Puede que te haya pasado alguna vez: te despiertas y eres incapaz de mover tu cuerpo o de hablar y notas una gran opresión en tu pecho. Es una experiencia que puede resultar aterradora, pero no es nada sobrenatural. Ocurre durante la transición entre el sueño y la vigilia, cuando nuestro cerebro está entre el sueño y la consciencia.

Cuando nos dormirnos, nuestro cerebro envía señales para que los músculos se relajen. Sin embargo, a veces podemos recuperar la conciencia, pero no poder movernos aún durante unos segundos. Es lo que se conoce como parálisis del sueño y es algo temporal que no indica un problema de salud importante.

Síntomas de la parálisis del sueño

Lo más característico de las parálisis del sueño es la incapacidad para moverse y articular palabras o gritar, a pesar de estar consciente. También se puede notar una sensación de presión en el pecho, como si alguien te apretara o estuviera sentado encima de ti y te impidiera levantarte y respirar bien. Algunas personas pueden tener alucinaciones visuales o auditivas muy reales y sentir que hay alguien o algo en la habitación. Todas estas sensaciones pueden generar miedo y ansiedad.

Aunque la parálisis del sueño puede ocurrir en personas de todas las edades, es más habitual en aquellas con un patrón de sueño cambiante, como los jóvenes o las personas que trabajan por turnos.

¿Qué causa la parálisis del sueño?

Aunque las causas exactas de la parálisis del sueño se desconocen, se cree que es consecuencia de una interrupción de los ciclos normales del sueño.

Durante el sueño REM (de movimientos oculares rápidos), en la que es más probable que soñemos, nuestro cerebro envía señales a nuestros músculos para que se relajen, creando lo que se conoce como atonía muscular. De este modo, permanecemos quietos y no “representamos” los sueños.

En la parálisis del sueño, la persona recupera la conciencia (ya sea al entrar o salir del sueño REM) antes de que la relajación de los músculos desaparezca, por lo que no puede moverse, pero su mente está despierta.

Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de que ocurra son la falta de sueño, los trastornos del sueño (como la apnea del sueño o la narcolepsia), tener estrés o ansiedad o tomar determinados medicamentos (como los antidepresivos).

En este vídeo puedes ver cómo las neuronas envían las señales  en el cerebro:

¿Qué tipos de parálisis del sueño hay?

La parálisis del sueño puede ser aislada (si ocurre de forma muy esporádica) o recurrente (cuando sucede de manera regular, varias veces al mes). Puede ser:

  • Parálisis del sueño hipnopómpica: es la que se da al despertar del sueño REM.
  • Parálisis del sueño hipnogógica: cuando ocurre al dormirse.

¿Cuánto puede durar la parálisis del sueño?

La parálisis del sueño es temporal, pero su duración varia de persona a persona. Lo más común es que dure solo unos pocos segundos, pero en algunos casos puede alargarse varios minutos.

En general, la parálisis del sueño que se produce al dormirse (hipnogógica) suele durar unos pocos segundos, mientras que la que ocurre al despertar (hipnopómpica) puede durar un poco más.

Se resuelve por sí sola cuando el cuerpo se da cuenta de que está despierto y recupera el control de los músculos.

Cómo evitar las parálisis del sueño

Aunque no es posible evitar las parálisis del sueño, sí que puedes hacer algunas cosas para reducir la probabilidad de sufrirlas.

Lo principal es mejorar la calidad de tu sueño, estableciendo unos horarios para acostarte y despertarte, creando una ambiente cómodo y acogedor en tu dormitorio, evitando los aparatos electrónicos (móviles, tablets, ordenadores…) antes de dormir y poniendo en práctica técnicas de relajación para favorecer el sueño (meditación, baños relajantes…).