El anacardo es el "lácteo" por excelencia del reino vegetal. Con este rico fruto seco, cada vez más popular en nuestra cultura, podemos obtener resultados a nivel culinario muy similares a un queso, una crema o una leche y conseguir texturas cremosas muy placenteras.

Este fruto seco es la semilla de un árbol tropical, originario del Amazonas, que también se encuentra en Asia. Este árbol da unos pseudofrutos frescos de color rojo y amarillo que crecen junto al anacardo, la semilla protegida por una cáscara muy dura. Es decir, el mismo árbol genera dos frutos distintos.

¿Cómo consumo el anacardo?

El fruto fresco se consume solo en las regiones donde se cultiva porque es muy perecedero. El fruto seco se pela y está listo para consumirlo. Puedes conseguir anacardos "crudos" (en realidad se han cocido al vapor durante el pelado para inactivar una toxina de la cáscara), tostados, fritos, con sal, etc.

Los "crudos" son los más recomendables porque contienen más nutrientes inalterados. Existen anarcados realmente crudos, no cocidos, que se pelan en frío con un proceso seguro, pero son más caros y difíciles de encontrar.

El anacardo es bueno para el cerebro

A nivel nutricional, es un alimento idóneo para la mente. En algunos lugares lo llaman "el fruto de la memoria", debido seguramente a la combinación del magnesio y las vitaminas del grupo B. Además está cargado de zinc (el 20% de las necesidades diarias en una ración de 30 g), fósforo (20%), selenio (10%) y hierro (9%).

Atrévete con estas preparaciones con anacardos

  1. Actívalos: se pueden comer tal cual, pero te recomiendo que los dejes en remojo durante 4-6 horas para mejorar su textura y su digestibilidad. Puedes comerlos así o deshidratarlos de nuevo.
  2. Snacks con sabores: después de remojarlos, condiméntalos con curry, tomate, pesto, wasabi, canela o lo que quieras y deshidrátalos a menos de 40 ºC.
  3. Rawparmesano: tritura 150 g de anacardos junto con 4 cucharadas de levadura nutricional, un poco de sal y cúrcuma. Puedes usarlo en ensaladas, pastas, etc.
  4. Leche de anacardo: una vez activados, escurridos y lavados, tritúralos con agua y pásalos por una bolsa de tela para elaborar una deliciosa leche con la que preparar batidos, salsas y cremas. Con la pulpa restante puedes hacer bases de pasteles o deshidratarla y obtener una harina de anacardos.
  5. Queso cremoso: tritura el anacardo previamente remojado con rejuvelac (aquí te explicamos cómo prepararlo con quinoa) hasta lograr una consistencia cremosa. Luego deja que repose de 1 a 5 horas. Puedes condimentar este queso con lo que quieras y utilizarlo para untar o para cualquier otra receta.
  6. Cremas dulces y saladas: tritúralos con agua, zumo de limón, sal y hierbas y te quedará un paté delicioso. Si lo haces con frutos rojos, aceite y azúcar de coco obtendrás una crema pastelera. ¡Conecta con tu inspiración!