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¿Qué puedo hacer para recuperar a mi amiga?

Hace unos meses, discutí con un amiga de hace treinta años. Llevada por la rabia y el dolor, perdí el control y le dije cosas que rompieron nuestra relación. Pasado un tiempo, y recapacitando lo importante que es esa persona para mí, decidí pedirle perdón, pero no contesta a mis llamadas ni a mis correos. Siento un gran vacío y una gran culpabilidad. ¿Sigo insistiendo? ¿O, al contrario, debería respetar su decisión y resignarme?

Davinia, Madrid

  • Estimada Davinia: Es cierto que, a veces, lo que hacemos o decimos deja marcas indelebles. Sin embargo, se escucha en tus palabras un sincero arrepentimiento; por eso creemos que es posible que tu amiga también pueda escuchar tu verdadero dolor y se abra una oportunidad para recomponer el vínculo.
  • Te sugerimos que intentes contactar con ella una vez más. Si es a través de un medio que no le obligue a contestar, como el e-mail, mejor. Nos parece importante que en ese contacto seas muy sincera respecto a tu dolor y que le expliques cuánto te importa su amistad, pero que también entiendes que a ella no le faltan razones para actuar como lo hace y que lo aceptarás incluso si su decisión es la de mantener el silencio.
  • Creemos que será bueno que establezcas que este contacto será el último por tu parte, porque no quieres invadirla.

Explícale que siempre estarás esperándola con los brazos abiertos para hablar de lo ocurrido y recomponer vuestra relación creando un vínculo aún más fuerte a partir de lo sucedido.

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Cómo superar el miedo a la soledad

Con muchos lamentos, he finalizado una relación de cuatro años. Me di cuenta de que nuestro vínculo era más propio de dos buenos amigos que de una pareja. Pero incluso siendo consciente de ello, no quería dar el paso de la separación porque me aterra la soledad. Ahora vivo sola, pero me encantaría hacerlo sin miedo. ¿Cómo venzo este temor?
Lisia, México D. F.

  • Querida Lisia: Como suele suceder con los miedos, el temor a la soledad se vence afrontándolo. Al comienzo, la perspectiva puede ser aterradora, pero a medida que la vayas vivenciando, descubrirás que la soledad puede ser muy seductora.

La soledad es un espacio de gran libertad que nos brinda un excelente marco para conocernos mejor.

  • Esta situación tiene una contracara, pues “estar sola” es estar contigo misma y puede que haya algún aspecto de ti misma con el que no desees encontrarte. Anímate a explorar todas las facetas de tu ser, tanto las que atesoras como las que rechazas.
  • Aprenderás a disfrutar de tu propia compañía y, además, estarás en una posición mucho mejor para encarar la construcción de un vínculo más sano con la próxima persona con la que entables una relación.

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No dejo de compararme con los demás

No sé cómo superar ese sentimiento de envidia que ocupa casi todos los aspectos de mi vida. No paro de compararme con los demás: “Ella tiene pareja y yo no”, “Ella es feliz porque tiene hijos y yo no”, “Ese vestido que lleva tan bonito a mí me quedaría fatal”. Incluso cuando tengo que comprarme algo, pienso antes si tal o cual persona lo compraría, en lugar de si me gusta realmente. 

Rosa, Cantabria

  • Estimada Rosa: Es un gran paso reconocerte envidiosa; identificar aspectos socialmente reprochables en uno mismo siempre requiere de cierto coraje.
  • Ahora te preguntas cómo continuar. Pues bien, está claro que detrás de la envidia hay una gran insatisfacción contigo misma en ese aspecto. Lo que te molesta no es que ella tenga pareja, o hijos, o un hermoso vestido, sino que tú no consigues ninguna de esas cosas.
  • Focalizar en el otro es un callejón sin salida. Es muy posible que no te quede bien ese vestido, pero eso oculta que puede haber otro que a ti te sienta bien. Si solo ves el vestido de ella, te perderás aquel que podría ser tuyo.

Busca tu propio modo de ir hacia lo que te interesa y anhelas en lugar de creer que debes transformarte en otra para lograrlo.

Envíanos tu consulta a mentesana@rba.es y la trataremos en los próximos consultorios.