Para muchos empleados, se ha convertido en algo normal realizar horas extras casi a diario e involucrarse en proyectos que les llevan a trabajar en casa, los fines de semana o durante las vacaciones. Probablemente forma parte de la libertad personal, pero a menudo no se puede hacer sin aumentar el riesgo de sufrir enfermedades físicas y mentales. Los trabajadores que se adhieren al "quiet quitting" (renuncia silenciosa) son conscientes de ello y dicen discretamente "no" a la prioridad del trabajo sobre los demás aspectos de la vida, a la semana de 60 horas o más y la filosofía de la disponibilidad permanente, agudizada por la conexión digital.

Qué es el quiet quitting o "renuncia silenciosa"

La explosión del trabajo en casa durante la pandemia del Covid-19 pudo hacer pensar que la invasión del tiempo personal por el tiempo laboral era un hecho consumado. Sin emabargo, en realidad muchas personas han descubierto la necesidad de establecer unas prioridades en la vida y respetarlas. Mark Fallak, del Institute of Labor Economics (IZA, Universidad de Bonn, Alemania), cree, por ejemplo, “que el tan mencionado equilibrio entre la vida laboral y personal es más importante para la aspiraciones profesionales de la generación más joven, que tiende a inclinarse más hacia la vida”. En otras palabras, para estar personas, su libertad cuenta más que el salario o el prestigio.

La digitalización ha facilitado el trabajo móvil y flexible, pero también ha conducido a una disolución cada vez mayor de las fronteras entre la jornada laboral y el tiempo de ocio, lo que puede resultar muy estresante si no se consigue poner límites, explica Fallak.

El quiet quitting es un intento de compensar este traspaso de los límites. Es posible que la pandemia también haya concienciado a muchas personas sobre lo que realmente cuenta cuando las cosas se ponen difíciles: la salud y la familia.

El valor como persona no está definido por el trabajo

Ya no está claro a quién o a qué se remonta exactamente el término. Se convirtió en tendencia, entre otras cosas, a través de un vídeo viral en Tik Tok con 3,5 millones de visitas, en el que un usuario explica el quiet quitting: "No se trata de renunciar al trabajo, sino de renunciar a la idea de ir más allá".

En el vídeo, el usuario Zaidleppelin lo expresa de manera sucinta: "Todavía cumples con tus deberes, pero ya no sigues la mentalidad de 'cultura del ajetreo' (hustel culture) en que el trabajo tiene que ser tu vida. La realidad es: no lo es. Y tu valor como persona no se define por tu desempeño”.

Al menos en los Estados Unidos, el quiet quitting se percibe como un movimiento donde muchas personas están intercambiando puntos de vista en las redes sociales sobre por qué deberían hacer más en el trabajo de lo que les pagan.

Durante mucho tiempo, este compromiso excesivo se asumió casi tácitamente en muchas industrias. Y los empleados participaron (y continúan haciéndolo), a veces solo por miedo a perder su trabajo, y a veces porque es parte de la cultura corporativa. Pero con la escasez de trabajadores calificados, se está desarrollando entre los empleados una nueva confianza en sí mismos.

“La escasez de trabajadores calificados afecta a muchos sectores. Esto aumenta el poder de negociación de los empleados y solicitantes de empleo frente a la empresa, explica Fallak. "En lugar de más dinero, ahora muchos exigen horarios de trabajo más cortos y, sobre todo, más flexibles".

El quiet quitting, un freno de emergencia antes del agotamiento

Por supuesto, sería desafortunado que el quiet quitting fuera de la mano de un distanciamiento entre los intereses de las empresas y los de los trabajadores. Quiet qutting no significa ir al trabajo a regañadientes, en actitud de exilio interior, sin deseo de involucrarse en sus ambiciones. Si ese fuera el caso, sería mejor buscarse otro trabajo. Lo que implica es mantener el tiempo y la energía dedicados al trabajo en su lugar, en equilibrio con el resto de facetas de la vida.

En la práctica significa rechazar los proyectos que van más allá de la propia área de responsabilidad, salir a tiempo del trabajo y no contestar mensajes después del horario laboral. En realidad pueden entenderse como medidas para mantener la salud física y mental, algo que interesa tanto a los propios trabajadores como a las empresas.