Tu despertador está sonando ya por décima vez, consigues incorporarte y te acercas adormilado a la ducha, después te preparas un café rápido (sin estar todavía muy despierto, la sonrisa no ha aparecido por tu cara) y, con el termo en la mano, llegas justo a tiempo de coger el autobús... Este puede ser un inicio de día típico y deja bastante que desear. Si estás dispuesto a mejorarlo, te ofrecemos algunas sugerencias.

Una rutina matutina perfecta y vitalizante paso a paso

Las primeras horas son claves para el desarrollo de un buen día. Una rutina matutina adecuada puede ayudar a evitar el cansancio y el mal humor y favorece que ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos. El día será más consciente, más relajado y más productivo.

Aunque los mismos consejos no funcionan para todas las personas, hemos reunido algunas ideas que te ayudarán a crear tu propia rutina matinal personal del bienestar. La clave es que te resulte motivadora, factible y útil.

1. Duerme lo suficiente

Una rutina matutina exitosa comienza la noche anterior, es decir, al irse a la cama a tiempo. Solo las personas que duermen lo suficiente están en forma y son productivos al día siguiente. Una persona adulta necesita entre siete y nueve horas para conseguirlo.

El horario regular, acostarse y despertarse a las mismas horas los siete días de la semana (sí, también el sábado y el domingo) hace que los ciclos biológicos del cuerpo se estabilicen, el sueño resulta más profundo y reparador, y por la mañana uno se levanta descansado.

Establece las horas de manera que tengas tiempo suficiente para desayunar, ducharte y desplazarte con calma.

2. Di no a la función de repetición del despertador

La experiencia demuestra que si sabemos que el despertador va a volver a sonar, vamos a pararlo una, dos o tres veces antes de levantarnos. Y los minutos que transcurren ya no son de sueño reparador, sino tiempo perdido.

No solo es tiempo perdido, al volver a dormirse unos minutos se altera el proceso normal de transición del sueño a la vigilia, que conlleva cambios en la producción de hormonas y neurotransmisores. La consecuencia es que podemos sentirnos cansados el resto del día.

Es mejor abrir los ojos de par en par y comenzar a estirarse después del primer timbrazo. Esto le indica a tu cuerpo que el día está por comenzar. Algo similar ocurre en el deporte. Un corredor solo comienza a entrenar después de haber calentado.

3. Mantente "en modo avión" durante tu rutina matutina

A menudo, lo primero que se hace por la mañana es encender el teléfono y consultar las redes sociales. Tiene más sentido ignorar el móvil, igual que al portátil y a la televisión.

A menudo, la rutina matutina es uno de esos pocos momentos a lo largo del día que se tienen para disfrutarlos a solas. Whatsapp, Facebook, Instagram y compañía tienden a distraerte. Te puede ayudar activar el modo avión del teléfono móvil por la noche o simplemente apagarlo por completo.

Puedes establecer una hora a partir de la cual debes consultar tus correos electrónicos, mensajes y noticias. Antes de eso, el teléfono debe ser tabú.

4. Antes de comer algo cepíllate los dientes

Cepilla tus dientes antes de comer o beber cualquier cosa. Según el método tradicional de curación indio Ayurveda, el cuerpo se deshace de las toxinas durante la noche, y las elimina por la boca. Si echas mano de la cafetera inmediatamente después de levantarte, estas toxinas que se encuentran en la boca irán directamente a tu cuerpo.

5. Bebe agua

Después de cepillarte los dientes, espera aproximadamente media hora y luego bebe un vaso grande de agua tibia. Después de seis a ocho horas de sueño, tu cuerpo se deshidrata y necesita reponer líquidos. Una buena dosis de agua hace que tu cuerpo esté alerta y en forma. Es una buena idea añadirle unas gotas de zumo de limón.

6. La luz te despierta

Tu cuerpo responde a los cambios de luz. La oscuridad favorece enormeme se libera la hormona del sueño melatonina. En cambio, por la mañana, la luz corta la melatonina. Por lo tanto, inmediatamente después de levantarte, abre todas las cortinas y persianas y deja que la luz entre en la habitación. Si todavía es de noche afuera a la hora que debes despertarte, una lámpara de luz diurna puede ayudar.

7. Crea un ambiente agradable para tu rutina matutina

Para muchas personas, el entorno inmediato afecta a su funcionamiento interno. Por lo tanto, asegúrate de que tu dormitorio está ordenado y de que te sientas cómoda en él. Esto te calma durante tu rutina matutina y evita estímulos y pensamientos que giran en torno a ordenar.

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8. Encuentra el silencio

Tómate al menos cinco minutos para practicar la atención plena, meditar o simplemente observar tus pensamientos. De esta manera, agudizarás tu conciencia y lo agradecerás el resto del día.

