Ahora quien más quien menos ha oído hablar de la dieta cetogénica, pues se ha puesto de moda, y cada vez se habla más de algunas de sus aplicaciones terapéuticas, como su indicación, por ejemplo, en el cáncer. Sin embargo, en toda la carrera de Medicina nunca me hablaron de la dieta cetogénica para tratar la epilepsia...

La primera vez que oí hablar de dieta cetogénica y epilepsia fue en la película First Do No Harm, cuyo título hace referencia al principio médico hipocrático primum non nocere: lo primero, no dañar.

La película está basada en hechos reales. Su director Jim Abrahams, se inspiró en su propia experiencia con su hijo Charlie, que tenía epilepsia resistente a la medicación y a la cirugía. Charlie sufría un deterioro cognitivo al que su padre se refirió como "un destino peor que la muerte". Pero leyendo un libro sobre epilepsia infantil escrito por el neurólogo John Freeman, director del Centro de Neurocirugía Pediátrica del Hospital Johns Hopkins, Abrahams se topó con información sobre los beneficios de la dieta cetogénica en este tipo de pacientes.

Charlie se inició en la dieta cetogénica y mejoró rápidamente. Corría el año 1993: en un mes pudo dejar la medicación y, manteniendo la dieta durante cinco años, pudo después dejarla y no ha vuelto a tener crisis epilépticas desde entonces. Abrahams, indignado por que nadie le hubiera informado antes acerca de la aplicación de la dieta cetogénica en la epilepsia, promovió la película con intención divulgativa.

Dieta cetogénica y epilepsia

La dieta cetogénica fue desarrollada por Wilder Russell en la Clínica Mayo en 1923. La dieta tenía como objetivo favorecer la cetosis y de este modo reproducir algunos de los cambios metabólicos vistos durante el ayuno, que previamente había demostrado ser eficaz en el tratamiento de la epilepsia, pero que costaba de mantener en el tiempo.

Esa dieta se conoce hoy como dieta cetogénica clásica, o terapia cetogénica, y fue específicamente desarrollada para el tratamiento de la epilepsia. Todas las dietas cetogénicas actuales son variantes de esa versión clásica, que es la más estricta en lo que respecta a la proporción de grasas frente a la de proteínas e hidratos de carbono.

Un estudio publicado recientemente en Frontiers In Neuroscience confirma la utilidad de la dieta cetogénica y sus variantes en el tratamiento de la epilepsia a todas las edades. Los investigadores advierten de que los resultados varían mucho según el paciente y sostienen que es importante que se haga con acompañamiento médico, con una dieta ajustada a cada caso.

No se conocen con precisión los mecanismos de acción por los que la dieta cetogénica resulta de utilidad, aunque algunas teorías apuntan que modifica el metabolismo y la excitabilidad neuronales y que esto se reflejaría en una reducción de la frecuencia de las crisis epilépticas. El efecto de la dieta cetogénica sobre las mitocondrias también podría influir, según los investigadores.

En India se ha propuesto una variante de dieta cetogénica vegetariana, que fue aplicada con buen resultado en diferentes trastornos, entre ellos la epilepsia refractaria en adultos (también se aplicó en personas con diabetes, obesidad e isquemia cardiaca).

El precedente del ayuno en el tratamiento de la epilepsia

Los estudios sobre ayuno y epilepsia se remontan a principios del siglo XX. De hecho, el primero estudio moderno de ayuno como tratamiento para la epilepsia se llevó a cabo en Francia en 1911. Veinte pacientes con epilepsia, de todas las edades, fueron "desintoxicados" por el consumo de una dieta vegetariana baja en calorías, combinada con periodos de ayuno y purgas. De ellos, dos se beneficiaron enormemente, pero la mayoría no quiso mantener el cumplimiento de las restricciones impuestas.

