El prurito o picazón consiste en un hormigueo o irritación de la piel que provoca el deseo de rascarse en la zona.

Puede expresar diferentes alteraciones, sea de la propia piel (dermatitis, psoriasis, infecciones o parasitosis…), metabólicas (ictericia, diabetes, hipo o hipertiroidismo, insuficiencia renal, déficit de hierro…), alergias (a prendas, sustancias químicas…), toma de medicamentos o un estrés o ansiedad prolongados.

Un dermatólogo puede comprobar estas causas; una vez descartadas las primeras, por analítica y la ineficacia de los antihistamínicos, podemos pensar en un origen químico, medicamentoso o emocional.

El abordaje de los picores desde la medicina naturista

Según el doctor Pedro Ródenas, cuando no se observa una causa orgánica y los antihistamínicos no funcionan hay que empezar por observar si se toma algún fármaco con regularidad. De ser así, es conveniente consultar con el médico para descansar dos o tres semanas, y así observar si existe correlación. En caso de hallarla, se puede plantear un cambio de tratamiento.

Si no se toma ninguna medicación de forma habitual, se puede tomar algún preparado fitoterapéutico sedante. Aunque no se padezca estrés, el propio picor puede generar ansiedad cuando se produce de forma continua.

Sea cual sea el origen, incluso si la causa sigue siendo desconocida, estos consejos suelen dar buen resultado en algunos pacientes:

  • Estimulantes fuera. El primero es eliminar el consumo de estimulantes como la cafeína, chocolate, bebidas y alimentos azucarados, y el alcohol. El alcohol, aunque sea 1 o 2 vasos de vino al día, dilata los capilares y amplifica el picor.
  • Ducha tibia. Lo mismo sucede con el baño o ducha muy calientes. Favorecen, e incluso pueden ser el origen, de un intenso prurito. Acábalos siempre con agua fría.
  • 15 días de detox. Si con esto la mejora no es definitiva, te recomiendo una dieta depurativa de dos semanas, solo vegetal. Unos 20 minutos antes de las comidas, 3 veces al día, toma un tazón de caldo depurativo (cebolla, apio…) con el zumo de un limón. Bebe al menos un litro diario de líquido (agua o infusiones) fuera de las comidas.

La visión de la medicina tradicional china: picores en la piel como síntoma de un desequilibrio de la energía yin y yang

Según Wen-Hsiu Hu Wen, en primer lugar hay que valorar si con el picor se enrojece la piel: si fuese por fuego excesivo, la piel se pondría más roja cuando hay picor.

También es relevante en qué momento del día aparecen los picores.

Los picores relacionados con la energía más yin (quietud, oscuridad, frío, entre otros) están causados por falta de sangre (no necesariamente hay que tener anemia) o yin.

Durante el día, la energía es más yang y todas las actividades que llevamos a cabo están procesadas por ella. Esto supone un desgaste continuo tanto de yang como de yin: porque cuando se activa el yang, el yin se pone en marcha para equilibrar sus movimientos; al descansar por la tarde y noche, la energía yang se aquieta y la energía yin también.

Los picores nocturnos, sobre todo si van acompañados de sequedad de la piel e incluso de la garganta son para la medicina tradicional china casos típicos de insuficiencia de sangre del hígado y riñón.

El yin es una energía nutritiva e hidrata. Por estar aquietada y deficiente, genera un vacío y causa viento (no exactamente climático pero parecido, ya que en nuestro cuerpo se refleja en forma de picor móvil).

La deficiencia hace que la hidratación y nutrición de la sangre no pueda llegar a la piel, lo que provoca picor y sequedad. Sucede lo mismo con la sequedad de la garganta.

Y es muy parecida la sofocación nocturna de una mujer menopáusica: tiene calor durante el día pero más durante la noche, porque la falta del yin no controla el yang, que es fuego, calor.

Si el picor se calma al descansar, cuando se termina la jornada, es porque el cuerpo se recupera poco a poco del calentamiento del motor para funcionar; cuando quiere parar, tarda en enfriarse. Es un ejemplo muy claro de un desequilibrio de energía yin y yang.

En este caso, sugiere la experta, se debe descansar un poco más durante el día, tomarse las cosas con mucha tranquilidad, sin correr ni agobios.

Hay que cuidar un poco la dieta: las comidas muy frías no resultan aconsejables, tampoco las muy picantes, que activan aún más la energía yang. La comida es mucho mejor cocinada porque así el cuerpo no ha de calentarla y no gasta yang, lo que a su vez ahorra yin.

Hay una planta china que es un excelente tónico de la sangre: Dong Quai (en latín, Angelica sinensis). Es un buen aliado de las mujeres.

Otra solución es la acupuntura, que resulta muy efectiva para desequilibrios energéticos.