También te puedes reservar media hora para hacer cosas que dejarías para otro momento o que harías rápidamente. Leer un libro inspirador o un artículo de una revista o un diario por ejemplo. También puedes escribir tu enfoque del día o tres cosas por las que estás agradecido.

9. Deja algo de tiempo para tu rutina de ejercicio

El ejercicio ayuda a muchas personas a comenzar el día con más energía. Veinte minutos de yoga, trote o algunos ejercicios de estiramiento son suficientes.

10. No te saltes la comida más importante del día

Tómate un tiempo para un desayuno saludable y abundante. Su preparación también puede ser una parte consciente de tu rutina matutina. Puede ser un delicioso muesli con fruta de temporada o un pan integral con paté vegetal. Puedes completarlo, por ejemplo, con un té verde y zumo casero recién hecho.

Para muchas mujeres los días comienzan como una carrera contrarreloj. Salen de casa a toda velocidad con el pelo aún húmedo por la ducha, la piel seca y los párpados hinchados.

Una taza de café parece ser su único recurso para conseguir algo más de energía a esas horas en que se exige al cuerpo pasar en poco tiempo del reposo a la acción.

Pero se puede empezar el día mucho mejor y vale la pena probarlo porque modifica el modo en que se afronta la jornada.

Se trata de convertir las rutinas diarias de higiene y cuidado de la piel en un ritual de belleza y bienestar, un momento que merece atención porque se dedica al propio cuerpo, a uno mismo.

Si no es posible llevar a cabo esta rutina cada día, al menos se puede intentar de vez en cuando, o en fines de semana, por gusto.

La receta para lucir buena cara por la mañana es sobre todo dormir las horas necesarias. El sueño, más que las cremas, es el que permite que la piel se regenere; de hecho, los tratamientos de noche solo apoyan este proceso natural.

Lavarse el rostro al despertar elimina la suciedad acumulada, las células muertas y las secreciones sebáceas, y prepara el terreno para que cualquier tratamiento posterior resulte más efectivo.

El fundamental es la crema hidratante, pero también se pueden aplicar sérums regeneradores, protectores solares o cosméticos diseñados para difuminar las marcas del sueño, alisar la piel y rebajar la hinchazón bajo los ojos. Para ello se emplean en muchos casos semillas de café, de acción energizante.

11. Cepíllate en seco

Antes de entrar en la ducha se puede cepillar el cuerpo en seco para exfoliar las células muertas de la piel y activar la circulación y el sistema linfático. Esto último contribuye a eliminar toxinas y estimular el sistema inmunitario.

Solo se necesita un cepillo suave, de cerdas naturales y mango largo para llegar a las zonas menos accesibles. También puede servir un guante de crin.

12. Date una ducha tonificante

Darse una ducha por las mañanas, aunque no sea larga, es una forma efectiva de despertar los sentidos y activar la circulación. Es muy aconsejable terminar la ducha con agua fría.

Cinco minutos de masaje en seco antes de la ducha, con un cepillo suave o un guante de crin, revitalizan la circulación y estimulan el flujo linfático, por lo que además de desintoxicar sirven para prevenir y mejorar la celulitis.

El masaje se ejerce con movimientos circulares, siempre en dirección al corazón: hacia abajo cuando se cepillan los hombros y la parte superior de la espalda y hacia arriba en brazos y piernas.

Para la ducha, es preferible no utilizar agua muy caliente, que reseca la piel y debilita los tejidos. Una opción es concluirla con una breve aplicación de agua fría, tras la cual el organismo reacciona activando la circulación de la sangre y linfática.

Se recomiendan geles con agentes espumantes suaves. Los tensioactivos que provienen del azúcar, por ejemplo, respetan el equilibrio cutáneo y son 100% biodegradables.

Con la piel aún húmeda se puede extender sobre el cuerpo un aceite vegetal rico en ácidos grasos esenciales, que protegen la piel y la dejan suave y aterciopelada.

13. Prepárate una bebida de limón

Una buena manera de comenzar el día es prepararse una taza de agua caliente con una rodaja de limón o su zumo recién exprimido.

El limón favorece las funciones del hígado y refuerza el sistema inmunitario. Además, su vitamina C participa en la síntesis del colágeno, una proteína básica del tejido conjuntivo.

14. Masaje para atenuar ojeras y bolsas

La falta de sueño favorece el estancamiento de líquidos bajo los ojos, en forma de bolsas y ojeras.

Para facilitar su drenaje se pueden dar pequeños golpecitos sobre la zona con las yemas de los dedos, suavemente, y también aplicar un gel específico para el contorno de ojos, que ilumine y descongestione.

15. Reaviva tu cutis en dos gestos

Tras lavarse la cara y secársela, se puede aplicar un tratamiento revitalizante que difumine las marcas del sueño, baje la hinchazón y despierte la piel fatigada

A continuación es imprescindible aplicarse una crema hidratante que nutra y proteja.