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1. Escabiosa frente al picor

No es difícil toparse con una escabiosa (Knautia arvensis) cuando se camina por el campo: común en prados, pastos y pedregales, aparece también en barbechos y riberas, y florece en primavera y verano. Como buena planta melífera, es visitada por abejas y otros himenópteros. Con fines medicinales se cosechan las hojas o la planta entera.

Tiene propiedades antipruriginosas, vulnerarias, depurativas, cicatrizantes y laxantes.

Esta planta, popular pero poco estudiada, se había usado en la varicela y el sarampión. Hoy se indica sobre todo en brotes alérgicos con picor más o menos intenso, el escozor alrededor del ojo y la rinitis. No es menos útil contra picaduras de insectos.

Se toma en:

  • Infusión: un puñado de hojas troceadas (o cuatro cucharadas) por litro de agua. Se deja reposar, se cuela y se bebe durante el día.
  • Compresas sobre el área irritada y los párpados en lavados oculares cuando existe conjuntivitis. 

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2. Gordolobo para calmar la irritación alérgica

El gordolobo (Verbascum thapsus) puede medir dos metros de altura y destaca por su inflorescencia fusiforme, con flores amarillas, y sus grandes y lanosas hojas basales. Crece en taludes y cortafuegos, márgenes de caminos y orlas forestales, en áreas de montaña. Se cosechan las inflorescencias en primavera o verano, y a veces las hojas.

Tiene propiedades antiinflamatorias, antialérgicas, expectorantes, antitusígenas y mucolíticas.

Al ser rica en mucílagos, elimina eficazmente la irritación de las mucosas de las vías altas respiratorias. Se destina a tratar episodios alérgicos con ataques de tos, estornudos e inflamación e irritación de garganta. También es útil frente a los síntomas de la rinoconjuntivitis, como el picor, la obstrucción y las secreciones nasales.

Se toma en:

  • Infusión, generalmente con otras plantas como la violeta y la pulmonaria.
  • Decocción concentrada, en gargarismos para la irritación de garganta y lavados oculares.
  • Compresas, sobre pieles inflamadas, picaduras de insectos y urticarias.

Precauciones:

Los estambres pueden irritar la garganta si son aspirados. Se debe manipular la planta con cuidado.

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3. Perpetua, gran poder antihistamínico

La perpetua es una mata perenne (Helichrysum stoechas), de aspecto plateado, con los capítulos florales aglomerados y globosos, abunda en márgenes de caminos, prados secos, dunas y playas. Florece en primavera y verano. Con fines medicinales se cosechan las sumidades floridas, pero la planta seca también es muy apreciada para componer centros de mesa y cuadros florales.

Tiene propiedades antialérgicas, antiinflamatorias, antiespasmódicas, bacteriostáticas y depurativas.

Se le atribuye la capacidad de estimular la secreción interna de hidrocortisona. Es una de las mejores plantas silvestres para aliviar los síntomas desencadenados por la liberación de histamina en brotes alérgicos más o menos aparatosos como los provocados por el polen, los ácaros o el polvo. Ejerce un efecto preventivo y resulta muy eficaz ante la rinitis alérgica, la conjuntivitis y la bronquitis.

Se toma en:

  • Infusión simple o con otras plantas, hasta tres tazas diarias y en jarabe.
  • Compresas y baños oculares para tratar la inflamación de los párpados y el contorno de los ojos.

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4. Perilla, la mejor terapia preventiva

La perilla (Perilla frutescens) es una planta aromática originaria de China, Corea y Tailandia, que crece como invasora en los Estados Unidos. Conocida también como albahaca china, es muy empleada en la cocina oriental para condimentar guisos de pescado.

De sus semillas se obtiene asimismo un aceite característico de la cocina coreana. Con fines medicinales se usan las hojas y también la raíz. Sus hojas, aovadas y agudas, pueden ser verdes o moradas, según la variedad, y sus flores menudas, de color blanco o rosado.

Presenta propiedades antialérgicas, antiinflamatorias, inmunoestimulantes, antitusígenas, antibacterianas y cicatrizantes.

Si bien se ha incorporado recientemente a la práctica herbaria occidental, en la medicina tradicional china lleva decenios siendo una planta puntera. Se destina principalmente a fortalecer el sistema autoinmunitario y presenta un efecto preventivo notable frente al desarrollo de reacciones alérgicas.

Los expertos en terapias naturales la destinan a tratamientos de largo alcance desde las semanas previas a la explosión de polen, en primavera. Reduce la diferente sintomatología, como la inflamación ocular y nasal, los estornudos, los ataques de tos o las cefaleas. Se indica en congestiones bronquiales y en procesos asmáticos leves.

Es también útil para rebajar la inflamación y combatir las reacciones alérgicas provocadas por picaduras de abeja, avispa y otros insectos.

Se toma en:

  • Infusiones simples o asociada a otras plantas medicinales, una cucharada de planta seca por taza, dos tazas diarias.
  • Vahos o vaporizaciones para descongestionar.
  • Compresas o rociando con la misma infusión la zona de piel afectada.

Precauciones:

Posee un ligero efecto sedante y puede adormecer, por lo que se aconseja no tomarla si se ha de conducir o manipular maquinaria pesada.

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5. Malva para disminuir la mucosidad

La malva (Malva sylvestris) es una planta herbácea, de base leñosa, hojas palmeadas, grandes, y llamativas flores rosas. Resulta muy común en márgenes de caminos y sembrados, riberas y descampados, en espacios frecuentados por el ganado. Con fines medicinales se cosechan las flores y las hojas.

Presenta propiedades antiinflamatorias, mucolíticas, demulcentes, antitusivas y cicatrizantes.

Los herbolarios recomiendan incluir esta planta tan ubicua en los tratamientos antialérgicos. Su gran riqueza en mucílagos explica su capacidad para restaurar las mucosas irritadas por la entrada de agentes patógenos y la tos persistente.

Favorece la expectoración y reduce la congestión por mucosidad. Puede aliviar muchos síntomas, como la inflamación del entorno del ojo, la rinitis y la reacción alérgica tras una picadura de insecto.

Se toma en:

  • Infusión simple o con otras plantas.
  • Jarabe, hasta tres cucharadas al día.
  • Extracto líquido.
  • Decocción aplicada en compresas, sobre urticarias y picaduras de insectos, o bien, una vez depurada, en lavaojos para la conjuntivitis.

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6. Consuelda frente a urticarias y picores

En jardines, masías y caseríos se puede encontrar la consuelda (Symphytum officinale) plantada como planta medicinal, aunque aparece también en riberas y prados húmedos. Mide hasta dos metros de alto y presenta unas bellas flores acampanadas, de color rosa o blanco. Florece en primavera y con fines medicinales se cosecha la raíz, a finales del verano o en otoño.

Presenta propiedades antiinflamatorias, demulcentes, reepitelizantes, regenedoras, cicatrizantes, antipruriginosas y hemostáticas.

Muy eficaz para restaurar las mucosas dañadas y sobre pieles afectadas por procesos alérgicos ocasionados por picaduras de insectos, polinosis o alergias alimentarias, y que se manifiestan con pruritos (hormigueos e irritación de la piel), granos, urticarias o llagas. Ayuda a soldar las heridas y facilitar su cicatrización.

Se toma:

  • Exclusivamente por vía tópica, la raíz rallada en cataplasmas, o bien la decocción aplicada en compresas, regando la zona dañada o en baño parcial. Algunos herbolarios cuentan con pomada de consuelda (aquí te explicamos cómo preparar una en casa).

Precauciones:

Contiene alcaloides muy activos, por lo que no debe tomarse en ningún caso por vía oral. No se debe aplicar sobre heridas abiertas.

