Un estudio realizado por expertos de la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la Universidad del Sur de California sugiere que un ejercicio respiratorio muy sencillo es capaz de reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer

Un ejercicio de respiración para prevenir el alzhéimer

El ejercicio de respiración consiste en inhalar contando hasta cinco y luego exhalar durante el mismo período de tiempo durante 20 minutos, dos veces al día.  Los científicos han descubierto que este ejercicio reduce la cantidad de proteínas beta-amiloides en la sangre.

Las proteínas beta-amiloides inflaman y dañan las neuronas, interfieren en la comunicación entre ellas y reducen la llegada de nutrientes, lo que puede causar su muerte. Pueden acumularse en forma de placas y contribuir al desarrollo de placas y ovillos neurofibrilares de proteínas tau, que son otro sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer.

La clave está en la variabilidad del ritmo cardiaco

Los investigadores piensan que este ejercicio de respiración actúa sobre la concentración de proteínas beta-amiloides porque la forma en que respiramos afecta al ritmo cardíaco, que a su vez influye sobre el sistema nervioso y la forma en que el cerebro produce y elimina estas proteínas tóxicas.

Los investigadores reclutaron a 108 participantes entre las edades de 18 a 30 y de 55 a 80 años. Se les pidió que hicieran el ejercicio de respiración durante 20 minutos dos veces al día mientras estaban conectados a un monitor cardíaco conectado a un ordenador portátil. 

En este vídeo descubrirás un ejercicio respiratorio para bajar la tensión arterial: 

A la mitad de los voluntarios se les dijo que tuvieran pensamientos calmantes mientras respiraban, mientras que a la otra mitad se les indicó que hicieran coincidir su respiración con un marcapasos en el monitor de la pantalla de un ordenador, con el objetivo de aumentar la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Se tomaron muestras de sangre de los participantes al principio y después de cuatro semanas de ejercicios.

Reduce las proteínas beta-amiloides en la sangre

Los investigadores descubrieron que el ejercicio respiratorio fue capaz de reducir  drásticamente la cantidad de proteínas beta-amiloides en la sangre.

En cambio, la falta de sueño y el estrés aumentan los niveles de las proteínas tóxicas en el plasma sanguíneo. Los estudios muestran que los niveles más altos de beta-amiloides en la sangre predicen un riesgo de desarrollar la enfermedad.

El grupo que respiró lentamente y trató de aumentar la variabilidad de su ritmo cardíaco aumentando las oscilaciones tenía menos beta-amiloides en la sangre.

Los investigadores aún no entienden el mecanismo detrás de sus hallazgos. Podría deberse a que un aumento en la variabilidad de la frecuencia cardíaca hace que se produzcan menos péptidos o que el cuerpo los elimine mejor. La profesora Mara Mather, directora del Laboratorio de Emoción y Cognición de la Escuela de Gerontología Leonard Davis, ha manifestado que, "según los datos que tenemos, parece que la disminución de la beta amiloide se debe más a la disminución de la producción".

Los autores del estudio han destacado que han sido los primeros en encontrar que las intervenciones conductuales pueden reducir el nivel de péptidos beta-amiloides en el plasma.

 "La práctica regular de respiración lenta a través de la biorretroalimentación HRV puede ser una forma económica y de bajo riesgo de reducir los niveles de beta amiloide en plasma y mantenerlos bajos durante la edad adulta", agregó la doctora Mather.

Activar el sistema nervioso parasimpático

La frecuencia respiratoria depende de la interacción entre los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. El sistema nervioso simpático es responsable de aumentar la frecuencia respiratoria, mientras que el sistema nervioso parasimpático es responsable de disminuir la frecuencia respiratoria.

Cuando se produce una situación de estrés o ejercicio físico intenso, el sistema nervioso simpático se activa, lo que aumenta la frecuencia respiratoria para aumentar el suministro de oxígeno al cuerpo. Por otro lado, cuando estamos en reposo o relajados, el sistema nervioso parasimpático se activa, lo que disminuye la frecuencia respiratoria y nos permite respirar de forma más lenta y profunda para conservar energía.

Mientras estamos despiertos y activos, usamos nuestro sistema nervioso simpático ("lucha o huida") para movernos, concentrarnos y crear recuerdos. Mientras está activado, no hay mucha variación en el tiempo entre cada latido.

En cambio, el sistema parasimpático nos ayuda a calmarnos y dormir. Los jóvenes, o las personas mayores que están muy en forma, alternan fácilmente entre estos dos sistemas nerviosos. Pero se vuelve más difícil acceder al sistema parasimpático con el envejecimiento.

¿Qué es el alzhéimer?

Es una de las enfermedades más crueles porque roba lentamente a quienes la padecen todos sus recuerdos hasta que ya no pueden cuidar de sí mismos. Pierden la memoria, la orientación y la capacidad de pensar y razonar. El progreso de la enfermedad es lento y gradual. En promedio, los pacientes viven de cinco a siete años después del diagnóstico, pero algunos pueden vivir de diez a 15 años.

Referencia científica: