Para dormir, las tortugas necesitan la más absoluta de las oscuridades. Si no, no pegan ojo. Los seres humanos deberíamos seguir su ejemplo, pero nos hemos acostumbrado a caer dormidos sin muchos reparos. Sin embargo, un leve resquicio de luz que se cuela dentro de la habitación es registrado por nuestros sensores y puede hacer que el nivel de azúcar en la sangre sea más elevado por la mañana y que aumente la frecuencia cardiaca.

Según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, son suficientes 100 lux de intensidad luminosa, equivalente a la que emite una pantalla de televisión, una lámpara de mesilla de noche o las luces de la calle que entran por la ventana, para que se altere la regulación de los niveles de glucosa en la sangre. La luz tenue también hace que aumente la frecuencia cardiaca, en comparación con las personas que duermen a oscuras, lo que supone un estrés innecesario y dañino para el corazón.

Una luz tenue puede aumentar el nivel de azúcar en sangre

Somos sensibles a la luz porque nuestro cuerpo la utiliza como regulador externo de relojes internos que coordinan funciones biológicas importantes como la liberación de hormonas. Por eso la luz artificial durante la noche puede alterar nuestro ritmo circadiano, interrumpie el descanso y la reparación que debería ocurrir durante el sueño nocturno.

La investigación, dirigida por la doctora Phyllis Zee, que estudia el sueño en la facultad de medicina Feinberg de la Universidad Northwestern (Estados Unidos), señala que una pequeña cantidad de luz puede afectarnos incluso cuando nos encontramos con los ojos cerrados. En el estudio, todos los participantes durmieron una primera noche en una habitación completamente a oscuras. En la segunda noche, la mitad de los participantes durmieron con una fuente de luz que emitía 100 lux, mientras que la otra mitad tuvo la suerte de continuar durmiendo a oscuras.

Durante la prueba, todos los participantes estuvieron conectados a dispositivos que midieron diferentes marcadores de la calidad del sueño. Cada uno de ellos estaba conectado a través de un tubo intravenoso que tomaba muestras de sangre mientras dormían, lo que permitía a los investigadores recolectar muestras sin despertar al participante. Los investigadores también registraron las frecuencia cardíaca y respiratoria, las ondas cerebrales y los niveles de la hormona melatonina, que induce el sueño, de los participantes.

Cuando los voluntarios se despertaron por la mañana, el equipo analizó su nivel de azúcar en la sangre utilizando dos métodos diferentes: uno midió los niveles de glucosa e insulina después de despertarse, y otro se realizó después de administrar a los participantes una dosis de glucosa.

La luz hace que el sueño sea más superficial y menos beneficioso

Zee y sus colegas descubrieron que los participantes que dormían en habitaciones con poca luz pasaban menos tiempo en las etapas más reparadoras del sueño profundo. Por la mañana, esas mismas personas tenían en promedio un 25 por ciento más elevados los niveles de insulina, una señal de que el cuerpo está luchando para convertir la glucosa en energía. Además, el grupo expuesto a la luz tenue tenía una frecuencia cardíaca más alta en promedio. Curiosamente, las personas que durmieron con luz no fueron conscientes de que su sueño fue de peor calidad y afirmaron que habían dormido bien.

El estudio confirma las conclusiones de trabajos anteriores que habían relacionado la exposición a la luz durante el sueño con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 en las personas mayores y un mayor riesgo de obesidad en las mujeres.

Si ves los contornos de los muebles, malo

Una manera muy sencilla de saber si en el dormitorio hay demasiada luz sin recurrir a medidores electrónicos es comprobar si se pueden ver los bordes de los muebles para evitar tropezarse con ellos. Si es así y no se puede conseguir una oscuridad completa, vale la pena considerar la posibilidad de dormir con antifaz.

Por otra parte, si se quiere disponer de una luz para ir al baño en medio de la noche, es conveniente que esté cerca del suelo, que la intensidad sea mínima, suficiente para ver la puerta del dormitorio, y que sea de color rojo o anaranjado. De esta manera se evitará que se vea alterada la producción de melatonina.