Viajar es un placer, pero puede convertirse en un infierno si surgen problemas serios de salud. Es frecuente prepararse un botiquín de viaje y luego, cuando se presenta un percance, tener que aguantarse por haber olvidado la medicación para esa dolencia.

Un buen botiquín de viaje debe incluir por sistema aspirinas o analgésicos (tipo paracetamol), y material para hacer pequeñas curas con la máxima higiene, porque precisamente esto último es lo que más lejos suele estar cuando se precisa. Te contamos cómo actuar ante las pequeñas inclemencias del verano.

1. Cortes y heridas

Ante cualquier corte o herida hay dos acciones esenciales. La primera es limpiar bien la herida y la segunda detener la hemorragia.

Cualquier herida se ha de lavar en primer lugar con agua o, mejor aún, con agua oxigenadapara prevenir la infección por gérmenes.

Posteriormente se detiene la hemorragia haciendo presión sobre la zona del corte. En partes del cuerpo con mucha movilidad, como los dedos, puede ser necesario hacer un pequeño vendaje que comprima la herida durante algunas horas, hasta que la hemorragia cese definitivamente.

Uno de los remedios vegetales más efectivos y clásicos es aplicar una hoja de llantén. Sin embargo, para evitar infecciones conviene limpiarla primero con agua y escaldarla después. La tintura de caléndula también es eficaz.

Las heridas pequeñas difícilmente se infectan porque nuestros mecanismos de defensa suelen bastar para controlar estos percances menores.

2. Golpes y contusiones

Los golpes y contusiones son un problema frecuente fuera de casa.

Para los golpes es excelente el alcohol de romero, que se puede preparar poniendo en una botella un litro de alcohol de 90º y abundantes hojas de romero. Se deja macerar durante dos o tres semanas y se cuela con un papel de filtro de los que se utilizan en las cafeteras.

Si la contusión es más importante se recomienda emplear la tintura de árnica, que sin embargo puede resultar algo irritante para la piel. Lo habitual es diluir una parte de tintura de árnica entre seis y diez partes de alcohol, a ser posible de romero.

Las torceduras suelen responder muy bien a la aplicación de una venda elástica y, claro está, al reposo.

Cuando existe una fractura ósea ocurre justo lo contra· rio: la venda compresiva causa más dolor, y en este caso habrá que visitar al médico y posiblemente realizar una radiografia para comprobar el alcance de la lesión.

Cualquier fractura importante produce tamaño dolor que no se vacila en acudir a urgencias; pero existen casos que generan dudas y en los cuales no ocurre nada si se aguardan unas horas antes de ver al facultativo. Si no produce un dolor muy intenso, una fractura pequeña o una fisura puede esperar en la mayoría de los casos 24 horas.

Las torceduras pueden provocar un esguince (rotura de ligamentos) o bien una distensión (estiramiento de ligamentos sin que se produzca rotura).

En estos casos resultará bastante útil de entrada aplicar frío, elevar el miembro afectado, hacer una friega con tintura de árnica diluida y poner una venda elástica. Algunas pomadas homeopáticas de venta en farmacias (Traumeel) también son útiles.

3. Mareos

Es bien conocido el mareo del viajero, que se puede reducir tomando unos pocos gramos de jengibre en polvo, que ahora ya se vende en cápsulas (lo que mitiga el picor). El jengibre también es útil en los mareos del embarazo.

Otro de los mareos más frecuentes es el que sufren algunas personas mayores, debido a una artrosis en la zona cervical o a una dificultad de la circulación en el cerebro.

En este caso conviene mantener el cuello quieto, pues los movimientos del cuello y de las vértebras cervicales favorecen su aparición.

El mareo simple se puede aliviar discretamente aplicando una bolsa de hielo en la zona de la nuca o de la cabeza. Una tisana de manzanilla también puede mejorar el mareo.

4. Problemas intestinales

La diarrea simple es uno de los problemas más comunes del verano y se ve favorecida por el hecho de sudar, ingerir bebidas frías, helados, etc.

El tratamiento ha de ser ante todo de tipo dietético (tomar zanahoria, agua de hervir el arroz, jugo de limón, manzana cruda o en compota y, cuando empiece la mejoría, un poco de yogur natural para recobrar la flora intestinal).

Hay que tomar líquidos abundantes para evitar la deshidratación. Para eso nada mejor que preparar una limonada con los siguientes ingredientes:

  • un litro de agua,
  • el jugo de uno o dos limones,
  • una cucharada sopera de azúcar moreno o miel,
  • una punta de cuchillo de bicarbonato
  • y otra de sal.