Ahora el ayuno intermitente se presenta como una nueva elección para tratar las crisis epilépticas. El régimen de ayuno intermitente objetivo era saltarse dos comidas consecutivas (normalmente desayuno y almuerzo) en dos días no consecutivos por semana (lunes y jueves).

Por qué apenas se habla de dieta cetogénica para la epilepsia

En 1938, la dieta cetogénica como tratamiento de la epilepsia fue reemplazada en gran medida por fármacos anticonvulsionantes que comienzan con la fenitoína y quedó arrinconada como tratamiento de último recurso en niños con convulsiones intratables.

Cuando me enteré, se lo comenté a un profesor de pediatría, el Dr. Antonio Sarriá, que en esos momentos impartía un curso de estudios propios de nutrición infantil. Como respuesta sonrió y me comentó que él había hecho la especialidad de pediatría con el Dr. John Freeman, que conocía bien la dieta cetogénica, pero que ni en el ámbito médico clínico ni en el pedagógico, a las órdenes de otro catedrático, había tenido ocasión de ponerla en práctica, siendo ridiculizado cuando la sugería.

Otra excusa para no llevarla a cabo es que se necesitan muchos especialistas, en lugar de pensar en enseñarla a padres, madres y a los propios pacientes.

El ayuno y la dieta cetogénica presentan buenos resultados; casi el único inconveniente es convencer al paciente.

Plantas para prevenir los ataques epilépticos

Además de la dieta, en medicina natural se indica también el uso de algunas plantas medicinales. Una de las más estudiadas es el comino negro (Nigella sativa), así como Ferula gummosa, dos plantas de las que se han aislado sus principios activos.

También en los últimos años el uso del cannabis ha vuelto al primer plano de actualidad con abundantes estudios que afirman su eficacia.

En los últimos años se han revisado una gran cantidad de plantas, con gran esperanza de encontrar en ellas remedios efectivos, ya que tradicionalmente han formado parte del tratamiento de la epilepsia y han sido bien toleradas, con pocos efectos secundarios. Estos son algunos ejemplos:

  • Sahranavard et al. revisando plantas antiepilépticas utilizadas en Irán, enumeran 25 y recogen que 11 de ellas tienen eficacia probada: Paeonia officinalis L., Bryonia alba L., Ferula persica Willd., Lavandula stoechas L., Ferula asafoetida L., Coriandrum sativum L., Caesalpinia bonducella (L.) Roxb., Ferula gummosa Boiss, Cuscuta epithymum Murray., Cedrus deodara Loudon., Origanum majorana L.
  • Sriranjini et al., revisaron algunas plantas medicinales antiepilépticas utilizadas en medicina ayurvédica, más de 55, entre ellas las mas conocidas: Aloe vera (L.), Bryophyllum pinnatum, Glycyrrhiza glabra L., Hibiscus rosa-sinensis L., Moringa oleifera, Myristica fragrans, Nigella sativa, Ocimum sanctum L. Tulsi, Ocimum gratissimum L., Passiflora incarnata L., Punica granatum L.,Solanum nigrum L., Zingiber officinale roscoe.
  • Tagarelli et al., revisando remedios mágicos o religiosos y naturales, se encontró con 17 remedios de plantas medicinales, entre ellos 12 remedios herbales usados en Italia con alguna eficacia probada en experimentación animal: Matricaria chamomilla L., Gentiana lutea L., Hypericum perforatum L., Melissa officinalis L., Rosmarinus officinalis L., Tilia spp., Paeonia spp., Papaver somniferum L., Ruta spp., Viscum album L., Valeriana officinalis L., Verbena officinalis L.
  • Liu et al., recopilando plantas tradicionales en el tratamiento de epilepsia, añade el azufaifo (Zizyphus jujube) y el anís verde (Pimpinella anisum). En este estudio se recoge el potencial terapéutico de fórmulas de plantas utilizadas en Medicina Tradicional China y la eficacia de las mismos comprobada en experimentación animal y humana.