Cada momento del día tiene una luz adecuada que nos ayuda a regular la segregación de melatonina, la hormona del sueño.
- Por la mañana, conviene exponerse pronto a la luz natural. Si permaneces en interiores, la iluminación puede imitar la luz natural blanca de la mañana (brillante y con 3.000-5.000 K de temperatura de color).
- Por la tarde, a medida que se acerca la noche, la luz debe hacerse más cálida. En la sala de estar, la cocina, los baños o el comedor donde cenas debe reinar una luz cálida por debajo de los 3.000 K. Por otra parte, utiliza siempre el modo de visualización nocturna en el móvil y otras pantallas.
- En el dormitorio, duerme lo más a oscuras que sea posible y si te despiertas, recurre a lámparas de luz roja y poca intensidad. Cada minuto de luz reduce un 20% la melatonina nocturna.
Moviles, wifi, teléfonos sin cables y los campos eléctricos de los electrodomésticos afectan a la melatonina. No duermas con ellos encendidos y minimiza su uso en general.
Ten en cuenta que el alcohol y algunos fármacos –como los hipnóticos, ansiolíticos y antiinflamatorios– interfieren con la producción de melatonina.