Hablemos de la salud de la mujer. Podemos hablar de muchas cosas, pero quiero empezar hablando de la salud del suelo pélvico, un tema muy nuestro.

Seguramente te sonará esto del suelo pélvico, es posible que lo relaciones con la incontinencia urinaria, pero es un mundo mucho más amplio. Empecemos ubicándonos.

¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es el conjunto de músculos y tejidos que tapizan la pelvis por dentro, el mundo entre las piernas, popularmente hablando. El suelo pélvico está relacionado directamente con la contención y el buen funcionamiento del mundo urinario, del mundo ginecológico, del mundo defecatorio y del mundo sexual.

Muchos mundos implicados, para ser tan poco conocido. De hecho el suelo pélvico adolece de desconocimiento crónico.

Sabemos que muchas mujeres tienen problemas de incontinencia, sabemos que con la menopausia es “normal” que todo se complique más, sabemos que las infecciones de orina y las cándidas son un calvario para muchas, sabemos que la maternidad nos pasa factura… nos llegan noticias aisladas de nuestras amigas, de los anuncios de televisión… sabemos cosas, pero desconectadas.

El suelo pélvico forma parte de una esfera

Vamos a poner un poco de orden. Para hablar de salud del suelo pélvico hay que entender cómo funciona y cómo podemos ayudarlo.

Seguramente la imagen que te viene cuando piensas en suelo pélvico es una hamaca sosteniendo la vejiga, la vagina, el útero y el recto. Déjame decirte que esa imagen, aunque es lógica no se corresponde con la realidad.

El suelo pélvico no es una hamaca que cuelga “ahí abajo”, en solitario. El suelo pélvico, el periné, es la parte de abajo de un conjunto más grande, de una esfera: la esfera abdómino pélvica.

Imagina un globo. La parte de arriba del globo es el diafragma, el gran músculo respiratorio, la pared del globo es el transverso del abdomen (la faja abdominal) y la parte de abajo del globo es el suelo pélvico.

Esto es una unidad funcional, es decir, los tres trabajan juntos, se influencian unos a otros. Cuando uno tiene problemas, demasiada tensión o demasiada debilidad, todos se ven afectados.

Primera conclusión: el bienestar del suelo pélvico depende no sólo de él, depende de toda la esfera

¿Cual es el principal enemigo del suelo pélvico?

Uno de los principales enemigos del suelo pélvico es el exceso de presión. Imagina lo que pasa si aprietas ese globo desde arriba. La parte de abajo se abomba, verdad? Exactamente esto es lo que le pasa al suelo pélvico. El suelo pélvico recibe el exceso de presión y no puede sostenerla. Ésta es una de las causas directas de la incontinencia.

Pero ¿de quién es “la culpa”, del suelo pélvico o del exceso de presión?

El suelo pélvico está perfectamente pensado y adaptado para sostener, pero no para recibir una presión constante. En la mayoría de las veces, el periné es la víctima, no el culpable.

Por lo tanto, el enfoque terapéutico tiene que ser más allá del propio suelo pélvico. Hay que poner orden en toda la esfera.

¿Como detecto un exceso de presión? Visualízate en el baño, un poco estreñida. ¿Verdad que cuando estás haciendo fuerza para expulsar las heces, la barriga se pone dura y empuja hacia fuera? En ese momento el suelo pélvico está viviendo lo mismo, está recibiendo ese empuje y está abombándose.

Recuerda: la esfera, el globo, es un sistema de presiones cerrado. Lo que veas en el abdomen está ocurriendo abajo, en el mundo entre las piernas.

El truco: saca aire

Truco de oro: Saca el aire. Siempre que levantes un peso o hagas un esfuerzo, saca el aire.

El hecho de sacar el aire tiene un doble efecto: por un lado disminuye la presión dentro de la esfera, como si levantases la válvula de una olla a presión, y por el otro lado, activa la faja abdominal, la amiga y protectora del suelo pélvico y de nuestras lumbares.

Esta norma tan simple parece fácil de seguir, pero no lo es tanto. La mayoría de personas tienden a aguantar la respiración cuando necesitan reclutar fuerza, hacen lo que se conoce como “maniobra de valsalva”.

Si queremos hablar de salud del suelo pélvico debemos reeducarnos en sacar el aire cada vez que hagamos un momento de fuerza: al levantar una garrafa de agua, al levantar un niño, al ir de vientre…

Fíjate que “la barriga dura” es una situación muy común, demasiado común, sobre todo en el mundo deportivo. Hablaremos de deporte y suelo pélvico, y especialmente de los abdominales más adelante.

¿Los ejercicios de Kegel son la solución?

Los kegels, los ejercicios de contracción del suelo pélvico son una herramienta muy interesante, sin duda, pero también insuficiente. Los kegels trabajan bien sobre el suelo pélvico, pero básicamente, sólo trabajan sobre el periné.

Ya has visto que el suelo pélvico a menudo es la víctima y no el culpable de las disfunciones. La zona del periné expresa problemas que le vienen desde arriba, desde la parte alta de la esfera. Por lo tanto, dedicarse a hacer kegels para fortalecer es insuficiente, es un parche para parar síntomas, pero no es, en absoluto, una solución.

Las soluciones para el suelo pélvico pasan por un trabajo en toda la esfera: en el suelo pélvico, sin duda, pero también en el diafragma y, sobre todo, en el transverso del abdomen, la faja abdominal.

Gimnasia abdominal hipopresiva, método 5P (tronco de eutonía), trabajo postural… el suelo pélvico requiere una visión y un enfoque terapéutico amplio y de todo eso hablaremos, pero recuerda: el suelo pélvico es el mundo entre las piernas... ¡y más allá!