Cuando el intestino está dañado, la hinchazón y las molestias digestivas relacionadas con los gases son frecuentes. Puede que a medida que avanza el día se sienta cómo se va hinchando el vientre sin que a veces se sepa ya identificar cuál ha sido la causa o qué alimentos nos sientan mejor o peor.

Si es tu caso, convendría descartar problemas como una hiperpermeabilidad intestinal, un sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) o alguna intolerancia. Pero además hay algunos hábitos y pequeños trucos que te pueden ayudar a eliminar los gases y mitigar las molestias.

Ayuda a tu intestino para evitar los gases

No saturar ni estresar al intestino y favorecer sus funciones con ayudas naturales es la clave de muchas de las medidas que puedes tomar para prevenir los gases y la hinchazón:

  • Procura comer despacio, dedicando al menos entre 30 y 40 minutos a cada comida.
  • Mastica a conciencia todos los alimentos. Para ello, te ayudará añadir toppings a las cremas de verduras y los batidos.
  • A ser posible, practica algún ejercicio de respiración y de relajación antes de comer para activar el sistema parasimpático.
  • Apaga el móvil y el televisor mientras comes.
  • Bebe un sorbito de agua con limónantes de las principales comidas.
  • Evita beber mucho líquido durante la comida o justo después.
  • Añade unas gotas de vinagre de manzana, tamari o zumo de limón a las ensaladas, los platos de legumbres o las salsas para mejorar el pH del estómago.
  • Juega con el jengibre: rállalo, haz infusiones, pícalo... y añádelo a tus preparaciones.
  • Pon semillas germinadas en tus menús (hay muchas maneras de incorporar los germinados a las recetas). Contienen enzimas que te ayudan a hacer mejor la digestión.
  • Valora la posibilidad de practicar un poco de ayuno. Para empezar, prueba con un ligero descanso digestivo de 12 horas (aprovechando la noche, por ejemplo).
  • Evita el deporte justo después de comer. Para hacer bien la digestión, necesitamos que llegue suficiente riego sanguíneo al estómago y el deporte lo reduce.
  • Toma infusiones digestivas a lo largo del día: de anís verde, de canela, de anís estrellado, de regaliz seco, de marialuisa, etc.
  • Respeta los horarios de las comidas. Intenta no cenar más tarde de las 21h en verano o de las 20h en invierno.

Si a pesar de todo esto persisten los problemas, sería recomendable acudir a un nutricionista integrativo para que valore que otros ajustes puedes necesitar introducir en tu alimentación.