Más de 30 millones de personas en el mundo, adultos y niños por igual, sufren de sinusitis cada año.

En los senos paranasales se mezcla el aire que entra y sale del organismo, se equilibra sobre todo la temperatura y la humedad, y se produce un contacto con las bacterias que entran y salen del organismo. Se trata pues de un lugar de intercambio, de relación y también de tolerancia.

La sinusitis vendría a ser una expresión de desequilibrio y al mismo tiempo la respuesta del organismo ante esa circunstancia anómala, generando una serie de reacciones con la intención de volver a la normalidad.

Desde el punto de vista médico resulta esencial intervenir para aliviar la sintomatología que presenta ese desequilibrio, pero respetando el trabajo del organismo, pues éste está dotado de mecanismos para eliminar lo que le sobra.

¿Qué causa la sinusitis?

La sinusitis suele producirse por un desequilibrio bacteriano (el más frecuente), viral o micótico (por hongos), que provoca una reacción inflamatoria que obstruye la entrada y salida del aire en los senos paranasales (frontales, maxilares, etmoides y esfenoides).

A veces solo afecta a uno de ellos, en otras ocasiones la incidencia se manifiesta en todos.

Las causas que generan esta incidencia son muy diversas:

  • El bloqueo de los orificios (ostia) de los senos hacia la nariz por rinitis previas o inflamaciones de la mucosa nasal.
  • La contaminación y el tabaco dificultan el drenaje de la mucosa que realizan los pequeños pelos (cilios) de los senos. Esta mucosa se acumula y facilita el desarrollo de bacterias.
  • El abuso de descongestionantes nasales.
  • Cuando el tabique nasal está desviado, hay un crecimiento anormal óseo nasal, se tienen pólipos o un tumor facial.
  • La presencia de un cuerpo extraño.
  • Nadar o bucear a menudo.
  • Tras un arreglo dental.
  • Los cambios de altitud (volar o alpinismo) pueden afectar debido a la presión. Para evitar esta situación es importante respirar despacio y profundamente por la nariz y tragar saliva para regular la presión en las cavidades craneales. A veces, si existe un cuadro de sinusitis aguda, es contraproducente viajar en avión potque el dolor puede ser intenso.
  • Si se padece reflujo gastroesofágico.
  • Después de una hospitalización, si se ha insertado un tubo por la nariz.
  • La fibrosis quística impide que los cilios funcionen bien.
  • Los síndromes de Kartagener y el de cilio inmóvil son otras dolencias que pueden provocar sinusitis.

¿Qué síntomas presenta la sinusitis?

Los síntomas de la sinusitis aguda se presentan después de un resfriado que no mejora o que empeora tras una semana.

Los más frecuentes son:

  • Congestión y secreción nasal.
  • Garganta irritada y goteo postnasal (una sensación de moco que baja por detrás de la garganta, particularmente de noche o cuando se está acostado).
  • Dolor de cabeza, encima o debajo de los ojos, en los dientes o sensibilidad facial.
  • Tos que suele empeorar por la noche.
  • Fiebre ocasional.
  • Mal aliento o perdida de olfato.
  • Fatiga y sensación de malestar general.

Los síntomas de la sinusitis crónica son los mismos que en la sinusitis aguda, pero tienden a ser más leves y se prolongan durante más de ocho semanas.

Remedios naturales para la sinusitis

La sinusitis es una enfermedad que dura entre cuatro y doce semanas y puede llegar a ser una auténtica tortura, así que es lógico que recurramos a los antibióticos para atajar sus efectos.

No obstante, los antibióticos no siempre son efectivos: en las sinusitis crónicas, en el interior de los senos se acumulan bacterias que forman agregados complejos a los que los antibióticos en ocasiones no tienen acceso. Además, tampoco conviene abusar de ellos.

El hábito de fumar en estos casos agrava el cuadro y dificulta la curación, por lo que si queremos acabar con nuestro mal, lo primero que debemos hacer es abandonar ese hábito.

