La halitosis es un trastorno frecuente, del que muchas personas no son conscientes.

El mal aliento se relaciona principalmente con el estómago, pero también con el pulmón: una buena ventilación pulmonar y la digestión fluida resultan fundamentales para que la boca no desprenda mal olor.

La higiene bucal es imprescindible pero si el olor viene del fondo del estómago, por mucho que uno se cepille los dientes y se enjuague la boca, el efecto no resultará duradero.

En algunos casos no responde tampoco a dietas depurativas para el hígado o a la supresión de ciertos alimentos de la dieta, como los lácteos.

La mala digestión no siempre se manifiesta con dolor, ardor, pesadez u otros síntomas similares. Es más: en algunas personas se manifiestan estos problemas pese a no tener ningún problema de peso, sentir que se tiene una excelente salud, o con analíticas correctas.

El bloqueo de chi (energía) del estómago o hígado provoca acumulaciones de los residuos en los órganos. Estos residuos se convierten en calor y ascienden hacia la abertura superior. Son chi residual estancado en el estómago y los intestinos.

En muchas ocasiones las situaciones de nervios y tensión acentúan más la halitosis. Esto es porque agravan el bloqueo del chi del estómago, que en vez de descender, asciende.

Este trastorno puede tener dos causas: un abuso de alimentos ricos en grasa o bien un abuso de alimentos fríos y crudos, que igualmente debilitan el chi del bazo y el estómago, y a la larga producen un estancamiento y acumulación de chi residual.

Esto se manifiesta al mismo tiempo en forma de una capa gruesa y blanca en la lengua. Una capa blanca más visible en la zona de la raíz de la lengua es normal, pero si es muy gruesa significa que existe una deficiencia de chi de riñón.

Este chi de riñón es el "fuego fundamental" del cuerpo: si es deficiente, el estómago no funciona bien.

Para resolver este problema, la medicina tradicional china recomienda:

  1. Ingerir alimentos ligeros pero cálidos, y eliminar los fríos y crudos.
  2. Empezar las comidas con una taza de sopa para calentar y preparar el estómago.
  3. No abusar de sabores dulces ni salados.
  4. Comer legumbres, muy buenas aliadas del estómago.
  5. No pasar mucho tiempo sin ingerir comida.
  6. Acabar las comidas principales con una infusión.
  7. Cuidar tu higiene bucal.
  8. Y, sobre todo, saber llevar las situaciones tensas. El estómago es el elemento tierra. Si está bien, todo va bien. Dale tranquilidad y confianza para que no eche "humo".