En primavera las plantas han de cumplir con una de sus funciones biológicas más trascendentales, la reproducción. En las plantas vasculares este proceso requiere la transmisión del polen desde los órganos masculinos de las flores –los extremos de los estambres, llamados anteras, donde se localizan los sacos polínicos– a los órganos femeninos o gineceo –donde se encuentran el pistilo y el ovario–.

El transporte de estas partículas minúsculas es realizado en muchos casos por insectos u otros animales, cual si fuesen mensajeros puerta a puerta, pero en muchas plantas resulta imprescindible el impulso del viento.

Por ello en primavera, en según qué espacios naturales y también urbanos, el aire queda colmado de estas partículas de polen, que para muchas personas suponen un suplicio difícil de soportar.

Solo en nuestro país hasta un 15% de la población sufre en mayor o menor medida de polinosis, la reacción alérgica provocada al aspirar partículas de polen, y en los jóvenes esta cifra llega a doblarse.

Ayúdate de las plantas para controlar la inflamación y regular la respuesta inmunitaria

Cuando estos elementos alergénicos ingresan en las vías respiratorias de una persona alérgica y afectan a las mucosas, se generan anticuerpos específicos y se liberan determinadas moléculas de defensa que median en la inflamación. La más conocida es la histamina, que provoca los síntomas propios de la alergia.

Entre los síntomas más comunes se encuentran la inflamación y el picor en los ojos y su contorno, goteo en la nariz, estornudos explosivos, irritación de garganta, ataques de tos y silbidos en el pecho.

La contaminación de las ciudades, pero también los ácaros y determinadas sustancias químicas o el polvo son igualmente responsables del desencadenamiento de alergias.

La fitoterapia ofrece un nutrido elenco de plantas silvestres que ejercen una acción antihistamínica o antialergénica, y que pueden suponer una alternativa válida a los medicamentos de síntesis que se emplean para tratar las alergias respiratorias.

En este artículo se han seleccionado seis de las plantas más eficaces, que pueden ser adquiridas sin problemas en cualquier herbolario, y en algunos casos cosechadas en el campo.

11 Pautas para prevenir las crisis alérgicas

Como muy bien saben quienes las padecen año tras año cuando llega la primavera, resulta de gran ayuda tomar ciertas precauciones para evitar que sus efectos resulten más perniciosos.

Algunas de las recomendaciones de los expertos son:

  1. Reducir la actividad en el exterior en las primeras horas de la mañana, que es cuando hay más producción de polen.
  2. Conducir con las ventanas del auto cerradas.
  3. Airear la casa el menor tiempo posible.
  4. Evitar las excursiones al campo en los meses de mayor riesgo, pero no dejar de pasear para oxigenarse.
  5. No tender la ropa en los tejados cuando hay mucha suspensión de polen para evitar que se adhiera a las prendas, como sábanas y camisas.
  6. Evitar determinadas labores de jardinería, como cortar céspedes, y alejarse de quien lo haga.
  7. Beber agua de manera generosa.
  8. Evitar determinados alimentos alergénicos como lácteos y determinados frutos secos.
  9. Prescindir del alcohol durante esos días.
  10. No medicarse más de lo necesario.
  11. Probar algunas terapias alternativas como la acupuntura o la homeopatía personalizadas.

La quercitina y la cebolla

La quercitina es una molécula del tipo flavonoide presente en muchos alimentos y en la que es particularmente rica la cebolla. Inhibe la acción de mastocitos y basófilos, las células inmunitarias que se encargan de liberar la histamina y desencadenar reacciones alérgicas.

La cebolla cruda puede tener un efecto preventivo. En herbolarios se pueden encontrar suplementos de quercitina de diferentes marcas, en cápsulas vegetales, a veces junto a vitamina C y otros antioxidantes. Se recomienda tomar dos al día, en tratamientos prolongados.

Este artículo se ha elaborado con​ la asesoría de Josep Maria Teixé, herborista de El Manantial de Salud.