Cuando llega el frío a muchas personas se les enfrían continuamente los pies, sobre todo de noche, hasta el punto de sentir los pies helados. Esta sensación se suele ver como un mal menor que se amortigua con un poco de paciencia frotándose los pies o abrigándoselos con unos calcetines gruesos.

Sin embargo, sobre los pies no solo se apoya el cuerpo; sobre ellos descansa también la salud, y mantenerlos calientes contribuye a reforzarla. Al mismo tiempo, tener los pies fríos nos puede estar avisando de que algo no acaba de funcionar bien y nos da la oportunidad de ponerle remedio, no solo para evitar la molesta sensación de frío.

Además, cuando el problema se da sobre todo por la noche, la sensación de tener los pies fríos al acostarse muchas veces puede hacer que nos cueste más dormir.

¿Por qué siempre tengo los pies fríos?

En parte es natural que los pies se enfríen cuando baja la temperatura. El cuerpo, para mantenerse caliente, constriñe los vasos sanguíneos superficiales para llevar la sangre hacia el interior y así minimizar la pérdida de calor. De ahí que también se enfríen las manos, la nariz o las orejas.

Pero algunas personas sienten más frío que otras y en ese caso conviene ver qué lo está agravando. Las causas pueden ser varias, como una anemia, si bien lo habitual es que se sufran problemas de circulación.

¿Qué puedo hacer para calentar los pies?

Practicar ejercicio aeróbico y llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras ayuda a prevenir o mejorar los pies fríos. Por otro lado, conviene evitar el calzado y los calcetines demasiado ajustados.

Para prevenir los pies fríos la medicina naturista propone además varias soluciones:

  • Baños alternando agua fría y caliente. El objetivo de estos baños es entrenar la adaptación de los pies al frío. Se puede hacer fácilmente en casa realizando baños de pies a temperatura creciente y alterna. Los capilares se dilatan primero con agua caliente y luego se constriñen en un breve contacto con agua fría, lo que provoca una reacción inmediata pero duradera de vasodilatación que ayuda a conservar el calor. Esta práctica, realizada con regularidad, mejora la circulación sanguínea a la vez que fortalece la salud.
  • Fitoterapia para mejorar la circulación. Las plantas medicinales que activan la circulación también ayudan. Darse masajes enérgicos con aceite esencial de pimienta, canela o naranja, o beber infusiones de jengibre, ginkgo o rusco contribuye a aliviar el problema.
  • Alimentación. La alimentación también puede ser una buena manera de ayudar a calentar el cuerpo en los meses de frío. Hay alimentos con efecto calorífico, como estos 6 alimentos que pueden ayudarte a entrar en calor. También puedes echar mano de recetas reconfortantes hechas con tiempo y cariño, que pueden ser una buena opción para calentar el cuerpo. Por ejemplo, puedes prepararte un buen caldo de verduras, sopas que reconforten el cuerpo o recetas de cremas y sopas nutritivas.

Baño reactivador del calor para evitar los pies fríos

Este baño de temperatura creciente y alterna se puede realizar dos o tres veces por semana, a ser posible por la noche.

  1. Prepara un cubo grande o una palangana en los que te quepan los pies y llénalo con un palmo y medio de agua caliente a unos 37 ºC y una jarra con agua muy caliente.
  2. Introduce los pies y, durante 10 minutos, ve añadiendo de vez en cuando agua caliente, hasta llegar a los 41 ºC.
  3. Transcurrido ese tiempo, irriga los pies con agua fría en la ducha entre 15 y 20 segundos, sécatelos bien con una toalla y frótalos vigorosamente para que entren en calor.