La luz solar puede proteger a los niños y adultos jóvenes de la esclerosis múltiple al favorecer el proceso de síntesis de la vitamina D, que comienza en la piel. El estudio que sostiene esta conclusión se ha publicado en Neurology, la revista de la Academia Estadounidense de Neurología.

Es cierto que vivir en lugares soleados y pasar demasiado tiempo al aire libre en las horas centrales del día sin protección puede aumentar el riesgo de cáncer de piel, pero un nuevo estudio dirigido por la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y la Universidad Nacional de Australia muestra que en niños y adultos jóvenes, la exposición al sol adecuada puede proteger contra la esclerosis múltiple.

El estudio incluyó a 332 participantes de entre 3 y 22 años, diagnosticados con esclerosis múltiple. La cantidad de exposición al sol de estas personas se comparó con otros 534 participantes sin esclerosis.

En los cuestionarios rellenados por los participantes con esclerosis o sus padres, el 19 por ciento declaró que pasaron menos de 30 minutos al aire libre durante el verano anterior, en comparación con el 6 por ciento de los que no tenían esclerosis.

Media hora de sol reduce a la mitad el riesgo de desarrollar la enfermedad

Cuando los investigadores ajustaron los riesgos de esclerosis, como fumar y el sexo femenino, encontraron que los participantes que pasaban un promedio de 30 minutos a una hora al aire libre al día tenían un 52 por ciento menos de probabilidades de contraer esclerosis, en comparación con aquellos que pasaban un promedio de menos de 30 minutos al aire libre todos los días.

"Se sabe que la exposición al sol aumenta los niveles de vitamina D", explica la coautora principal, Emmanuelle Waubant, profesora del Departamento de Neurología de la UCSF y del Instituto Weill de Neurociencias.

"También estimula las células inmunes en la piel, que tienen un papel protector en enfermedades como la esclerosis. La vitamina D también puede modificar la función biológica de las células inmunitarias, y jugar un papel en la protección contra enfermedades autoinmunes".

Progresión más lenta en la esclerosis pediátrica

Si bien la esclerosis generalmente afecta a adultos entre las edades de 20 a 50 años, entre el 3 y el 5 por ciento comienzan a experimentar síntomas en la infancia.

La esclersois de inicio pediátrico es inicialmente altamente inflamatoria, pero avanza más lentamente que en los adultos, con síntomas de progresión secundaria, como debilidad moderada a severa, mala coordinación y control de los intestinos y la vejiga, que ocurren en promedio 28 años después del inicio de la enfermedad. En los adultos, estos síntomas aparecen a los 10 años.

Los investigadores también encontraron una asociación con la intensidad de la luz solar y estimaron que los residentes de Florida tendrían un 21 por ciento menos de probabilidades que los residentes de Nueva York de desarrollar esclerosis.

Señalaron que la exposición al sol era "dependiente de la dosis": cuanto más prolongada era la exposición, menor era el riesgo. E incluso la exposición en el primer año de vida parecía proteger frente a la esclerosis.

Afortunadamente, el uso de protector solar no parece disminuir los efectos terapéuticos de la luzsolar para prevenir la EM, señaló Waubant, quien también es director del Centro Regional de Esclerosis Múltiple Pediátrica de UCSF.

Se necesitan ensayos clínicos para determinar si "aumentar la exposición al sol o la suplementación con vitamina D puede prevenir el desarrollo de la esclersosis o alterar el curso de la enfermedad después del diagnóstico", dijo.

Una medida preventiva

Mientras tanto, exponerse al sol al menos 30 minutos al día, especialmente durante el verano, usando protección solar según sea necesario, especialmente para los familiares de primer grado de pacientes con EM, puede ser una intervención que valga la pena para reducir la incidencia de la enfermedad.

La exposición limitada al sol y los niveles bajos de vitamina D se han asociado con otras afecciones. Estos incluyen la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otros tipos de demencia, así como la esquizofrenia y otras enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1, la enfermedad de Crohn y el lupus.