La lavanda es una planta aromática y medicinal con múltiples efectos: relaja, es buena para la piel e incluso ayuda contra el reumatismo. De ella se extrae un aceite esencial que es una potente medicina natural y un ingrediente cosmético.

El aceite aromatizado con lavanda es otra posibilidad más accesible para aprovechar sus amplias propiedades. Este aceite se puede preparar en casa de forma muy sencilla. A continuación te explicamos cómo prepararlo y para qué puedes usarlo.

Propiedades del aceite de lavanda

  • Relajación: el aroma del aceite de lavanda relaja, calma y armoniza. Por lo tanto, reduce la sensación de estrés y la inquietud interior. Este efecto se consigue en aplicaciones externas y consumida como infusión
  • Problemas gastrointestinales: es eficaz con molestias digestivas como la hinchazón y las flatulencias.
  • Insomnio: si tienes problemas para conciliar el sueño, la lavanda puede hacer maravillas. También calma el nerviosismo durante el día.
  • Alteraciones de la piel: una crema o un aceite con unas gotas de aceite de lavanda añadidas mejora la piel seca, sensible o con imperfecciones. Se reducen el acné, la psoriasis, la dermatitis y las infecciones por hongos.
  • Curación de heridas: la lavanda contiene ingredientes activos antisépticos, por lo que los rasguños o pequeñas heridas, así como las quemaduras solares, cicatrizan mejor gracias a productos de uso externo con aceite esencial de lavanda.
  • Picaduras de insectos: el aceite de lavanda reduce el picor y la inflamación.
  • Estrías: el masaje con aceite esencial de lavanda puede prevenir su aparición.
  • Dolencias reumáticas: la aplicación de aceite de lavanda actúa contra los dolores reumáticos.

Las personas alérgicas a la fragancia natural linalool deben tener cuidado con los productos que contienen lavanda. En ese caso se recomienda hacer una prueba de sensibilización poniendo unas gotas en el antebrazo para comprobar si provoca alguna reacción.

Usos del aceite de lavanda

  • El aceite esencial de lavanda se puede usar puro, como elemento aromatizante en productos como ambientadores o puede añadirse a productos de limpieza.
  • Unas gotas de aceite de lavanda puro proporcionan un aroma primaveral a las cremas, lociones corporales o sales de baño caseras.
  • El aceite esencial también es excelente como fragancia y antigermicida en el jabón casero para las manos o en los productos de higiene para el hogar. También se puede emplear como fragancia al lavar la ropa con detergentes caseros elaborados con nueces de jabón, hojas de abedul o hiedra y castañas.
  • También puedes emplear el aceite para volver a aromatizar una almohada de lavanda que haya perdido su olor. El aceite esencial asegura una fragancia agradable y, por lo tanto, un sueño reparador.

El aceite esencial de lavanda no es apto para uso interno. El aceite de lavanda tiene un efecto curativo intenso, pero solo se usa para aplicaciones externas. En la cocina se utilizan las flores secas o frescas de lavanda real (Lavandula angustifolia).

Pero no sirven las de cualquier planta. Muchas lavandas que puedes comprar en una jardinería son tratadas con fungicidas. Puedes preguntar al vendedor si la planta ha sido tratada o no. Si no te ofrecen la seguridad es recomendable esperar un año antes de usar las flores en infusiones, platos de cocina o para hacer aceite aromatizado con lavanda como te explicaremos.

Aceite de lavanda comprado versus aceite de lavanda casero

Si te haces tu propio aceite de lavanda no será idéntico (en términos de intensidad y efecto) al aceite esencial adquirido.

El aceite esencial se destila con vapor, lo que significa que se extraen más ingredientes activos de las flores. Pero el aceite de lavanda casero es suficiente para muchos usos.

Los aceites de plantas aromáticas son muy fáciles de hacer en casa, incluido el aceite de lavanda. Un aceite neutro como el de almendras dulces o el aceite de jojoba son adecuados como base para una preparación de calidad.

El aceite tendrá más aroma si lo preparas con flores frescas, pero también puedes hacerlo con lavanda seca. En ambos casos las propiedades son similares.

Cómo preparar el aceite aromatizado de lavanda casero

Machaca las flores con un mortero para favorecer la liberación de los compuestos aromáticos:

  1. Pon flores de lavanda frescas o secas cultivadas ecológicamente (un ramo pequeño o de 50 a 100 gramos) en un recipiente de cristal con tapa de rosca.
  2. Vierte suficiente aceite hasta que las flores estén completamente cubiertas.
  3. Ciérralo bien y déjalo reposar entre tres y seis semanas en un lugar cálido y agítalo de vez en cuando
  4. Transcurrido el tiempo vierte el aceite a través de una gasa o filtro de café.
  5. Finalmente llena una botella de cristal (a ser posible oscura) con el aceite ya listo. Se conserva aproximadamente seis meses en un lugar oscuro y seco.