Los cuencos tibetanos se han convertido en un elemento de decoración en casas particulares, estudios de yoga, centros de meditación, clínicas de bienestar, consultas de terapeutas, hogares de ancianos...

Son muy bonitos, pero también hay que atreverse a hacerlos sonar. Tú puedes hacerlo y notarás el efecto de su resonancia en todo tu cuerpo y tu mente.

¿Qué se siente al hacer sonar un cuenco?

La primera experiencia de escuchar un cuenco puede sorprenderte. Tu reacción puede ser muy emocional, puramente física o muy relajante. Es posible que sientas hormigueos u otras sensaciones en las manos y los pies, o vibraciones en todo el cuerpo.

Por supuesto, el efecto depende en buena parte del contexto en que se utilice el cuenco. En una sesión de meditación, por ejemplo, contribuye a crear la atmósfera de grupo, con todos los participantes escuchando la misma vibración, que multiplica la profundidad del estado meditativo que alcanza cada participante.

Si haces "cantar" tu cuenco a solas, es una experiencia similar a tocar un instrumento musical, pero se consigue una compenetración muy particular con el cuenco, pues reacciona a cada gesto y se podría decir que a cada emoción.

Una diferencia importante con un instrumento musical es que cualquier puede conseguir que los cuencos suenen con una gran armonía y belleza, sin conocimientos musicales.

¿Cómo ayudan los cuencos tibetanos?

El baño de sonido (así se llama también a una sesión de cuencos tibetanos) afecta a tu sistema nervioso, activa el reflejo de relajación y alivia la respuesta al estrés o el dolor.

El sonido de los cuencos calma el diálogo interior, el "crítico interior". "El sonido, y en particular las meditaciones curativas con sonido que utilizan cuencos tibetanos, gongs y cuencos de cristal de cuarzo, pueden ser extremadamente calmantes", afirma Tamara Goldsby, psicóloga investigadora de la Universidad de California en San Diego.

Goldsby ha publicado un estudio en el Journal of Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, donde se probó los efectos de un baño de sonido de una hora sobre 62 hombres y mujeres. La sesión se realizó con cuencos tibetanos, gongs, didgeridoos y otros instrumentos y se pidió a los participantes que simplemente se relajaran y que incluso podían dormir. La investigadora comprobó que se redujo la tensión, la ansiedad y los indicadores de dolor, depresión o confusión.

Es una forma de musicoterapia. "El baño de sonido activa el sistema nervioso parasimpático, que ralentiza la frecuencia cardíaca, reduce la presión arterial y activa la sanación en el cuerpo”, explica Goldsby.

Cómo se hace una meditación con cuenco tibetano y qué necesitas

Para una meditación con cuenco tibetano necesitas lo siguiente:

  • Un lugar tranquilo donde poder relajarte (por ejemplo, sobre la alfombra de la sala de estar)
  • Ropa cómoda con la que te sientas a gusto
  • Un cuenco tibetano

Un cuenco tibetano de alta calidad está hecho de varios metales. Esto crea un sonido resonante, rico en armónicos. Por tanto, no podrás producir el mismo sonido con cuencos metálicos de la cocina o con cualquier otro instrumento. Si no deseas comprar un cuenco tibetano para la meditación puedes buscar videos de meditación en Internet como alternativa, aunque el efecto no será el mismo.

Puedes hacer la meditación con cuenco sola o acompañada. No importa a qué hora la hagas, pero deberías disponer de suficiente tiempo y estar en un lugar donde puedas relajarte. Así es como puedes realizar una meditación con cuenco tibetano:

  1. Siéntate cómodamente en el suelo.
  2. Coloca el cuenco tibetano y la maza frente a ti para que puedas alcanzarlos fácilmente.
  3. Empieza a hacer sonar el cuenco rozando la maza contra el borde exterior del cuenco. Este roce debe ser el resultado de una presión firme y a velocidad constante. Cuando el cuenco comienza a "cantar", puedes reducir la velocidad. El objetivo es conseguir un sonido claro y brillante.
  4. Cierra los ojos, escucha los sonidos y siente las vibraciones.
  5. Siente tu interior y al mismo tiempo percibe lo que siente tu cuerpo. Percibe las tensiones en tu interior y conéctalas al tono.
  6. Luego vuelve a abrir los ojos.

A continuación, puedes proceder de varias formas:

  • Puedes comenzar con una sesión de yoga o de meditación en silencio.
  • Puedes hacer que el cuenco tibetano vibre una y otra vez hasta que te sientas tranquila y relajada. Escúchate a ti misma de nuevo con cada latido y siente cómo te va.
  • Si dispones de varios cuencos tibetanos de diferentes pesos y composiciones metálicas, puedes hacerlos sonar uno tras otro.