaco–, pero no descartes el efecto del silencio cuando se trata de conseguir la máxima relajación.

5. El silencio hace crecer el cerebro

Las personas que meditan diariamente no solo aumentan su bienestar físico y mental, sino su cerebro se transforma materialmente.

En investigaciones realizadas en la Universidad de Wisconsin-Madison por el doctor Richard Davidson, se ha comprobado que las personas que meditan diariamente crean nuevas neuronas en una región del cerebro denominada hipocampo, un área que se asocia con las emociones y la memoria a largo plazo.