El herpes labial, frecuente y muy molesto, es una infección contagiosa causada por el virus del herpes simple. Generalmente se localiza alrededor de la boca y de la nariz, aunque a veces puede extenderse a las mejillas y a los párpados.
Salvo que afecte a la zona ocular, no se considera un trastorno grave. El contagio puede pasar inadvertido si no aparecen síntomas, pero el virus queda escondido, latente en las células nerviosas, hasta que surge un factor que lo active.
Aumentar las defensas para evitar el herpes
Todos los seres humanos son susceptibles, en un momento u otro, de entrar en contacto con el virus del herpes.
La primoinfección o primer contacto con el virus va a provocar la inmunidad solo en un cierto número de personas, mientras que el resto serán propensas a las recidivas, que normalmente aparecen al bajar las defensas.
Es, por tanto, fundamental que el sistema inmunitario funcione adecuadamente, pues es el factor principal que determinará la resistencia a la infección o la aparición de los síntomas.
Para ello podemos potenciar el consumo de ciertos nutrientes. Además contamos con recursos naturales que ayudan a prevenir y combatir la infección.