Cuando un bebé o niño pequeño sufre diarreas persistentes es importante prestarles atención para ver qué puede estar ocasionándolas y tratar de resolver el problema. Las diarreas frecuentes pueden causar deshidratación, desnutrición e irritaciones de la piel en la zona perianal, sobre todo si todavía llevan pañal.

Causas de la diarrea persistente en niños

La reincidencia en los episodios de diarrea suele deberse a algún tipo de intolerancia, a alguna alergia o a la presencia de parásitos. Entre las causas de diarrea más habituales pueden estar detrás el uso de antibióticos o un desequilibrio en la dieta.

  • Una causa muy frecuente son las intolerancias a algunos alimentos. Una de las más habituales es la intolerancia a la lactosa de la leche, pero pueden ser otros: los huevos, los frutos secos, ciertas frutas o verduras... En los primeros años, la flora intestinal del niño aún no está adaptada y hay alimentos que pueden desestabilizarla.
  • Los parásitos intestinales son relativamente frecuentes en los niños, que están muy en contacto con el suelo y se llevan a menudo las manos a la boca.
  • Si ya hemos descartado intolerancia a la leche, los huevos y los frutos secos u otros alimentos, y también la presencia de parásitos, puede ser también que las diarreas frecuentes sean consecuencia de la toma reciente o periódica de antibióticos, o de una deficiente higiene alimentaria.

Qué hacer en cada caso

Además de tratar de mejorar la alimentación, esto es lo que podemos hacer en cada caso según cuál sea el origen de las diarreas:

  • Intolerancia: Si sospechamos que la diarrea se debe a una intolerancia, conviene observar si el trastorno aparece tras la introducción de algún alimento que no haya probado hasta el momento y, si es así, eliminar el alimento temporalmente de su dieta. Después, al cabo de un tiempo, se puede volver a probar introducirlo, siempre gradualmente, y observando si sigue o no produciendo reacción.
  • Parásitos intestinales: Un análisis de las heces nos indicará de cuál se trata y el pediatra podrá indicarnos el tratamiento más adecuado en cada caso. Existen ayudas naturales contra los parásitos que pueden ser útiles, también en los niños, aunque conviene siempre consultar con el médico y evitar las plantas que más comúnmente se usan en fitoterapia, pues suelen estar contraindicadas en el caso de los niños
  • Uso de antibióticos: Si el problema es la toma de antibióticos, es importante ayudar al niño a repoblar su microbiota o flora intestinal con bacterias intestinales beneficiosas. Para ello es importante que la dieta sea variada y rica en frutas y verduras ricas en fibras prebiótica, pero también puede ser útil darle probióticos.

Probióticos para la diarrea

Los probióticos pueden ser útiles en diarreas crónicas o persistentes, incluidos alimentos fermentados como el kéfir y el yogur natural sin edulcorar, que puede ser útil incorporar a la dieta. Las bifidobacterias estimulan la actividad de enzimas como la lactasa, mejoran la asimilación de los aminoácidos, influyen en el buen desarrollo de las microvellosidades intestinales, inhiben la proliferación de gérmenes patógenos y resultan inmunoestimulantes.

También se usan suplementos con lactobacilos, bifidobacterias o saccharomyces. En niños los niños más pequeños, lo ideal es incorporar una cucharadita de postre –si el producto es en polvo– o el contenido de una cápsula en el biberón de la noche (o en una sopa o un puré).

En episodios agudos se suelen dar en pocas tomas, 2 o 3 veces, pero en dosis relativamente altas, y en general con efectos inmediatos.

Otras medidas básicas en el tratamiento de la diarrea

Otras medidas básicas, que pueden ayudar tanto en diarrea de repetición como en las diarreas ocasionales, son:

  • Beber mucha agua: La hidratación es básica. El niño debe tomar muchos líquidos, sobre todo agua, aunque también caldos, sopas o limonadas.
  • Alimentos que frenan la diarrea: La dieta convendría que incluyera arroz, membrillo, pera al horno o compota de pera o manzana y plátano maduro. El arroz para estos casos es mejor que los cereales con gluten tipo trigo o avena. Puedes darlo en papilla o hervido, o dar el agua de arroz, como caldo.
  • En los desayunos y las meriendas: Puedes incluir chocolate de algarroba y completar con jaleas de fruta, en especial de frutos rojos o morados, astringentes.
  • Evitar los alimentos procesados: Hay que evitar los alimentos preparados y sobre todo chuches, bollería y caramelos.