Si una sinusitis dura más de tres semanas ya estaríamos hablando de fase crónica en lugar de estado agudo y, para evitar perpetuar las molestias, es evidente que se deben tomar medidas encaminadas al tratamiento de fondo. Las más importantes consisten en:

  1. Eliminar alimentos que producen mucosidad: Se trata de eliminar sobre todo la leche y sus derivados (se producen grandes mejoras con este cambio).
  2. Aplicarse paños de agua caliente: Se aplican sobre la cara varias veces al día, durante 15 minutos cada vez, alivia los síntomas ya que favorece el drenaje e incrementa el flujo sanguíneo en la zona.
  3. Hidratación: Hidratarse bien es imprescindible. Hazlo con agua, infusiones y zumos de fruta.
  4. Inhalación de vahos: Añade al agua plantas medicinales mucolíticas como los tradicionales romero, eucalipto, pino ciprés, o bien unas gotas de aceite esencial de árbol del té.
  5. Practicar el "neti" o ducha nasal: Hazte lavados nasales con suero fisiológico o agua ligeramente salada para restablecer la flora de los senos. La limpieza nasal consiste en limpiar a fondo la nariz y los senos frontales, siendo aconsejable efectuarla por la mañana, al levantarse.
    Para hacerlo se disuelve en un litro de agua tibia una cucharadita de sal marina, se llena con el agua una lota o una pera de goma (de venta en herboristerías) y se coloca la boquilla en la fosa nasal, inclinando la cabeza hacia el lado contrario para que el agua salga por la otra fosa. Si se opta por la pera debe apretarse ésta lentamente para que salga el agua.
    La limpieza se repite con la otra fosa nasal. Durante el lavado la boca debe entreabrirse para respirar.
    Después se realiza un gargarismo con el agua y la sal marina y, finalmente, se secan las fosas y los senos nasales, sonándose bien la nariz.

Para tratar esta sintomatología es importante respetar los mecanismos naturales de eliminación que el organismo activa para recuperar la salud. Las medidas más eficaces para tratarla son:

  • No tomar antitérmicos para eliminar la fiebre si no es muy alta.
  • Respetar la secreción e incluso favorecerla con vapores y vahos.
  • Respirar por la nariz para que no se enfríen los senos.
  • Utilizar plantas mucolíticas, como la malva, que ayuden a la producción y expulsión del moco.
  • Recurrir también a las plantas antiinflamatorias, a las protectoras de la mucosa y a las antisépticas, como el harpagofito, el tomillo y la cola de caballo, tomándolas en infusión o en cocimiento, vapores, aerosoles o lavados.
  • Emplear el agua en todas sus formas: bebida, vapores, aerosoles y lavados. Se puede reducir la congestión en los senos adoptando las siguientes medidas:
    • Usar un humidificador en casa.
    • Utilizar una solución salina nasal. Para aliviar el dolor en los senos pueden usarse (no más de 4 días) aerosoles nasales de aguas sulfuradas.
    • Inhalar vapor de 2 a 4 veces por día.
    • Beber mucho para diluir la mucosidad.
    • Aplicar paños húmedos y calientes en la cara varias veces al día.

La homeopatía también resulta muy efectiva. Para tratar la sinusitis se prescriben los siguientes remedios:

  • Cinnabaris se indica en sinusitis frontales o etmoidales y esfenoidales con mucosidades filamentosas y dolor frontal u ocular.
  • Kalium bichromicum, si hay moco espeso, viscoso y pegajoso.
  • Hydrastis, si se acompaña de debilidad.
  • Lachesis, si se siente un dolor intenso al cesar la secreción.
  • Hepar sulfur para favorecer las secreciones.
  • Silicea en supuraciones crónicas.

Cómo prevenir la sinusitis

Algunas pautas dietéticas y hábitos de higiene y de vida pueden prevenir su incidencia.

  • Evitar, si es posible, o tratar adecuadamente la gripe y el resfriado.
  • Lavarse las manos siempre que estén sucias.
  • Tomar fruta y verduras, ricas en antioxidantes y fitoquímicos, que refuerzan el sistema inmunitario frente a las infecciones.
  • Reducir el estrés.
  • No exponerse al humo del tabaco y la contaminación ambiental.
  • Usar un humidificador para mantener la humedad en nariz y senos.
  • Beber líquido para incrementar la humedad en el cuerpo.
  • Tratar las alergias inmediata y apropiadamente.
  • Moderar el uso de la calefacción porque reseca las mucosas, así como las piscinas con mucho cloro.
  • Durante una crisis es idóneo ayunar si no hay apetito o bien tomar abundantes zumos, caldos vegetales y agua a lo largo del día.
  • Se aconseja seguir una dieta con predominio de alimentos vegetales y sin grasas saturadas, sin picantes ni alimentos amargos.

Schema: FAQPage