La inflamación crónica o persistente favorece un buen número de enfermedades, como el cáncer, los trastornos cardiacos, la diabetes, la artritis, la depresión o el alzhéimer. La mejor forma de prevenir estos problemas es seguir una dieta antiinflamatoria, según el doctor Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología en el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Los alimentos más inflamatorios

"Muchos estudios experimentales han demostrado que los componentes de los alimentos o bebidas pueden tener efectos antiinflamatorios", afirma el doctor Hu. En cambio, otros alimentos favorecen la inflamación:

  • Carbohidratos refinados, como pan blanco, arroz blanco y pasteles.
  • Patatas fritas y otros alimentos fritos.
  • Refrescos y otras bebidas azucaradas.
  • Carne roja (hamburguesas, bistecs), la carne procesada (salchichas, etc) y las vísceras.
  • Margarinas y manteca de cerdo.

No es sorprendente que los mismos alimentos que favorecen la inflamación se relacionen con un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Estos mismos alimentos poco saludables también contribuyen al aumento de peso, que en sí mismo es un factor de riesgo para la inflamación.

Sin embargo, en varios estudios, se mantuvo el vínculo entre los alimentos y la inflamación incluso cuando no hay obesidad. "Algunos de los componentes de los alimentos pueden tener efectos independientes sobre la inflamación más allá de la ingesta calórica", explica el doctor Hu.

Un estudio reciente publicado en el Journal of the American College of Cardiology (JACC) examinó si las dietas proinflamatorias están asociadas con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Los investigadores evaluaron las dietas de más de 200.000 mujeres y hombres. Los resultados mostraron que aquellos que consumían las dietas más proinflamatorias tenían un 38 % más de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular en comparación con los que consumían las dietas más antiinflamatorias.

Las asociaciones fueron consistentes en hombres y mujeres, y siguieron siendo significativas incluso cuando se tuvieron en cuenta otros factores del estilo de vida y otros contribuyentes potenciales a la inflamación, como la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto.

Este estudio también mostró que las dietas proinflamatorias se asociaron con un perfil pobre de colesterol. Este hallazgo también se observó en otro estudio, también publicado en JACC, que encontró que los alimentos proinflamatorios tenían un efecto nocivo en los niveles de colesterol, mientras que algunos alimentos antiinflamatorios tenían efectos favorables.

¿Cómo es una dieta antiinflamatoria?

Según el experto de la Universidad de Harvard, una dieta antiinflamatoria debe incluir estos alimentos:

  • Tomates.
  • Aceite de oliva.
  • Verduras de hoja verde, como espinacas, col rizada y coles.
  • Frutos secos, como almendras y nueces.
  • Pescados grasos como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas (el efecto antiinflamatorio es debido a los ácidos grasos omega-3, que también pueden conseguirse de fuentes vegetales).
  • Frutas como fresas, arándanos, cerezas y naranjas.

Además de reducir la inflamación, una dieta más natural y menos procesada puede tener efectos notables en la salud física y emocional. "Una dieta saludable es beneficiosa no solo para reducir el riesgo de enfermedades crónicas, sino también para mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida en general", dice el doctor Hu.