Se tomará libremente de este líquido para compensar el que se pierde por las heces. Las sales de rehidratación oral de venta en farmacias son asimismo muy recomendables.

5. Picaduras

Picaduras de insectos

Las picaduras de insectos acostumbran a provocar una molestia muy intensa, que suele aliviarse al cabo de cierto rato, salvo si se trata de algún animal especialmente nocivo (escorpiones, escolopendras, arañas... ).

  • Las picaduras simples pueden tratarse con la tradicional mezcla de arcilla (barro) y agua con unas gotas de amoniaco, que se aplica sobre la zona dolorida. Un remedio popular, cuando no se disponía de amoniaco, consistía en amasar el barro con un poco de orina, que contiene amoniaco, recurso primitivo pero efectivo. También se puede utilizar el aceite de clavo de olor.
  • Con homopatia, las picaduras de pequeños insectos, mosquitos y avispas hallan rápido alivio con Apis Mellifica 30 CH, repetido a los quince minutos si es necesario. Apis es un remedio más eficaz cuanto más importante es la inflamación provocada por la picadura, con la típica sensación de dolor ardiente y de picor. En reacciones inflamatorias exageradas, en las personas alérgicas a las picaduras o cuando estas se han recibido en zonas peligrosas del cuerpo, como la boca o incluso la garganta, la rápida administración de Apis Mellifica puede salvar la vida del afectado antes de que llegue al hospital.
  • Si desconocemos el insecto causante y la reacción es más leve, con menor componente inflamatorio, está mejor indicado Ledum 30 CH.

Picaduras de medusas

Varios animales marinos pueden deparar más de un susto. En las medusas, la principal prevención consiste en evitarlas.

Las muertas no suelen provocar ninguna reacción nociva, aunque no hay que fiarse; pero las vivas inyectan un líquido sumamente molesto y duradero, que a menudo no responde ni a los tratamientos con corticoides que se aplican en los hospitales.

Poner hielo y aplicar arcilla es siempre la primera medida; en casos más complicados puede aplicarse un poco de papaína, un producto extraído de la papaya que tiene la facultad de ablandar la carne; e incluso en algunos supermercados se vende para reblandecer los bistecs y las chuletas.

Si se vive cerca de la playa no estará de más tener un frasquito de papaína en el botiquín.

En un lugar cálido, como por ejemplo las islas Canarias, puede aplicarse directamente una rodajita de papaya fresca.

Picaduras de ratas marinas

Estos peces despliegan unas espinas aguzadas en su parte dorsal ante el menor peligro y son más frecuentes que las rayas.

Tienen un veneno similar, y la aplicación de hielo y arcilla es siempre un sufrido primer remedio. Como pueden inyectar mucho o poco veneno en función de su tamaño, habrá que ser lo bastante razonables como para acudir al médico en caso necesario.

Picaduras de erizos

Sus púas son muy frágiles y se quiebran dentro de la piel.

En muchas ocasiones no habrá más remedio que soportar la molestia o acudir al médico, que hará una pequeña escabechina, a veces infructuosa. Pero se trata de un problema menor, que el propio cuerpo suele solucionar al cabo de poco tiempo expulsando el molesto cuerpo extraño.

En todo caso, no está de más dar unos toques con tintura de yodo un par de veces al día, o bien aplicar una pequeña cataplasma de harina de fenogreco (a la venta en tiendas de dietética) para estimular su maduración y eliminación. La cataplasma se elabora preparando una pasta con agua caliente y harina de esa semilla.

6. Fiebre

La fiebre es el gran problema de las vacaciones cuando se tienen niños pequeños (los adultos también pueden tener fiebre, pero es menos frecuente).

El tratamiento sintomático de la fiebre es simple, ya que consiste en ingerir muchos líquidos y estimular la sudoración, por .ejemplo abrigándose bien y tomando alguna tisana sudorífica, como pueden ser flores de saúco.

Si la fiebre persiste puede prepararse una lavativa con agua tibia (pero siempre algo más fresquita que el cuerpo) y una pizca de sal. En los niños se utiliza medio litro de agua, mientras que en los adultos puede doblarse esa cantidad .

No hay por qué renunciar al uso de aspirinas o paracetamol, los fármacos más comunes ante estos problemas. Sin embargo, con remedios simples y naturales puede solucionarse perfectamente este contratiempo.Por norma general, una fiebre no se ha de cortar con métodos químicos si no sobrepasa los 39 ºC.