Por la boca inspiramos y espiramos, nos alimentamos y expresamos pensamientos y emociones.

Mantener una boca sana es, pues, un imperativo de primer orden. Sin embargo, no siempre se le dispensa la atención que merece.

Remedios naturales para mejorar la salud bucal

En las herboristerías se ofrecen remedios muy diversos para su cuidado.

Labios, encías, lengua, dentadura, paladar y garganta son todos elementos que pueden sufrir desgaste o inflamaciones e infecciones más o menos recurrentes, y que a menudo se pueden solucionar con remedios naturales.

Mejorar el aliento

El mal aliento o halitosis afecta a más del 60% de la población de forma crónica o puntual.

Puede deberse a problemas de caries o a una merma en la higiene bucal o en la producción de saliva.

Son útiles plantas aromáticas como la menta, la manzanilla o la salvia; umbelíferas como el anís, el eneldo o el hinojo, que refrescan el aliento; e incluso depurativas como la fumaria, que combate las putrefacciones intestinales.

Se toman en infusión o en caramelos (como la menta) y ayudan a recobrar el buen aliento y un buen sabor de boca.

Cuidar las encías

La agrimonia (Agrimonia eupatoria), rica en taninos y aceite esencial, se aplica en infusión por vía oral o en gargarismos y enjuague completo de boca en gingivitis o inflamación de encías y en encías sangrantes.

Al ser astringente, antiinflamatoria y hemostática, baja la inflamación y frena el sangrado.

También resultan útiles los enjuagues de caléndula, malva o salvia, y la tintura de equinácea diluida en agua.

Para evitar el retroceso de las encías y que estas sangren, se puede preparar una infusión con menta, salvia, tomillo, bistorta, lentisco y agrimonia, que se mezclan a partes iguales. Se hierve una cucharada sopera de la mezcla por vaso de agua durante 3-4 minutos, se deja que se enfríe y se aplica en enjuague completo, dos veces al día.

Este enjuague contribuye a prevenir el avance de la piorrea. En esta dolencia, muy común, una infección va dañando la base de los dientes y hace sangrar las encías.

El aceite esencial de eucalipto se usa para tratar la piorrea y la gingivitis. El masaje suave de las encías con 2 o 3 gotas refuerza las encías y evita que sangren. Se debe evitar tragarlo.

Aloe para el herpes

La pulpa del aloe, rica en mucílagos, es excelente para proteger y reparar las mucosas.

Aplicada sobre el herpes labial, dos o tres veces al día, contribuye a su progresiva eliminación.

Lengua sin molestias

La inflamación de la lengua o glositis, muy molesta, se puede aliviar con enjuagues o gargarismos de extractos de tormentila, llantén, salvia y regaliz, disueltos en agua.

La raíz y el rizoma de la tormentila (Potentilla erecta), con resinas, aceite esencial y taninos, ejercen un claro efecto hemostático local, astringente y cicatrizante.

Es una buena aliada ante la estomatitis o inflamación de las membranas de la cavidad bucal, así como las úlceras y llagas que la acompañan.

Aftas y dolor dental

La mayoría de aftas desaparecen solas, pero la lisina, un aminoácido con virtudes antibacterianas, antivirales y antiinflamatorias, puede ayudar. Se halla en forma de ungüento.

Las aftas bucales se combaten asimismo con plantas astringentes, antiinflamatorias, cicatrizantes y demulcentes, como el llantén, la bistorta o la mirra. Esta última se incluye en dentífricos y colutorios.

La mirra(Commiphora molmol) resulta eficaz frente a las aftas y la estomatitis. Además reduce el dolor dental o de muelas, para lo que se asocia con plantas analgésicas como el orégano y el clavo, en infusiones por vía oral o en enjuague completo de boca, dos o tres veces al día.

El botón floral del clavo es antiviral, antibacteriano y antiinflamatorio. Aplicarlo a una muela dolorida, ensalivándolo, libera su aceite esencial y reduce ostensiblemente el dolor.

Para calmar el dolor de la dentición de los niños, se les da un trozo grande de raíz de malvavisco para roer.

Este artículo se ha elaborado con​ la asesoría de Josep Maria Teixé, herborista de El Manantial de Salud.