Cómo prevenir los calambres ¡y que no te corten el ritmo!
Todos hemos experimentado, al menos una vez en la vida, un dolor muscular intenso y punzante que nos despierta del sueño e impide la movilidad durante unos minutos.
Se trata de un calambre o contracción repentina, involuntaria y dolorosa (de un grupo muscular o de un único músculo aislado), bastante frecuente en piernas (principalmente en los gemelos) y pies, y que solo tiende a desaparecer cuando masajeamos con firmeza la zona afectada.
La práctica deportiva de alta intensidad o cualquier sobreesfuerzo físico que origine situaciones de fatiga y agotamiento muscular está entre las principales causas de su aparición.
Y ciertos desequilibrios en la dieta y una hidratación insuficiente los favorecen enormemente.
Sin embargo, también suele existir una raíz emocional detrás de todo calambre físico. Circunstancias que generan estrés intelectual, como los temores, preocupaciones y angustias, causan una pérdida considerable de magnesio, un mineral esencial para garantizar la relajación muscular.
Cuando se sufren espasmos de manera recurrente, en la mayoría de los casos basta con reforzar la presencia de ciertos alimentos en nuestra dieta: arroz integral, legumbres, vegetales de hoja verde, germen de trigo, almendras, nueces y perejil, principalmente. También hay algunas cosas que puedes hacer en el momento de sufrir un calambre.