El taichí o tai chi chuan es una disciplina física y mental que combina conocimientos de las artes marciales con la meditación y las técnicas de respiración. Cuando haces taichí, respiras lenta y profundamente y toda tu atención se concentra en realizar unos movimientos lentos y muy precisos que se van encadenando. Se trabajan constantemente la postura, la coordinación y la concentración.

El taichí para la salud física y mental

El taichí está indicado para todo el mundo. Pueden practicar taichí desde las personas con una forma física excelente hasta aquellas que acaban de sufrir una intervención quirúrgica y desean favorecer su recuperación. Los beneficios generales para la salud están bien documentados.

1. Reduce el estrés y la ansiedad

Un estudio realizado en la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia) mostró que el taichí, gracias a que incorpora técnicas meditativas y respiratorias, resulta más relajante y está más indicado para tratar la ansiedad que el simple ejercicio físico.

El taichí también mejora el estado de ánimo. La práctica regular ayuda a superar la depresión leve porque refuerza la autoconfianza. Además, el movimiento lento y preciso junto con la respiración consciente produce un efecto directo sobre los sistemas nervioso y endocrino.

2. Mejora el equilibrio

Las personas mayores tienden a sufrir caídas que pueden resultar muy peligrosas. El taichí refuerza su sentido del equilibrio, por lo que es un eficaz medio preventivo. Además mejora el estado físico general y, en especial, la movilidad de las articulaciones.

3. Ayuda a controlar el peso

La práctica regular del tai chi (por ejemplo, cinco veces a la semana durante 45 minutos) favorece la pérdida constante de peso en el marco de una dieta equilibrada y controlada.

Así se comprobó en un estudio de la Universidad de Hong Kong, que observó una pérdida de peso de entre 0,5 y 0,75 kg al cabo de 12 semanas de práctica (una pérdida ligeramente superior a la lograda con un programa de caminar ligero durante el mismo periodo de tiempo). Los participantes en el estudio redujeron especialmente el perímetro de la cintura.

4. Potencia la inmunidad

La práctica del taichí es, asimismo, capaz de aumentar el número de células inmunitarias relacionadas con la renovación celular y, con ello, de favorecer la longevidad.

Lo demostró un equipo de investigación dirigido por el doctor Shinn-Zong Lin, neuropsiquiatra del Hospital Universitario Chino de Taiwán, gracias a un estudio de un año de duración que comparó indicadores de rejuvenecimiento y antienvejecimiento en tres grupos de participantes menores de 25 años.

El primer grupo continuó con sus hábitos normales, el segundo siguió un programa de ejercicio físico basado en la caminata rápida, y el tercer grupo practicó taichí. Los análisis mostraron que los practicantes de la técnica psicocorporal se beneficiaron más a nivel inmunitario.

El estudio, publicado en la revista Cell Transplantation, aporta una de las primeras pruebas biológicas sobre los efectos peculiares de la práctica continuada del taichí.

5. Reduce el dolor crónico

El taichí puede ser de ayuda en el manejo de muchas enfermedades crónicas que cursan con dolor. Por ejemplo, la práctica habitual mitiga los síntomas de la fibromialgia, según un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Tufts. Se comparó la reducción de síntomas de fibromialgia lograda con la práctica de taichí y con la práctica de ejercicio físico moderado durante el mismo periodo de tiempo y los resultados fueron sensiblemente mejores entre los participantes que realizaron taichí.

En otro pequeño estudio realizado con 15 pacientes de artritis reumatoide se comprobó que después de 12 semanas se había reducido el dolor y mejorado la movilidad.

Resultados similares se consiguen en pacientes con artrosis, la enfermedad más común que causa dolor a las personas mayores.

6. Favorece el sueño

Otro estudio dirigido por la doctora Karen L. Caldwell y realizado con adultos que sufrían trastornos del sueño, mostró que dos clases semanales de taichí durante 10 semanas producían una mejoría significativa en la calidad de su sueño.

También disminuyeron los síntomas de ansiedad.